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De espaldas

Nuestros orígenes

"Cuando no aceptamos la realidad de lo que nos ha tocado, en cierto modo también nos negamos a nosotros mismos. Quien niega sus orígenes desdibuja su identidad. Quien amputa una parte de su trayectoria se encuentra enternamente en fuga, intranquilo.

Sartre decía: ’No importa tanto lo que me han hecho, sino lo que yo hago con lo que me han hecho’."

Extraído del libro "¿Dónde están las monedas?" de Joan Garriga.

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Es cierto, muy cierto. Tan cierto como que en el proceso que establecemos para digerir todo aquello que nos ha hecho infelices, siempre pretendemos que lo que nos ha herido se quede lejos, muy lejos de nuestras vidas. Y de esta manera, perdemos la facultad del reconocimiento, del saber cómo, cuándo y dónde una situación, una palabra, una ausencia, un gesto, pueden dejar de ser hermosos para convertirse en una flecha directa a nuestro corazón. Los olvidos conscientes acaban pasando factura.Y caemos, de nuevo, en buscar el orígen de la angustia en el comportamiento de los que nos rodean, sin percatarnos de que, muy posiblemente, el dolor posee dos cabezas pensantes: la de quién lo padece y la de quién lo pone en acción. El creer que no merecemos ese padecimiento no ayuda a sanar la herida. La vida no es justa, ES, simplemente, sin más.Y mientras no tengamos claro que nuestra dicha no radica en la causa-efecto que se busca con la compensación, difícilmente alcanzaremos un punto, más o menos estable, de tranquilidad emocional.

Pdta. Y es ahora cuando me toca releer lo escrito, una y otra vez, para ver si soy capaz de trasladarlo desde el campo del raciocinio al otro que se riega con la savia del corazón.

Sábado, 12 de marzo de 2011

3 comentarios

Sponge -

Sí, yo también soy de esa opinión. Yo suelo pensar que con lo fácil que sería y lo difícil que nos gusta hacerlo (esto de las relaciones humanas, me refiero).

Ya te he mandado la dirección de Aber a tu correo.
Besos.

Bambo -

:-))

Sí, Sponge -cuánto tiempo sin escribir tu apodo..., yo también me alegro, no sabes cuánto-: lo malo, per se, no es, en sí, el problema. Somos nosotros los que engrandecemos, los que magnificamos, los que dramatizamos... es complicado equilibrar la balanza... pero quizás es que ni tan siquiera sea necesario equilibrarla. Los duelos -en general, cualquier salida de una crisis- no se pueden saltar, pero permanecer en ellos perpetuamente es una temeridad...

Resilentes, somos resilentes... estiramos y estiramos y estiramos y aguantamos, vaya si aguantamos, :)

Pdta. Pásame la dire de Aber, que le he enviado un correo y me lo devuelve el servidor -seguro que lo tengo mal-.

Besotes

Sponge -

Yo siempre digo que hay que sacar lo bueno de lo malo que nos sucede.