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De espaldas

De lanas y mantas



El nudo está en el estómago.

Se ha hecho por despiste. Al igual que tropecé el viernes con un nombre.

Me lo dijeron sin miramientos.

Como noticia importante.

Y sigue pareciéndome imprudente.

No se pueden contar ciertas cosas cuando una no sabe dónde colocarlas.

Los espacios necesitan de adjetivos calificativos.

Y los que están sin rellenar piden a gritos que al menos les des una digna cuadratura.

Dicen que cuando uno se va sin darse cuenta no paga el precio de la muerte.

Porque no ha sido consciente de su fin.

Una afirmación como muchas otras.

Inconsistente y forzada.

La fábrica sigue funcionando.

Él se cayó de noche y el frio de la sierra le detuvo el pulso.

No sé si los caminos se tejen y la suerte los quiebra.

No sé si los recuerdos se construyen y la memoria los arruina.

No sé si la hora llega y el segundo se escapa.

Sólo sé que Mantalana se quedó mudo y yo, hasta hace cuatro días, me quejaba

de lo mucho que hablaba.

6 comentarios

Bambolia -

Puede ser, eMe... quizás, esa independencia tardía, conseguida a regañadientes de su clan familiar...

Algo tiene que ser.

eMe -

Pobre el que se queda...
Hay personas que van haciendo huella en tu vida y vos no te das cuenta.
Supongo que este señor tendría algo en común contigo, algo de lo que sólo reparas ahora y todavía no sabes qué es.

Bambolia -

Gracias a las tres.

La verdad es que durante todo el fin de semana, cada vez que me venía a la cabeza o la gente comentaba algo, he intentado bloquear la emoción; una cosa extraña, como de no saber qué se siente, si perplejidad, asombro, puta y dura realidad... y esta mañana, al leer lo de los epitafios que he puesto en la entrada anterior he pensado que quizás para él no fue tan terrible.

Lo veía a menudo, aquí, donde vivo, porque tuvo una fábrica que se reconvirtió con el tiempo en lo que ahora es una cooperativa -de ahí el mote-, y cosas de la vida, acabó veraneando y pasando casi todos los fines de semana del año en Linares, por lo que allí también lo veía y alguna vez, cuando aún no conducía, he ido y he vuelto con él.

No sé, es extraña la sensación... es como si te hubiesen dado una bofetada sin venir a cuento, :-(

Kiri -

Un beso también, Bambi.
Es muy hermoso lo que has escrito, como siempre.

Esstupenda -

Un beso, Bambi, con todo mi cariño

Fri -

Lo siento, S. Es duro, como tu poema.