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De espaldas

Zas, de profesión telefonista



No sé cómo funcionará esto de las preferencias profesionales en los perros. Me refiero a que si ellos también, como mamíferos que son, se decantan, a lo largo de la época de crecimiento, por una zona espacial o por otra o por esas cosas que dicen que luego nos sirven a los humanos para saber a qué nos gustaría dedicarnos, laboralmente hablando, siendo adultos -amén de que nunca o casi nunca se trabaja en lo que se desea-. Y como no sé, pues ando despistada... aun con todo, tengo la impresión de que este fin de semana pasado, Zas, ha dado claras muestras de que pretende dirigir su faceta profesional hacia el ámbito de la telefonía.

¿Y por qué digo esto? Pues porque el viernes por la noche dejó constancia de ello. No es la primera vez que se acerca al aparato telefónico e intenta establecer una relación amistosa con el auricular, aunque en ocasiones he tenido la impresión de que no perseguía una especie de têtê a têtê con la pieza en cuestión, sino más bien cambiar su aspecto o darle un aire nuevo, un look más acorde con el desconstructivismo al que Zas es tan acérrimo, a base de clavar sus colmillos en el plástico/pvc -que no lo sé- con que está elaborado el aparato.

Situación: Yo, en Linares de Mora (Teruel); el resto de mi familia, en Valencia. Sábado, 12:30 AM. Suena el teléfono. Contesto. Es mi madre.

-Dime mamá.

-Oye ¿qué te ha pasado esta noche?.

-A mí, nada.
[Horror... ¿qué coño habré hecho esta madrugada cuando he llegado a casa que no me acuerdo? ¿tanto había bebido? joder con las vecinas, qué cotillas... han perdido el culo llamando a Valencia para soplarle a mi madre que soy una golfa, perdida, que monta espectáculos a la puerta de casa].
¿Por qué? ¿Qué ha pasado?

-¿Que qué ha pasado? Que el perro nos ha llamado por teléfono a las cuatro y media de la noche y no hacía otra cosa que llorar como un descosido.

-¿Que el perro os ha llamado por teléfono? Mamá, es imposible...

-¿Imposible? En esta vida hay pocas cosas que no sean posibles, hija, y más si pasan por la noche. ¿A qué hora has llegado a casa? Además, el móvil desconectado.

-Mamá, sabes perfectamente que aquí en Teruel no hay cobertura. Y tampoco me llevo el móvil a la verbena, mujer. He llegado... pues he llegado...
[Joder, que no me acuerdo. Eran las siete y media pasadas, creo].
Aún no era de día.

-¿Y no has visto el auricular descolgado?

-Pues no... Bueno sí. Lo colgué, pero pensé que Zas le había pegado un manotazo.[Cada día me preocupa más no recordar lo que hago; como siga así he de hacérmelo mirar en el médico... ¿será que mi memoria se ha ido de vacaciones?]

-Pues no sólo le pegó un manotazo sino que le dio a la tecla de rellamada y aquí nos ha tenido a tu padre y a mí como locos pensando que te había pasado algo... y por supuesto, el susto de que el teléfono haya sonado a las tantas... con lo que ya sabes que eso significa generalmente... y ponte en nuestra situación... contestando y sin que nadie nos responda, viendo que es el número de casa en Linares y escuchando como el perro aullaba.

-Ya, ya, mamá, lo entiendo, pero es que... [joder, cuando pille al puto perro la que le va a caer encima...] imagínate, ya sabes, aquí empezaron las fiestas patronales anoche, y salí. Zas está acostumbrado a estar solo.

-¿Y por qué, después de colgar el teléfono, que ya nos hemos dado cuenta nosotros de que había línea, no has contestado cuando te hemos llamado para cerciorarnos de que estaba todo bien? que mira que desde las ocho hasta las doce y media...

-Mamá, que ya sabes desde que los rumanos que trabajan la piedra alquilaron la casa que da enfrente de mi ventana, si quiero dormir algo por la mañana me he de poner tapones, que ya me sé de carrerilla todas las melodías típicas de ese país [todo me pasa a mí ¿qué he hecho yo para merecer esto?¿Cuánto va a durar este tercer grado? Como ahora me diga que ha llamado a las vecinas para que le dijesen si me había pasado algo... ufff, y mi tía Festiva tiene llave de la casa... menos mal que la mía la dejé puesta en la cerradura y así no se puede abrir desde la calle... menuda pillada sino.]

-Pues algo tendrás que hacer, hija, porque otro susto así nos mata, que te lo digo yo, que no estamos ya para estos trotes y si no puedes salir, pues no salgas, oye, que no te va a pasar nada. Lo principal es que el perro no vuelva a hacer algo así....

¡SOCORRO, tengo 38 años, de verdad!!!!!





Addenda 13:18 h.

La otra foto que le hice el sábado, para que quedase constancia de que el perro sabe poner cara de no haber roto un plato...

12 comentarios

Bambolia -

Sí que se llevaron susto, sí. Me pongo en su lugar y la verdad es que, como por desgracia las llamadas de teléfono que han recibido en casa, a esas horas de la madrugada, no han sido para dar buenas noticias, imagino que se levantarían a contestar con un nudo en el estómago.

Zas ya se ha acostumbrado a estar solo. Lo encontramos abandonado cuando tenía cerca de seis meses, y desde entonces hasta octubre del año pasado nunca se quedó a solas: durante la mañana, mientras yo trabajaba, lo tenían mis padres y luego pasaba a recogerlo para quedármelo el resto del día, pero como es muy joven y tiene mucha fuerza, podía con mis padres y los tenía tiranizados, con lo que tuve que comenzar a dejarlo solo en casa. Poco a poco ha ido acostumbrándose y ya no hace casi trastadas para dejar constancia de que existe... Si he de salir de viaje lo dejo en una residencia. Para mí que lo que le pasó es que se encontraba un tanto desorientado: en esa casa siempre ha estado con mis padres y era la primera vez que se quedaba solo allí.

Para la próxima vez, el télefono lo escondo, eso seguro, :-))

Odalys -

Me ha dado mucha risa todo esto pero menudo susto el que se habrán llevado tus padres. Y la verdad me da pena con Zas por quedarse solito pero tendrás que salir y divertirte, claro.

Verás, donde vive mi mamá, hay una vecina justo al lado que se va con frecuencia de viaje y no avisa a nadie y el perrito se queda llorando todo el dia y la noche y da mucha pena, la verdad. No se si la extraña o siente miedo.

Y a Zas, seguro habrá una manera de hacerlo quedarse tranquilo, no? Y sobre todo, lejos del teléfono ;) Está precioso, eso sí.

Bambolia -

Kiri, sí que es precioso el bicho, sí, :-)

Marta, eso es lo malo, que engaña con esa carita de "yo no he sido". ¡ayssss! ¡qué dura es la vida del ama perruna!

Marta -

Con esa cara de bueno... Será complicado pelearse con él.

Kiri -

Una preciosidad de bicho.

Y el perro es muy bonito también.
:-))))

Bambolia -

Pos de su ama no lo ha aprendido, que conste... será que se ha propuesto enseñarme por dónde se encuentra el Norte, jajaja.

Eso sí, es un poco narcisista, que le dices "foto" y se sienta, el muy cabrito...

Por cierto, las palabrotas del diálogo son suavecitas... en realidad dije muchas más -soy muy mal hablada- y con bastante más contundencia de lo que están reflejadas.

Bambolia -

Mis padres, Marta. Yo nací en Valencia, pero siempre que puedo -casi todos los fines de semana de cara al buen tiempo- me pierdo por allí.

No sé, no sé... no tengo muy claro si lo ha aprendido de Lassie. Para mí que es de ideas pelín malvadas, :-)

Guapo es, pero todo lo que tiene de guapo lo tiene de trasto, :-P

Mejor que no aprendan, Marta, de verdad, que no es muy recomendable que dejen constancia por ahí de que estás de festival a las siete de la mañana, jajaja.

Bienvenida a esta casa, :-)

Anabel -

Con la foto que has puesto ahora me lo explico todo perfectamente: Zas tiene la mirada de la persona que sabe lo que quiere en la vida, y no ceja en el empeño hasta conseguirlo.

Éste es capaz de lo del teléfono y de mucho más ;-)

Marta -

Eres de Teruel? Que cosas :)
Me ha encantado tu post de hoy (llevo leyendote unos cuantos), y el perro es una preciosidad, y una ricura. Eso de coger el teléfono lo habrá aprendido de Lassie. Es lo que tiene dejarles ver la televisión, que parece que son tontos, pero como que no.

Tengo que leerles tu post a mis dos fierecillas caninas para que aprendan de Zas.

Un beso

Bambolia -

La verdad es que si se pudiese decir que los perros tienen imaginación, el mío debería de dedicarse a escribir cuentos de ciencia ficción, porque vamos... lo suyo es la trastada alambicada, en plan "que se te entere to quisqui que mi ama me ha dejado solito en casa".

Lo de no salir es cosa de mi madre, para variar. Es de la que se agarra a un clavo aridendo para intentar hacerle ver al contrario que eso de la noche es de gente viciosa y tal y tal y Pascual, :-)

Con retirar el teléfono de la vista de Zas, suficiente, sí. Y ya es bastante esfuerzo...

Anabel, pa' mí que sí, que quería hablar con Fidel y contarle que había estado jugando a enterrar piedras -se vuelve majareta con los pedruscos-.

Le hice otra en la que está sentaico, pero aquí se le ve mejor. Ahora la colgaré -aysss, es amor de ama perruna-.

Anabel -

Animalito... querría hablar con los abuelitos, y no supieron entenderle.

La foto es preciosa.

Fri -

¡Joder con tu perro!

¡Te las lía buenas, la criatura!

Y eso de no salir... En fin, mejor poner el teléfono fuera del alcance del telefonista y ya está. Tampoco hay que ponerse tan dramáticos.

Bonita foto de Zas.