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De espaldas

Desorientada



Mucho más de lo que sería recomendable, si es que en algún momento de la vida resulta interesante saberse medio perdida.

No sé si he hablado más de la cuenta.

No sé si he callado más de lo debido.

No sé si he sido cruel, y además, con ensañamiento.

Me descoloca cuando me reconozco en esa persona que está analizando, pormenorizadamente, lo que no le gusta de otra, y se desborda en esa disección, se pierde, se ceba en la incapacidad del otro por el mero hecho de descargar mi rabia. No me gusto. Anoche hubiese querido esconderme bajo el regazo de la cama, arropada por la manta, pero no hubo forma de que el calor calmase mi mala conciencia.

¡Qué poco me gusto cuando me veo así!

Y entonces comienza a rondarme el sentimiento de culpabilidad...

Definitivamente, quisiera que la brújula me indicase dónde queda mi Norte, y mientras llega ese momento, que me señalase el Sur para poder buscar un lugar en el que meter mi cabeza y no sacarla durante una temporada.

Hay días en los que una nunca desearía dejar de estar tumbada en posición fetal.

Odio perder los papeles.

Si

8 comentarios

Bambolia -

Es que soy muy vaga, Ana* y vago mucho por ahí: voy de cabeza en cabeza y tiro porque me toca, :-)

Las tormentas acaban... eso es lo bueno que tienen.

Ana* -

Virgen santa.

¿Este post lo has escrito tú o te he usurpado el puesto en un ataque de sonambulismo?

La de veces que me he sentido igual...

Nada que comentarte que no te hayan dico ya por aquí arriba. Y me vendré por aquí a aplicarme el cuento cuando proceda.

Kiri -

Pues no sé, Bambi, pero yo intentaría no darme mucha caña con eso de sentirte culpable.
Seguro que, si estabas enfadada, tenías algún motivo nada banal.
Y, si te parece que te has excedido, siempre se puede dar una explicación o pedir una disculpa. Pero por lo que te parezca que es exceso, no por lo demás.
Hablo sin tener ni zorra idea del caso, pero teniendo algo de idea de culpabilidades y eso, a las que yo también tiendo, y que son un marrón.
Muas mañaneros.

Odalys -

Hola :)
No te parece que es peor no ser quien eres? Fuera perfecto que pudiéramos estar todo el tiempo felices, alegres, pero no es así y ese ser "perfectín" no es real, agobia más que libera.
A veces me gustaría hacer como los animales que duermen el invierno, meterme en el hueco de un árbol y solo dormir escuchando el sonido del viento y de las hojas y de algún copo de nieve al caer. Uy! me he ido del tema pero igual, eso es esconderse de uno mismo y no vale.
Los que te quieren, de seguro no esperan que seas siempre igual, sino que seas TU MISMA! No hay que ir lastimando a nadie con agresiones, pero es vital que SEAS.
Un abrazote y les deseo una linda semana.

Hester Prynne -

Linda, no te tortures demasiado. Todo el mundo tiene derecho a perder los papeles de cuando en cuando. Somos simples humanos en un mundo que cada vez se va deshumanizando más.

Ciri -

La de problemas que me ha traído eso de hablar más de la cuenta o callar más de la cuenta, jamía. Creo que sé bien de lo que hablas. Estas cosas quedan como una mácula en el expediente vital, y te sientes fatal y mala persona.

Y creo que el problema de conciencia delata a una buena persona, precisamente. Hay otros, sin embargo, que no muestran empatía y que se pasan la conciencia por el forro de ahí (...que decía Gru).

Raramente consigo olvidar, pero las sensaciones se suavizan con el paso del tiempo y se relativizan, pierden importancia.

Es algo que se parece mucho a las resacas. Piensas que no volverás a pasarte por el resto de tu vida, pero es casi seguro que el lamento se volverá a repetir. Hay que tomárselo como lo que es, como un error, como una equivocación. Por mucho que andes con cuidado, siempre acabas equivocándote, no hay más cera que la que arde. Se asume que uno puede equivocarse y ya está. El problema está en que los demás sean capaces de asumir el error ajeno. Hay gente muy rencorosa por ahí...

Un abrazo pa mi Bambi, que nunca me he podido quejar de ti ni me has dado razones para ponerte verde ;-)

Bambolia -

Algo masoca sí que soy, sí.

Ya estoy más tranquila. Lo único que me ha calmado es que no puedo hacer absolutamente nada, y el saber que la gente que me escuchó es mi gente: tres mujeres que me conocen desde niña, que han estado siempre ahí y que pudieron vislumbrar lo mucho que de decepción llevaban mis palabras.

Esta mañana las he llamado para disculparme, por haber sido capaz de ofrecer una imagen tan poco objetiva de la persona en discordia y las tres me han dicho lo mismo: que lo importante era cómo me sentía yo, y lo demás, pues fruto del momento, del enfado y de digerir algo que no te termina de convencer.

Puede que todo se reduzca a que no estoy acostumbrada a sacar la rabia por la boca, a que tengo la malísima costumbre de estar siempre pensando en cómo se pueden sentir los otros si digo o hago algo que les moleste, siempre entendiendo el porqué hacen los demás esto o aquello y obviando que lo realmente importante es cómo yo viva eso, no ellos, que ellso ya son mayorcitos para sacarse las castañas del fuego...

No me gusta verme perdiendo los papeles, pero tampoco me gusta saber que esto ocurre porque callo demasiado y no hago saber al resto lo que necesito, lo que considero imprescindible para ser más yo.

Ufff, un rollo, pero como dice Ciri, es como el efecto de una resaca... no está bien rajar de uno a sus espaldas, pero si sirve para darle salida a la rabia, pos como que he de aceptarlo, y ya está.

Vero -

Mañana será otro día... una de las pocas certezas que tenemos en la vida es un cliché que a veces se agradece y otras se teme...
pero para tí será un mejor buen día... ya verás!
saludillos