Zas bajo la ventana
He llegado hace un ratillo del hospital. Zas me ha recibido como de costumbre: como un loco. Saltando, ladrando... Acabo de hacerle una foto en uno de sus lugares favoritos: debajo de la ventana, en el sillón director. Casi una reliquia, ese sillón. Creo que es lo primero que compré para esta casa cuando todavía no me había decidido a emplearla como vivienda. Hace más de cinco años... Uffff, cómo pasa el tiempo...
Tengo sueño, pero no sé si acostarme a estas horas. Mi madre no me ha dejado dormir. Se ha pasado la noche soñando en voz alta. El primer grito me ha dejado fuera de juego, y los siguientes... Esta noche, en principio, estaba previsto que también me quedase, pero está fenomenal y no hace ninguna falta. Me da igual que se lo tome a mal -creo que esta vez lo ha comprendido; eso de que mi tiempo no es exclusivamente suyo-.
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