Las llaves del cielo
Después de estar semi-encerrada durante casi cuatro horas seguidas con mi jefe en su despacho -sin dobles sentidos, que no tiene un ápice de sexapple- y con la cabeza a rebosar de conceptos sobre telecomunicaciones e informática, he salido pensando que después de esto, iba a ser capaz de aguantar casi cualquier cosa. Me he equivocado. Acabo de desmadrarme y ahora me siento fatal. En menos de media hora me han llamado cinco personas para que "les" recuerde sus contraseñas de correo externo. Ha sido con la última con la que he perdido los papeles.
¿Acaso es tan complicado asumir que el usuario final es el único responsabale de ese tipo de datos?
No sé, quizás yo lo vea desde otro punto de vista...
Ayer, sin ir más lejos, una compañera que trabaja como jardinera me contaba que no puede hacer bien su trabajo porque, en lugar de dedicarse a podar setos, emplea su tiempo en recoger la basura que los ciudadanos arrojan al suelo. Sale a una media, al día, de seis bolsas grandes de desperdicios. Eso sí, las nueve papeleras están siempre vacías. Se pasa la mañana barriendo, cuando en realidad ha de estar pendiente del riego y la poda de las plantas y árboles. Y con el agravante de que, si le recuerda a la gente lo que dice en los paneles informativos sobre cómo contribuir a mantener limpio el lugar, la mayoría de las veces, recibe una respuesta similar a "tu trabajo es el recogerlo, para eso te pago con mis impuestos".
Sé que no es lo mismo, pero sí parecido: si les explicas a los compañeros que lo normal es que las contraseñas las sepan ellos y no yo -o el resto del departamento-, algunos hasta se ofenden. Puedo entender que se olvide, puedo entender que se haya perdido el papel donde la tenían anotada, pero lo que no me gusta es esa relajación... esa dejadez... como diciendo "¡bahhh! ¿para qué me voy a molestar, si arriba me lo pueden decir en cualquier momento?".
Pues eso, que sé que es desproporcinada mi reacción, pero me exaspera.
Me pregunto cómo sería la cosa si en lugar de recordar la contraseña para entrar a su correo, se tratase de guardar las llaves del cielo o un pasaporte a la eternidad...
8 comentarios
Bambolia -
La primera llamada preguntando por una contraseña. A ver cuándo es la segunda... :-(
Bambolia -
Lo cierto es que las contraseñas ya son así. Me explico: cuando sedieron de alta las 120 ctas. de correo -aún no teníamos servidores propios para eso- me pedían el usuario y la contraseña. Creé una especie de combinación de letras y números, en sentido inverso, en sentido normal etc. -tal cual tú propones- y es por eso por lo que es tan difícil recordarlas. La cuestión es que podían haberlas modificado una vez reconocidos y no lo hicieron, con lo que, estamos en las mismas.
Mi compañero ya ha puesto en práctica un proceso de moratoria un tanto exasperante para el que está esperando -porque ésa es otra: ha de ser ya-: lo deja siempre para el final del día, sea el que sea. Tendré que hacer yo lo mismo, :-)
Cruela Deville en forma de ama de llaves -sonido tétrico-...
Oz, es que soy la p*** interina de m***** -aunque lleve nueve años- y no me tienen demasiado respeto porque a mí no me han visto desmontar un PC, pero creo que mi jefe ya está por la labor de no atender esas incidencias, o sea, que en lugar de ponerse farrucos, acabarán viniendo en plan sumiso, como bien dices.
Oz el enterao -
ElPez -
En efecto, mientras tanto vas a tener que apechugar con más consultas, pero en el fondo, ahora las contestarás con ese brillo maligno de los ojos del que sabe que ha provocado el caos :-)
Bambolia -
Lo gracioso es que, a pesar de exigir el valenciano, los escritos se siguen haciendo en castellano...
Esstupenda -
Y comprendo que pierdas la paciencia, pero es sólo por tí que te lo digo, a ellos que les den, pero que les den mucho...Tu ya mentiendes
Bambi -
Por ahí circulan escritos sobre situaciones peregrinas con respecto a lo que puede dar de sí un informático -yo no lo soy; mi trabajo consiste en registrar las incidencias, repartirlas a los compañeros según lo que sea cada cosa y en llevar la gestión administrativa del departamento, pero después de cuatro año, acabas sabiendo un poco de casi todo- que son hiper-mega-realistas. Recuerdo uno el que contaba que a la fotocopista se le había estropeado el cable de la luz, y que pensó "cables... uhhmmm, informáticos" y que allá que se fue, a ver si el informático lo podía arreglar. Y eso, a nosotros, nos ha pasado cuatro o cinco veces.
En cuanto a la paciencia... creo que la perdí después de estar cuatro años seguidos de cara al público en la ofi de información. He de recuperarla, eso lo tengo claro, porque aunque yo lleve razón, tampoco se trata de que conteste a los compañeros tipo Bull Dog, :-(
Esstupenda -
Paciencia Bambi.