Maneras educadas
Traigo la foto hasta aquí porque la primera vez que vi el cartelito que se ve en ella, solté una sonora carcajada.
Y es que, la verdad, yo hubiese sido mucho más explícita y maleducada, de estar en la situación en la que se encuentran las compañeras autoras del mensajito: la máquina expendedora de cafés y otros bebercios calientes y la de la bollería empaquetada están justo delante de sus puestos de trabajo, con lo que se pasan todo el santo día dándole a la tecla con un ambiente de fondo un tanto festivalero, porque son muchas las ocasiones en las que se juntan más de dos personas delante de la "cafetería interactiva" y la espera da pie a conversaciones intrascendentes del tipo ascensor, más o menos "es que mira que nos hace un frío...", "¿viste al concejal ***** ayer, lo que decía en la prensa sobre el tabaco?", "¿te has enterado de que este año tenemos un día más de asuntos propios?"... O sea, información completamente prescindible.
Hace poco han llegado unos estudiantes en prácticas que, sobre las nueve y media de la mañana, se reúnen en este lugar para ¿relajarse?, y claro, ya se sabe lo que pasa con los jóvenes... ¿qué pasa con los jóvenes? ¿será que son muy escandalosos? ¿será que no saben que es eso de trabajar en silencio? ¿será que simplemente desconocen qué significa pasar desapercibidos? El caso es que se montan unas risas que se oyen hasta en la séptima planta -las maquinitas están en la sexta- y, claro, ante algo así, no deja de sorprenderme las buenas maneras de las sufridas trabajadoras, porque la verdad, yo les hubiese pegado cuatro berridos y unos cuantos exabruptos en forma de gestos de mala leche a estos chicos tan joviales... será que carezco de talante. ¡Zapatero, porfa plis, ilumíname!
Y es que, la verdad, yo hubiese sido mucho más explícita y maleducada, de estar en la situación en la que se encuentran las compañeras autoras del mensajito: la máquina expendedora de cafés y otros bebercios calientes y la de la bollería empaquetada están justo delante de sus puestos de trabajo, con lo que se pasan todo el santo día dándole a la tecla con un ambiente de fondo un tanto festivalero, porque son muchas las ocasiones en las que se juntan más de dos personas delante de la "cafetería interactiva" y la espera da pie a conversaciones intrascendentes del tipo ascensor, más o menos "es que mira que nos hace un frío...", "¿viste al concejal ***** ayer, lo que decía en la prensa sobre el tabaco?", "¿te has enterado de que este año tenemos un día más de asuntos propios?"... O sea, información completamente prescindible.
Hace poco han llegado unos estudiantes en prácticas que, sobre las nueve y media de la mañana, se reúnen en este lugar para ¿relajarse?, y claro, ya se sabe lo que pasa con los jóvenes... ¿qué pasa con los jóvenes? ¿será que son muy escandalosos? ¿será que no saben que es eso de trabajar en silencio? ¿será que simplemente desconocen qué significa pasar desapercibidos? El caso es que se montan unas risas que se oyen hasta en la séptima planta -las maquinitas están en la sexta- y, claro, ante algo así, no deja de sorprenderme las buenas maneras de las sufridas trabajadoras, porque la verdad, yo les hubiese pegado cuatro berridos y unos cuantos exabruptos en forma de gestos de mala leche a estos chicos tan joviales... será que carezco de talante. ¡Zapatero, porfa plis, ilumíname!
6 comentarios
Odalys -
Es lo malo de quejarse por algo, que luego vienen otros y te viran la torta que acabas perdiendo más de lo que ganas.
Yo no fumo pero cuando empiezan a prohibirlo todo ya me salen ronchas.
Bambolia -
Vero, jejeje, no la llevo siempre, pero depende de lo que vaya a hacer ese día. En esta ocasión la he cogido a posta para hacer la foto.
Ese fue el problema, Odalys, la falta de respeto de los jovencitos que se reunen todas las mañanas en ese espacio. La gente parece no darse cuenta de que no está sola, :-/
Bambolia -
Odalys -
Creo que más allá del caso concreto está el respeto hacia los demás. En mi caso, tengo mi propia oficina pero no dejan de molestar. Claro, que presto servicio técnico así que por ahí, todo bien, pero si estoy al teléfono, algunos no tienen el menor sentido de respeto de esperar y se creen con derecho a interrumpir, a que yo deje lo que estoy haciendo para atenderles como si fueran el ombligo del universo. Claro, que se ganan unas buenas malas caras; pero es buena idea la del cartelito, aunque no siempre tengo ganas de educarlos :))
Bambolia..., ya está todo listo para lo de tu mami? Espero que pase pronto y muy bien.
Besos!
Vero -
:)
Ciri -