Necesito terapia urgentemente
De verdad, no creo que pueda soportarlo. La rabia aumenta medio gramo al segundo; la impotencia, se duplica cada media hora, y el odio, el odio va a acabar metiéndose hasta en los rincones más inexpugnables de mi mapa celular. El próximo niño, padre o abuelo gracioso, que tire un petardo cuando yo pase por su lado, corre un serio y gravísimo peligro: a no ser que me haya dejado la emotividad en casa -extremo éste harto difícil- descansando, posiblemente acabaré agarrando por el cuello a uno de estos especímenes made in la Valencia de las flores, de la luz y del color que, desde finales de febrero, se creen que la calle es SOLAMENTE suya y que el ruido es sinónimo de alegría, jolgorio y festival continuo.
No contentos con amargarle al prójimo un simple y sencillo paseo, convierten la indispensable necesidad de desplazamiento en una odisea tipo "¿dónde está la trampa?", vamos, sin darle más vueltas y en cristiano: que hasta para comprar el pan te joden la oreja y te ponen los ovarios en la garganta cada vez que, cuando menos te lo esperas, explota un petardo.
Para más rizar el rizo, cargada con dos bolsas de envases y otra de papel para vaciarlas en los contenedores de reciclaje, he tenido que hacer un recorrido turístico por parte de la población. ¿Por qué? Pues porque los señores falleros de la falla de mi calle han decidido montar hoy, 6 de marzo, a todavía diez días del inicio de las Fallas, una carpa en la plaza. ¿Y para qué es esta carpa, siendo como es que ellos tienen un hermosísimo local -casal fallero se llama- donde se reúnen semanalmente? Pues para dar por saco a los vecinos, por ejemplo. Bueno, no. Es para tener más espacio y que puedan explayarse más a su gusto, y así de paso, contribuir a que la zona de aparcamiento se reduzca en un 60% y de rebote, que el tráfico por esas calles se corte. ¡Ahhhh! y como no podía ser de otra forma ¿qué han hecho con todo aquello que les molestaba para poder montar el catafalco ferial? Quitarlo, por supuesto. ¿Y dónde lo han trasladado? ¡Ahhhhh! Se dará una generosa recompensa a quién pueda decirme dónde santas narices han llevado esos contenoderes, porque ni la Policía Municipal ha sabido darme razón... Me ha tocado andar 20 minutos cargada porque ¡ohhhhh, casualidades! los que estaban más cercanos a la plaza, también habían desaparecido por arte de birli-birloque...
Me releo y parezco una vieja amargada... :-( y no me gusta. Pero me supera esa imposición, esa forma de avasallar, esa idea de que SU forma de divertirse es la ÚNICA y con eso está todo arreglado.
16 comentarios
turbo -
Y eso que de espiritual tiene poco y mucho de borrachera es falso, eso ocurre en el botellon forman los turistas, los cofrades creeme que no van borrachos.
Un saludo.
musico -
Bambolia -
Web_ona, lo de la barca tuvo que ser la repera... hubiese pagado por verlo, te lo juro.
demasie -
La_Web_ona -
La_Web_ona -
Esstupenda -
Pero hay mucho de diversión estereotipada y gragaria, no me puedo creer que esto tenga nada que ver con los misterios dionisíacos.
En principio respeto todo, pero cada vez comparto menos y con menos gente.
Será cosa de la edad. Serán cosa de los posos que tú dices
Bambolia -
Lo que no me gusta de estas fiestas tan "antiguas" es que se celebran muertes, ya sean batallas ganadas -tipo moros y cristianos- ya sea, por ejemplo, la Semana Santa. Y luego ese aire de desfile marcial, todos igualitos, todos al unísono... y esa exhibición impúdica, exultante, montando el numerito para que la gente se fije en su indumentaria...
¡Qué fariseos! Por estos lares, los festejos de Moros y Cristianos salen hasta de debajo de las piedras: aquellos moros sí que se aceptaban. Los de ahora, no. Aquellos eran admirables, los sin papeles de ahora sólo merecen desprecio... buajjj, lo siento, me supera...
Seguramente la gente no pensará ni de lejos en todas esas cosas, pero esos nímios detalles van haciendo poso...
Esstupenda -
A mi me produce un poco de repelús tanta autenticidad fingida y tanto narcisismo, por eso huyo a la playa en cuanto que huelo a incienso en las esquinas. Se quedan "los forasteros", es decir la gente de Madrid, que es de cualquier parte menos de Madrid.
Es curioso que mientras más globalizados más interés tiene la gente en buscar las "raíces auténticas".
Para mí lo verdaderamente auténtico en vacaciones es dormir,leer, hablar con los amigos, mucho, y repetir viejas liturgias en torno a la mesa.
En casi todas partes lo mismo es.
Esstupenda -
El barroco revistió, pero es paganismo e idolatría, es decir, más paganismo.
Bambi -
Para mí, sin lugar a dudas, lo mejor: los días previos, cuando tienes la posibilidad de ir a las fallas de la Sección Especial -las más importantes y las que concursan por el primer premio; y por extensión, o casi mejor dicho, por principio, que es de ahí de dónde sale la clasificación, las que se gastan por encima de los 20 millones de pesetas en la falla- y contemplar cómo un maremágnum de aprendices retocan los ninots, les dan las últimas pinceladas a los chillones colores... ese aire de hiperactividad es lo que más me fascina: la crítica, más o menos acertada, sobre algo en particular, ya sea política, ya sea la economía mundial, ya sea cualquier circustancia válida para ser criticada, trasladada a un conjunto de cartón-piedra... año tras año, no sé, tiene algo de kamikace... porque el artista, casi siempre, gusta de que sus obras sean perdurables y cuanto más, mejor...
Lástima todo lo que han montado alrededor...:-(
Kiri -
El único punto negativo: el coñazo del petardeo constante por la calle a todas horas. Como para hacerles comer todos los petarditos a los pelmas, en serio.
Pero qué pedazo de primavera la de Valencia, de todas formas.
Bambolia -
A lo que iba: que la fiesta, como tal, está bien. A mí me fascina, sobre todo y por encima de todo, la labor del artista fallero: entrar en un taller, en la ciudad fallera -una especie de polígocno/barrio en el que están la mayoría de los más reconocidos- es oler a pintura, madera, a minuciosidad, a querencia, a expresividad... -aunque la mayoría se hayan anclado en un arte barroco y recargado-. Ver cómo van plantando el monumento, algunos de los cuales miden más de 20 metros de altura, para luego pegarles fuego a los cuatro días, es algo difícilisimo de explicar. Y sólo por eso, esa gente, para mí, tiene y tendrá siempre todos mis respetos y mi admiración incondicional. Pero... el resto de la fiesta, lo que se ha montado alrededor... es chabacano y exhibicionista, por no hablar de la vertiente machista -eso ya da dentera-: la mujer emperifollada, desfilando con sus mejores galas, como si fuesen -y así se lo hacen creer- objeto de adoración.
Y todo eso lo pasaría por alto, de verdad, porque cada cual elige cómo hacer para divertirse, y si a una mujer le alegra la vida el colocarse unas faldas abombadas de un tejido elaboradísimo y recargadísimo porque su mayor ilusión es gastarse 3000 euros en un traje completo, no voy a ser yo la que la critique -otros pensarían que yo estoy majareta por desear con toda mi alma ver un espectáculo en Brodway-. La cuestión es que, más o menos, desde hace unos 20 años para acá, lo de los petardos ha ido a más y ya no se tiene control, y no se limitan a la semana fallera -la celebración, según el calendario, dura cuatro días- sino que se pasan casi un mes dale que te pego con los petardos, a todas horas. Es curioso, porque a medida que la legislación ha sido cada vez más restrictiva -por los peligros que conllevan-, más gente sale a la calle a destrozar los tímpanos de sus vecinos... no lo entiendo.
Ayer estaba paseando con un amigo que vive habitualmente en Castellón -a 60 km de aquí-. Allí también se vuelven locos con los petardos y la pólvora -en toda la Comunidad Valenciana siendo exacta-. Bien, pues se extrañó del descontrol: no había ni una sola acera por la que se pudiese caminar tranquilamente. Me vino a decir "pero si todavía quedan diez días hasta fallas..."
Me tranquilizó, en cierta forma, el darme cuenta de que no soy yo la que exagera. Aunque no es un buen consuelo, claro.
Fri, lo lamentable es que hay mucha gente a la que no le gusta o a la que les molesta en exceso lo de los petardos y nos tratan de locos y desarraigados, :-(
Esstu, lo de la Semana Santa andaluza tiene que ser insoportable... a mí me dan hasta miedo, de verdad. No soporto verlo ni en la tele... festejar la muerte de una persona de esa forma es masoca, por mucho que luego los creyentes vengan diciendo que resucitó... Y luego hablan de los reality show...
Esstupenda -
También yo estoy en el sur y mil veces estoy hasta la campanilla de tanto joío nazareno, petarditos rocieros (más chauvinista la Virgen del Rocío no puede ser)y atascos de Feria.
La leche que le han dado a tós.
Fri -
eMe, las tradiciones son como muy floridas y tal, dan la impresión de pertenecer a un clan y pueden ser hasta divertidas (hay tradiciones que no son tan divertidas). Lo malo es cuando son impuestas tan sólo por el hecho de ser tradición, causen las molestias que causen.
Te pueden romper los tímpanos porque es tradición...
eMe -
Las festividades españolas conservan el encanto de lo tradicional. Aquí, en el sur del sur, no queda nada. Será porque no hermos discernido aún cuál es nuestra tradición.