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De espaldas

El peso de la religión



Una va, entra, sale, vuelve, camina, pasea, y de repente, sin una razón aparente, una gira la cabeza y su vista se detiene en una combinación de desidia y deseo, que convierte el ansia por las antigüedades en un sacrilegio digno de una excomunión hereditaria en la época franquista.

La foto es borrosa, pero tengo la sensación de que el olor a rancio, a humedad sometida a cerrojo, se disolvió, de repente, en un vapor ascético.

Mi madre les llama trastos viejos, yo... yo no sé cómo llamar a este cúmulo de cosas inservibles que juegan a emparejarse de manera harto complicada.

14 comentarios

Bambolia -

Jajaja, eMe, eso de catalogar a tu marido como una superchería o cosa vieja no ha estado mal, no, :-)

Yo tampoco soy de guardar las cosas, y en todo caso, si las retengo es porque me sabe mal tirarlas a la basura cuando sé que alguien las puede necesitar. Intento localizar a gente que las pueda emplear.

eMe -

Le he dicho a la muchacha que tirara unos angelitos que había por ahí, servían pa juntar polvo. Me los llevo, Miriam, me dijo, Llévelos.
Hace tiempo ya Pío apareció con una cruz colgada del cuello. Y de dónde sacaste eso, pregunté. Me la dió mi abuelo Iaio. -Y sabés que significa, -No. Pues nada, a la mierda con la cruz.
Nada de supercherías ni cosas viejas en mi casa. Ese es mi lema. Por eso me deshice de mi marido.

Esstupenda -

Jjajaja, lo mejor sería el viaje para recogerla. después habría que hacerle algunos arreglos.

Bambolia -

Queda de p*** pena, la verdad. En un par de ocasiones le planteé el cambiar el mármol por otro más claro, en un tono crudo o rojizo, no sé, más "terrenal", pero no hay tu tía... Creo que la solución será descantillarlo, porque entonces seguro que lo cambia.

Yo no he comprado nunca nada "rescatado" del desván: las cosas que tenemos en Linares como decoración son heredadas.

Siempre he tenido la sensación de que los muebles tienen vida, de que responden a lo que las personas que los poseyeron como si fuesen una prolongación de sus sentimientos. Sé que es una estupidez, pero no sé si sería capaz de comprarme una cómoda antigua -por poner un ejemplo-. Una silla... quizás, pero una cama, un armario o una mesita de noche... ufff... otra cosa es que, por un viaje o porque te invitan, duermas o emplees muebles que han pasado por muchas manos, pero comprarlos yo... no. Y no es por el afán de posesión, de tenencia, de pensar que algo de segunda mano vale menos, no. Es que me sentiría como si estuviese violando algún precepto moral sobre la intimidad.

Fri -

Y lo terrible que queda un mueble oscuro con la encimera de marmol negro o gris. Yo no puedo con ellos. Me recuerdan a tumbas.

Fri -

Sí, es curioso como uno se aferra a una estética o un objeto determinado y no hay manera de que lo cambie. Es casi como un amuleto.

Los paragüeros esos ya me parecían odiosos cuando tenía seis o siete años. A lo mejor, cuando sean "antigüedad" me gustan y todo. Aunque para eso ya tienen que pasar cien años, y como que no me pillará con fuerzas.

Pero no creo. Aquí hay muchas ferias de almoneda en las que se venden todo una serie de porquerías más o menos antiguas, que no son consideradas aún como antigüedades, y a mí me dan repelús. Las observo, pero nunca compraría nada.

Y sí, ese olor es algo que se te queda en los pulmones. Ahora mismo parece que lo estoy sintiendo, es como humedo también. Y desolado, es un olor desolado.

Bambolia -

Lo del aura sí que es cierto, sí. A mí me atrajo, cuando me giré, el hecho de ver a una virgen colocada encima de algo tan prosaico como un peso abandonado.

Aber, sí que parecen cementerios, sí. A mí lo que más me desagrada de una tienda de antigüedades -como las que se pueden ver en el Rastro de Madrid- es el olor: se te mete por los poros. Es como cuando pasas por delante de una tienda situada en los bajos de una finca antigua y que lleva muchos años cerrada: es tan característico el olor...

Esstu, si quieres te digo dónde la vi; a lo mejor, hasta te la venden, :-)

Bambolia -

¡Qué miedo me daban a mí esos altarcitos, Fri!

Lo del paragüero... jajaja, en casa de mis padres todavía está, y en Linares, mi madre se empeña en conservarlo, y no hay forma humana de hacerle ver que es horroroso: hasta una vez le cambió las estampitas. Le regalé otro de mimbre y acabó pintándolo porque el color no "iba" con el resto de los muebles, con lo que está en otro sitio... Ya hemos abandonado toda esperanza de que termine en la basura. En la entrada de Linares se empeñó en poner su recibidor de marqueteria con el espejito y el mueble con el sobre de mármol negro -que queda con el terrazo rústico como una patada en la boca del estómago-.

Espero que dentro de 20 años ese tipo de muebles se consideren antigüedades...

En realidad, lo importante es conjugar o equilibrar el deseo de todos, y aunque es algo complicado, si para que ella se sienta a gusto, las sillas tapizadas con seda estampada a florecitas han de estar al lado de un enorme cántaro en el que se guardaba el grano, pues ná, que todo el problema se reduzca a eso...

Bambolia -

Oz, una imagen gráfica de nuestros pensamientos... quizás sí que la tengamos, porque cada vez que soñamos, recordamos, recreamos un espacio; de una u otra forma, la caja de galletas sí que está. No sé si sería capaz de afrontar la visión de la pasión de una noche de febrero materializada en forma de antigüedad, con todas las decepciones que vinieron detrás sujetas de las telarañas que la incredulidad fue tejiendo a base de despropósitos... No sé...

Aclaro una cosa: la foto no es de mi desván -bueno, en la zona de Teruel donde está Linares le llaman falsa- ni de uno conocido: esto lo vi en una taberna que está "decorada" con multitud de trastos inservibles.

Esstupenda -

Yo pondría esa balanza en mi salón, es muy bonita, me gusta mucho más que cualquier reloj de pared.

Aber -

Seguramente esa balanza da el peso exacto de la santidad... La verdad es que siempre me han dado algo de repelús esos objetos cubiertos por esa pátina de abandono, de cosa ajada e inútil que ya nadie va a utilizar. Parecen cementerios de cosas, como si anteriormente hubieran tenido el privilegio de la vida.

Rodrigo -

Exactamente.
Atrás parece un aura de santidad... que increible.
(lástima que no indique cuánto es el peso)

Fri -

Me recuerda a las imágenes de vírgenes que había antes en los recibidores de las casa. A mí se me ha quedado grabada esa imagen de la casa de pueblo con su virgen, y la pared fría, desolada, y las flores de plástico en el recibidor. Y el paragüero, claro, que tenía pinturas de caballos galopando y paisajes alemanes.

La foto está muy bien. La balanza esa que tiene detrás parece un aura de santidad.

Oz cavila -

En ocasiones he sopesado la posibilidad de que nuestra mente sea tambien como esos desvanes trasteros. ¿Qué pasaría si pudiéramos tener una imagen gráfica de nuestros pensamientos? Igual nos sorprendíamos al ver en el más lejano estante una colección de besos olvidados; desparramados por el suelo el montón de días de escuela; en un rincón los zapatones polvorientos de la mili; cara a la pared el amigo aquel... Y una cocina de carbón donde se calienta café con leche al lado de una caja de galletas maría.