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De espaldas

Impresión



Eso es, una impresión... Meras pinceladas que no dan una forma perfeccionada pero sí dibujan una silueta que se intuye, que se vislumbra.

Soy incapaz de moldear la sensación, pero el hecho de que no sepa qué lugar darle en mi espacio no le resta fuerza.

A veces, sólo a veces, tengo la impresión de ser la única que ha estado, en ocasiones, en el borde de un pequeño abismo.

¿Para qué sirve tanta protección si se deja de sentir? Miedo y pavor, y aún así, cada vez soy más consciente de que la bondad y la maldad sirven para limitar.

Sé que no se entiende, pero es que no me entiendo ni yo misma.

El cuadro se titula "Impresión de un amanecer" de Claude Monet -de ahí el movimiento impresionista-.

13 comentarios

Bambolia -

NoA, no van por ahí los tiros, no. Hablo de padres controladores, de padres restrictivos, de padres castradores, de padres incapaces de asumir que sus hijos son idependientes. Los he visto de cerca y no tiene nada que ver con el lógico miedo que se suele tener cuando están camino de enfrentarse al mundo, no. Se trata de algo más extremado, más "no vas así porque lo digo yo". Es como si de repente, fuesen la panacea del reaccionarismo más absoluto. Categóricos, enérgicos, sin argumentos, sin opción al diálogo, sin... y tengo la impresión de que todo eso es miedo, miedo a no saber afrontar lo que se puedan encontrar cuando sus hijos pisen la calle.

No todos los padres son así, ¡menos mal!, pero los hay, NoA y yo tengo a mi alrededor unos cuantos. Y no deja de asombrarme... es un poco como el proceso de involución del que hablaba en una entrada de hace una semana y pico. Quizás, en lugar de ser una involución -como yo lo veo- lo que sea es una evolución normal hacia un estadío más responsable... pero no creo que el interferir en la estética de una adolescente sea una muestra de haber alcanzado un mayor grado de responsabilidad, :-(

Noamanda -

Ummm, todo está muy bien y estoy de acuerdo en todo, menos en la apreciación que constatas aquí sobre los padres; y es que a veces, -sin querer- no hacemos empatía con la situación en sí de ser padre. Lo último conlleva unas dificultades que hacen a veces parecer al progenitor: um ni sé, pero cuando menos no parecer que ha pasado por la misma fase que el hijo.
Y es que, cuando seas madre, te darás cuenta de muchos aspectos y contextos que te hacen limitarte un poco más hacia con tus hijos. No sé, bueno sí sé que me explico poco, pero como siempre ni tiempo de repasar la información q te he soltao...mi hermana trabaja en casa de acogida con hijos de...y cuando viene a mi casa y observa a sus sobrinos; es la prime en decirme que ¡cuán diferentes son las cosas cuando te atañen en el alma!

Jaja, me gusta el término acuñado para los abrazos: y es que yo sin ellos no podría vivir, pero especialmente que lleven airbag, jaja!

Bambolia -

Eso es, Fri, eso es. Existe la convencionalidad, no la normalidad.

Puedo entender que el aceptar ciertas cosas no resulte agradable, pero de ahí a que por negarse una evidencia, se acabe matando al mensajero... es lo que no me cuadra en absoluto.

Oyes hablar a algunos padres, por ejemplo, sobre lo que sus hijos hacen o no hacen en los colegios, sobre cómo se comportan con sus amigos, sobre la ropa que emplean, y me cuesta horrores entender que alguna vez pudieron ser jóvenes. De verdad. Y ése es un mero ejemplo...

No se trata de que yo sea más auténtica que otros o de que sea tan sincera que hasta mis sentimientos más rastreros soy capaz de contar, no. Es que intento equilibrar la balanza y no puedo...

Fri -

A lo mejor es que ellos no disfrutan de nada. Por eso intentan joder la vida de los demás, para estar todos en igualdad de condiciones.

En mi opinión, la "normalidad" no existe. Existe la convencionalidad, como un velo que lo oculta todo. Y el autoengaño es un arma poderosa. Pocas personas se quieren ver tal como son, con sus debilidades, sus contradiciones (que no son reprochables, símplemente son), porque les dolería demasiado.

Bambolia -

Lo sé, Fri. Pero es que no sé si es porque me hago mayor o porque la gente que me rodea se ha instalado en una especie de "burguesía del comportamiento" y aspiran a que les otorguen una matrícula de honor. Es como si estuviesen haciendo méritos para alcanzar el estadío del perfecto hombre/mujer de bien. Y me desespero, porque sé que no se trata de mostrar al "público" las intimidades menos agradables y que, por desgracia, se tienden a reprochar, lo sé. Pero si al menos no se les llenase la boca de alabanzas hacia el triunfador, de juicios morales hacia los que no tienen prejuicios en reconocer que gustan de casi todo y de que disfrutan de otras maneras... Me supera.

Lo de las "happy family" es terrible: ayer leía en el Habitat del unicornio una entrada de Luis Muiño en la que terminaba su exposición mentando una frase de la película "American Beauty": "Nunca menosprecies el poder del autoengaño". Y es completamente cierto. No existe más ciego que el que no quiere ver...

Lo malo de todo esto es que tanto estiramiento a base de moralina no sólo entorpece la vida de los que lo practican, sino la de los que están alrededor, :-(

¿Qué es normal, Fri? A mí me parece que los parámetros son tan distintos según quién lo aplica...

Fri -

Hace tiempo, me molestó que una persona que quería saber de mi vida (morbo, morbo), tras conocer cosas sobre mi familia, dijera que su familia era "normal", como para reafirmarse en la "normalidad" de su familia frente a la no normalidad de la mía.

Luego me enteré de cosas sobre esa persona que indicaban que su familia tampoco era "normal", sólo que su "anormalidad" era menos escandalosa que la de mi familia porque no había un divorcio de padres por medio. Una "anormalidad" escondida, oculta, que simula armonía cuando no la hay. Los padres de esta chica se llevan fatal y siguen juntos, la madre lleva más de veinte años tomando antidepresivos para aguantar. Eso es lo "normal".

Y de esas normalidades de gente perfecta y armónica he visto muchas. Lo peor es que son aburridos.

Fri -

Bambi, lo que pasa es que la hipocresía de los demás les impide reconocer que ellos son hipócritas, como todo hijo de vecino. Porque sin hipocresía es imposible vivir en sociedad.

No te fustigues por ser como eres. Es absolutamente normal enfadarse, gritar, perder los papeles. Peor es reprimirse y disimular todo el rato fingiendo que uno está por encima de sentimientos tan humanos, tan animales. La rabia, la ira, el miedo y tantas otras cosas, son comunes a todos.

Bambolia -

Gracias por el abrazote, Kiri, ;-)

No era nada en concreto, ni motivado por un hecho en particular. Era y es una sensación que me descoloca: miro alrededor y todos parecen hacer las cosas bien; nadie en su vida ha cometido excesos, nadie en su vida se ha emborrachado, nadie en su vida ha mentido, nadie es hipócrita, nadie es grosero, nadie grita, nadie se excede o se propasa con los que son más débiles en un momento en el que pierde los papeles... en contraposición, yo grito, yo me enfado, alguna vez que he perdido los papeles lo han pagado los más inocentes, soy hipócrita por necesidad, soy mentirosa por convicción... tantas cosas, Kiri... que es como si no estuviera en este mundo o por ser como soy mereciese una lobotomía moral.

Kiri -

Pues no sé muy bien de qué estais hablando, pero ese cuadro en particular, me gusta.
Y esto, ¿no será que te preocupas demasiado, Bambi?
Yo te veo una persona con mucho sentido común. No me cuadra que seas temeraria.
En fin, yo he tomado la decisión de no ser cuidadora de nadie, más que de mi hija y del gato. Esto en mí, con las cortapisas de mi educación, me resultaba temerario, pero mira: va saliendo.
Un abrazote con airbags.
(tengo dos bien hermosos y a los niños les molaba apoyar la cabecita en ellos, jaja)

Aber -

"Y quizás sea porque necesito convencerme de que el no hacer las cosas como mucha otra gente no es ni malo ni bueno, simplemente, es. Y en contraposición a esa seguridad tan ansiada, tan perseguida, unas cuantas dosis de abismo, de cruzar los límites que otros han marcado para mí, no está de más."

Es que también me veo retratao.

Bambolia -

Has empleado la palabra que más repito últimamente, Fri: temerario. Y quizás sea porque necesito convencerme de que el no hacer las cosas como mucha otra gente no es ni malo ni bueno, simplemente, es. Y en contraposición a esa seguridad tan ansiada, tan perseguida, unas cuantas dosis de abismo, de cruzar los límites que otros han marcado para mí, no está de más.

El cansancio tan abrumador de las últimas semanas creo que no es físico, y si lo es, al menos, su origen no deviene de un sobreesfuerzo generalizado: ver y no ver, una alternancia que desgasta.

No sé si replegarse es la solución...

Aber, ni tan siquiera existen esos air-bags: es como si estuviese flotando a la espera de que alguien me tirase del brazo para hacerme caer a tierra.

Aber -

Es muy difícil etiquetar esas impresiones; ocurre como si llevaras una venda translúcida en los ojos que sólo te permite vislumbrar los trazos más groseros de ese abismo que se abre a tus pies.

A veces tengo esa sensación de vivir de forma vicaria, inauténtica, entre air-bags vitales que amortiguan los encontronazos con la realidad. Algún día de estos se desinflarán, para bien o para mal.

Fri -

"¿Para qué sirve tanta protección si se deja de sentir?"

Es eso, Bambi. A veces, sólo a veces, liarse la manta a la cabeza y lanzarse es, aunque temerario, la única forma de sentirse vivo.