'Estupidiología'
En La Contra, del periódico La Vanguardia, publicaron una entrevista a Paz Torrabadella, una psicóloga que ha escrito un libro titulado "Estupidez emocional". Un buen amigo me recomendó su lectura y bien que hizo, la verdad. Conocedor de lo mal que estoy llevando la muerte de Zas, pensó que quizás el colocarme delante de un escrito en el que se destaca lo muy estúpidos que podemos llegar a ser a veces, me iba a ayudar a darme cuenta de que siempre existen motivos para sentirse angustiados si insistimos en instalarnos en lo mal que funciona el mundo y en cuán grande es la desgracia que nos rodea.
De toda la entrevista me quedo con un par de afirmaciones realizadas por Paz Torrabadella: la primera, con la entradilla con la que se resume el contenido de la conversación, "Coleccionamos excusas para sentirnos infelices" y la segunda, "Debería existir la asignatura de estupidología, porque dedicamos muy poca energía a un fenómeno que condiciona nuestras vidas y sociedades."
Nos hace tanta falta desdramatizar y relativizar... me hace tanta falta desdramatizar y relativizar... tanta falta...
De todas formas, como las generalizaciones me abruman y algunos libros de divulgación, aun persiguiendo lo contrario, la particularidad, acaban navegando por un océano cuando comenzaron haciéndolo por un pequeño lago, me niego a aceptar que el dolor, la angustia y el malestar de un ser humano sean siempre fruto de su estupidez, de su falta de capacidad para gestionar sus emociones y de sus ganas de ser víctima y, de esta manera, ser compadecido por el resto. Pasar por encima de algunas cosas o ladearlas es una solución a corto plazo que, sí, evita sufrimientos, pero que a la larga, acaba desnaturalizándonos.
Me voy a llorar un rato...
Lunes, 14 de marzo de 2011, 14:16
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Addenda, 14 de marzo de 2011, 14:41
Siempre existe una opinión contraria, siempre, :-)
En La Contra de hoy la entrevista es a Eva Illouz, filósofa. Pone a caer de un burro a todos aquellos que persiguen la autorrealización... Me quedo con su "Llorar, que era lo más natural del mundo, hoy es un trauma que debe tratarse a pastillazos."
Ahora tengo un dilema: ¿cuál de las dos es la estúpida, la que reconoce que vivimos en un mundo repleto de estupideces o la que aboga porque cada cual se mire el ombligo cuando le plazca y se deje de monsergas positivistas?
Ufffff, qué difícil...
6 comentarios
Eri -
Aunque quizás quieras que otro se cruce en tu camino y que te acompañe a casa...
Un beso
Bambo -
Eri, cielo, sé que todo lo que me puedas decir tú, con lo que has ayudado y ayudas en centros de acogida de mascotas, es muy sentido. Gracias, de corazón.
Es cierto que los perros carecen de la estupidez humana que todos conocemos, por haberla compartido e incluso, a veces, sin ser conscientes de ello, por haber caído en ella. Es un cariño incondicional... hoy tengo el día tristón, :-(
Ya no he de levantarme temprano para sacarlo, no hace falta que salga por la tarde, cuando llego a casa de la calle ya no oigo la puerta como si se fuera a desencajar por sus patadas cuando me reconocía... cuando apago el ordenador, la musiquita de windows ya no lo hace moverse de su sillón para irnos a dormir... son tantas situaciones cotidianas las que hecho en falta que mi casa, que siempre me gustó, es ahora un lugar triste...
Quizás todo esto sea el resultado de otras muchas cosas acumuladas... pero es lo que hay. Algún fabricante de pañuelos de papel hará fortuna conmigo, :-)
Ericilla -
Yo ya tengo superado el que algunos al óír mis estupideces se queden con cara de estúpido asustado por el grado de humanización perruna que tengo.
Em definitiva: "Anda que esta no está loca ni na; que es sólo un perro..."
Ése es su argumento, y el mío para estas ocasiones es: se ha ido un cachito de mi vida.
No cambio los paseos por el campo con mis perros por la compañía, -hasta ahora- de ningún humano.
Sí qe lo siento, pero es así.
Siento mucho que pases por ello y no te creas culpable, por favor.
Sponge -
Como te he dicho en el otro post, no sabía nada de lo de Zas. La verdad es que no sé mucho qué decirte, la muerte y yo tampoco nos llevamos. Pero sí sé qué se siente cuando se pierde a un amigo peludo. Pierdes un amor incondicional, no infectado por las estupideces que mencionas en tu post, y entonces sí que alivia el llorar. No es que la pena se haga menos, sino que liberamos esa rabia contenida del "por qué yo", y esa eterna tristeza del "nunca más".
Que sépas que desde aquí te mandamos nuestro cariño. Sí, es esa suave brisa que te acaricia la mejilla...
Bambo -
Lo malo de este asunto ya no es sólo que haya muerto mi perro... son muchos sentimientos encontrados. Por una parte, de vergüenza por cómo estoy de dolida por su desaparición, sobre todo, porque en el círculo de la gente que me es más próxima han fallecido este año varias personas y me resulta complicado mostrar lo que me ronda por la cabeza, porque es como si les faltase al respeto... Por otra parte, me impresiona muchísimo la línea tan frágil que existe entre la vida y la muerte: el mero hecho de que con una inyección y en apenas un minuto, todo se haya acabado. Es el hecho, en sí, de lo que supone la vida, de las vivencias, del estar, de lo que somos... trasladado a nosotros... Alguién a quién aprecio mucho me dijo hace poco que esa vivencia me tenía que ayudar a darme cuenta de lo preciada que es la vida, de que hay que vivir el momento, porque en segundos podemos de dejar de estar... y tiene razón, mucha razón, pero me siento tan responsable de su muerte... tanto... tomas conciencia de que nada es trivial, que cualquier decisión puede acabar siendo vital en nuestras vidas. No es solamente que su ausencia física convierta mi casa en un espacio triste, no... es mucho más que eso.
Nunca he sabido manejarme bien con la muerte. Creo que no soy la única, pero sí que sé que no es algo que se pueda hablar como el que cuenta qué ha comprado esta mañana en el mercado... seguramente, nos iría mejor si se hiciera así, como algo natural, pero el pudor, el temor a que lo que expresas pueda ser tomado como algo puramente morboso, nos frena... al menos a mí... en fin...
Me debato entre la racionalización, para intentar comprender algo que se me escapa y el dejarme llevar por lo que siento, que quizás sea lo más necesario, porque la tristeza no existiría sin la alegría y viceversa...
Ana -
No sé... igual lo que necesitas es no leer de este tema. Lo desconozco.
Un abrazo.