El cumpleaños de mi padre.
El ajusticiamiento de Sadam Hussein
La llegada de la última. Mañana, una amiga muy cercana, cumplirá 29 años. Habrá que celebrarlo. Si alguien quiere acompañarme... Es un absurdo, lo sé. Pero las cosas se llevan mucho mejor si se toman con humor.
Ha estallado un artefacto en el aparcamiento de la T4 de Barajas. Heridos leves, grandes destrozos y una llamada a un diario vasco avisando ¿a alguien le suena de algo? En nombre de ETA, dicen ahora. Un coche bomba, añaden.
No son horas para emborracharse, pero desde luego, motivos para querer olvidarse del mundo en el que vivimos, no faltan.
A pesar de todo, buen día.
Voy a hacer algunas compras -y a estirarle las orejas a mi padre: 71 años. Está tristón y no sé cómo animarlo. Mi madre se deteriora demasiado deprisa-.
A la mierda la tregua. Se necesita ser retorcido, hijo de puta y... yo qué sé... de verdad... y los de siempre, ya andan metiendo caña en la radio... ¡qué asco, pero que asco más grande, por Dios!
Addenda 11:30 h. de 30-12-2006
He suprimido el enlace a la noticia de la ejecución de Sadam Hussein porque esta mañana no había todavía fotografías sobre el proceso de su muerte. He entrado ahora a ver qué se decía de nuevo y he visto que han incluido imágenes. Me niego en rotundo a caer en un morbo innecesario. Brutal e inhumano. Me da igual que este hombre sea el responsable de miles de muertos. Me deja pasmada cómo la prensa, en general, ha sido capaz de ampararse en el derecho a la información de los ciudadanos para justificar que se muestren las imágenes. No es la primera vez que lo hacen: desde los asesinados en China hasta las lapidaciones... Todavía tengo en la memoria la imagen del dictador rumano y su mujer, reclinados sobre una pared y con un hilillo de sangre en la frente...
Y tenemos la desfachatez de llamarnos civilizados... En fin, no sé de qué me soprendo...