Subjuntivo
Ahí debería de estar.
Lo que desearía pero que no puede ser. La rabia me está nublando la razón. Lo sé. Sé que salto a la primera de cambio y que estoy haciendo con ella lo que tantas veces le recriminé, en silencio, cuando la veía, como una fiera, encolerizada, dirigirse a su madre. Sacando todos sus demonios. Como si la debilidad fuese un cesto que es capaz de recoger todas las miserias humanas.
Addenda, 12:57 h.
He reposado. Mejor dicho: las ideas han reposado. Mucho mejor dicho: los sentimientos han reposado. La calma ha venido de la mano de la rutina. Escapo de ella pero ella es la única que sabe darme la tranquilidad de una vía muerta. Suena mal, pero no. Es mejor un impás que subir a la montaña rusa y caer en picado. Otra vez la montaña rusa. La goma elástica acaba perdiendo sus facultades. Se cuartea, a medida que pasan los años.
Vuelve a estar en el hospital y me siento una traidora. El enfrentamiento es contínuo: ahora que he decidido que mi tiempo es mío, me llueven los cortes de suministro. Me llegan tarjetas invitándome a "compartirlo" porque ha empezado un baile que durará toda una noche. O más de una. Tal vez, incontables noches. Me revuelvo.
Addenda, 16:26 h.
Qué malas son las pelis de Antena 3. No vuelvo a dejar la tele encendida en esa cadena. Jamás de los jamases. No la estoy viendo, tan solo oyendo -ya, ya, sé que es estúpido hacerlo, pero hace ruido, y de cuando en cuando, el ruido se agradece y no desconcentra demasiado- y me está provocando un sarpullido emocional. Sí. Existen. Es algo parecido a la vergüenza ajena. Lo dicho: no vuelvo a dejar la tele en ese canal. Al final, acabaré aficionándome a la música. Lo estoy viendo.
1 comentario
Amanda -
:)
Tienes cd seguro en el pc no?
Aunque lo del sonido de altavoces no sea lo nuestro. Si te pones los cascos, pues escuchas tus cancioncillas prefes.