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De espaldas

Aturdida

Con esa sensación de que algo inoportuno se avecina, sin ser capaz de identificar de dónde viene esa premonición y qué origina en realidad ese miedo escondido en el gesto, intermitente, repetitivo, de pasar los dedos de la mano izquierda por la frente.

El círculo se estrecha y no me gusta verme dentro de él. Prefiero ser espectadora. Sé que no puedo elegir. He de ser radio, eje, cuerda. Y he de permanecer en el área que las circunstancias han delimitado por y para mí. No hay vuelta de hoja.

¿Tremendismo? En absoluto. Mera constatación. Planteamiento científico. Eso es lo que me gustaría. Que este tipo de sensaciones se pudieran diseccionar como si de una autopsia se tratase: un 55% de ansiedad por el lado izquierdo, un 5% de angustia, un 23% de pánico y un 17% de negación de la realidad. Terapia recomendada: tomense los artículos nº 15, 22 y siguientes del capítulo tercero del título octavo del Decálogo "Ajustes necesarios para conseguir un comportamiento automatizado".

7 comentarios

demasie -

eso suena a fiesta en casa de bambolia

Bambolia -

Sí, eso es cierto, pero como llevo tantos días en plan "profesional en acompañante a médicos varios -diga su especialidad y sabré acoplarme a sus necesidades-" que no me ha dado tiempo a salir de pendoneo-pseudocultural. O sea que he ahorrado que no veas... Creo que mi bolsillo se lo podrá permitir; por esta vez, claro, y que no me oiga Zaplana que sino me dirá que vivo mejor que quiero.

KiribatiK -

Psseee... El om sale más barato...

demasie -

Estoy totalmente en contra de kiribatik.
Mejor la cerveza.

Bambolia -

Cínica, estoy empezando a pensar que me voy a quedar sin clasificar el aturdimiento, sin ponerle la etiqueta. Quizás este "no saber", con toda la ambigüedad que conlleva, es preferible.

KiribatiK, estoy por decantarme por los cubatas... el ommmmm tengo que descubrirlo todavía y estos días no tengo demasiado tiempo.

KiribatiK -

Escucha a tu intuición. La intuición es una fuerza muy poderosa: las mujeres observamos tanto sin darnos cuenta, por costumbre, por herencia histórica, que almacenamos cantidades asombrosas de información. Y luego, desde allá al fondo, una vocecita nos avisa de que algo se avecina.
Hay que escuchar. Tal vez necesitas algo, buscas algo o te está buscando algo.
Mucho ommmmm... O unos cubatas. También vale.

seamos cínicas -

Sí, esas sensaciones son difíciles de clasificar. Ánimo.