El año del diluvio
Me decepcionó. Pasa por encima de la historia, sobrevuela. No se implica: los personajes están encorsetados y existen lapsus en la narración que hace que la evolución de los sentimientos no se entienda, como si todo fuese excesivamente precipitado.
Las relaciones interpersonales son más de lo mismo, y la historia paralela de los maquis, es burda: el lider casi no tiene contacto con la protagonista, y sin embargo... no, no me encajan las piezas. El mero hecho de ver cómo acababan con ellos, cuando uno ha resultado ser su fiel acompañante en las idas y venidas al caserón del "señorito", como si de un perrito faldero se tratase, hubiese sido el momento perfecto para que se produjese una catarsis, una evolución y sin embargo, ella no se rebela contra ese abuso de poder.
Y la ruptura final del tiempo, para acercarla a un pasado relativamente próximo, sobra. Si se pretendía contar cómo se sintió la monja durante todos esos años con respecto a su secreto mejor guardado, situarla en su propia muerte es un recurso demasiado mañido.
Fanny Ardant tampoco es que haya hecho el papel de su vida, desde luego: inconsistente, y abusando de las miradas lánguidas y la medio sonrisa de labios abultados. Dario Grandinetti es, más o menos, como un objeto inanimado: casi no se expresa con el rostro. Parece, por lo que cuentan las criadas, que es un hombe que ha arrastrado pasiones por su carácter temperamental, porque nunca se le ha negado nada, y si eso es verdad, el señorito ha tenido que sufrir un ataque de paralis facial y antes de rodar, seguramente, se habrá tomado unas cuantas tisanas de valeriana: pánfilo a más no poder. Me ha decepcionado.
En fin, que esperaba más. Se deja ver, que ya es importante. La factura es correcta, eso sí. Hay escuela. Desde luego, te hace pensar en cuántas historias, desgarradoras las más, permanecen silenciadas por el paso del tiempo... Lo de los maquis fue tan brutal...
Más datos sobre la pelicula
Las relaciones interpersonales son más de lo mismo, y la historia paralela de los maquis, es burda: el lider casi no tiene contacto con la protagonista, y sin embargo... no, no me encajan las piezas. El mero hecho de ver cómo acababan con ellos, cuando uno ha resultado ser su fiel acompañante en las idas y venidas al caserón del "señorito", como si de un perrito faldero se tratase, hubiese sido el momento perfecto para que se produjese una catarsis, una evolución y sin embargo, ella no se rebela contra ese abuso de poder.
Y la ruptura final del tiempo, para acercarla a un pasado relativamente próximo, sobra. Si se pretendía contar cómo se sintió la monja durante todos esos años con respecto a su secreto mejor guardado, situarla en su propia muerte es un recurso demasiado mañido.
Fanny Ardant tampoco es que haya hecho el papel de su vida, desde luego: inconsistente, y abusando de las miradas lánguidas y la medio sonrisa de labios abultados. Dario Grandinetti es, más o menos, como un objeto inanimado: casi no se expresa con el rostro. Parece, por lo que cuentan las criadas, que es un hombe que ha arrastrado pasiones por su carácter temperamental, porque nunca se le ha negado nada, y si eso es verdad, el señorito ha tenido que sufrir un ataque de paralis facial y antes de rodar, seguramente, se habrá tomado unas cuantas tisanas de valeriana: pánfilo a más no poder. Me ha decepcionado.
En fin, que esperaba más. Se deja ver, que ya es importante. La factura es correcta, eso sí. Hay escuela. Desde luego, te hace pensar en cuántas historias, desgarradoras las más, permanecen silenciadas por el paso del tiempo... Lo de los maquis fue tan brutal...
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3 comentarios
Esstupenda -
Aunque "el tercer hombre" es una gran película sacada de un "librito" ( me refiero a número de páginas)
Bambolia -
Grandinetti y la Ardant están normalitos; eso sí: verlos en acción ya es para tenerlo en cuenta.
Esstupenda -
No sé si ir a verla, porque la verdad es que el Grandinetti y la Ardant son platos fuertes...Aunque yo hubiera puesto a Federico Luppi (hace 10 años, la verdad)