La familia de Zas
Sé que va a sonar a guasa, pero es la pura verdad...
Hace un tiempo, por cuestiones personales, tuve que hacerme cargo, al cien por cien, del cuidado de Zas. Hasta entonces, pasaba medio día en casa de mis padres -las siete horas del trabajo- y el resto, conmigo.
Cuando comenzó a quedarse solo en mi casa, acostumbrado como estaba a tener compañía a todas horas, lo pasó mal -o eso parecía, porque lo cierto es que yo no lo veía-. Mientras se adaptaba a su nuevo estado de medio-horfandad, dejó constancia de su enfado a través de puertas rayadas, zapatillas mordisqueadas y alguna que otra prenda de vestir adaptada, a base de desgarros en la tela, al gusto canino.
Una tarde decidí hablar con él -sí, sí, no me he vuelto loca-, porque con las imposiciones no se consigue nada y el diálogo es lo más importante -o sino, que se lo pregunten a Zapatero, que a este paso, seguro que va a comprar una barra de pan y pretende llegar a un consenso con el dependiente sobre cómo quiere que le pague el alimento, si con monedas de cinco céntimos o con dos de cincuenta-. Le expliqué que sus exabruptos perrunos no resultaban de mi agrado, sobre todo, teniendo en cuenta que, de su peculiar forma de manifestarse, derivaba siempre un gasto económico que mermaba mi ya, de por sí, lamentable estado financiero. Me respondió que lo entendía, pero que cuando se sentía solo y desamparado, no era capaz de reprimir su rabia por padecer una desdicha de tamaña magnitud y arramblaba con lo primero que encontraba.
Como vi que el principal problema radicaba en la cantidad de tiempo que pasaba solo, me planteé que quizás la solución era buscarle una familia para que se sintiese más cómodo y acompañado. Pero no una familia humana, no. Porque eso hubiese supuesto darlo en adopción y yo no quería. Se trataba de tener más animales en casa y que así pudiese crear un vínculo estable con seres afines a él. Lo que tenía muy claro es que, teniendo en cuenta las dimensiones de la vivienda, no era cuestión de adquirir otra mascota, con lo que opté por montar una especie de zoológico en un espacio que se prestase para ello. ¿Cuál podría ser? Tras dar un para de vueltas por las habitaciones, opté por el cuarto de baño, que junto con la cocina, eran los que me parecían más apropiados -los azulejos no se pueden rayar ni rascar ni morder- y de estos dos, era el más pequeño.
He aquí el resultado:
Una estrella de mar azul...
Seguramente, Pablo Milanés se hubiera contentado con una así:
Yo no te pido que me bajes una estrella
azul solo te pido que mi espacio llenes con tu luz
Una granja un tanto peculiar, la verdad, :-)
El pulpo es muy molón; colgado casi a la altura del techo, alarga sus tentáculos cuando menos te lo esperas -por eso muchas veces parece que no me haya peinado-.
Las preferidas de Zas: a los pocos días de colocar la primera, lo sorprendí sonriéndole con inusitada insistencia, y pensé que la empatía no sólo era cosa de los humanos. Ahora hay cuatro más.
La ballena está resguardada bajo una estantería, para respetar un poco su intimidad. No le gusta que la observen directamente, y las sombras la semi-ocultan.
Mamá pata y sus patitos cada vez están más a gusto entre sus compañeros, aunque algunos de ellos no les resulten demasiado conocidos...
Zas cada día pasa más tiempo en el baño: los mira, los vuelve a mirar, les ladra, les sonríe... Sé que ahora es un poco más feliz...
... y sé que su ama, a partir de este momento, va a formar parte de esa injusta clasificación popular "ni son todos los que están, ni están todos los que son.".
Hace un tiempo, por cuestiones personales, tuve que hacerme cargo, al cien por cien, del cuidado de Zas. Hasta entonces, pasaba medio día en casa de mis padres -las siete horas del trabajo- y el resto, conmigo.
Cuando comenzó a quedarse solo en mi casa, acostumbrado como estaba a tener compañía a todas horas, lo pasó mal -o eso parecía, porque lo cierto es que yo no lo veía-. Mientras se adaptaba a su nuevo estado de medio-horfandad, dejó constancia de su enfado a través de puertas rayadas, zapatillas mordisqueadas y alguna que otra prenda de vestir adaptada, a base de desgarros en la tela, al gusto canino.
Una tarde decidí hablar con él -sí, sí, no me he vuelto loca-, porque con las imposiciones no se consigue nada y el diálogo es lo más importante -o sino, que se lo pregunten a Zapatero, que a este paso, seguro que va a comprar una barra de pan y pretende llegar a un consenso con el dependiente sobre cómo quiere que le pague el alimento, si con monedas de cinco céntimos o con dos de cincuenta-. Le expliqué que sus exabruptos perrunos no resultaban de mi agrado, sobre todo, teniendo en cuenta que, de su peculiar forma de manifestarse, derivaba siempre un gasto económico que mermaba mi ya, de por sí, lamentable estado financiero. Me respondió que lo entendía, pero que cuando se sentía solo y desamparado, no era capaz de reprimir su rabia por padecer una desdicha de tamaña magnitud y arramblaba con lo primero que encontraba.
Como vi que el principal problema radicaba en la cantidad de tiempo que pasaba solo, me planteé que quizás la solución era buscarle una familia para que se sintiese más cómodo y acompañado. Pero no una familia humana, no. Porque eso hubiese supuesto darlo en adopción y yo no quería. Se trataba de tener más animales en casa y que así pudiese crear un vínculo estable con seres afines a él. Lo que tenía muy claro es que, teniendo en cuenta las dimensiones de la vivienda, no era cuestión de adquirir otra mascota, con lo que opté por montar una especie de zoológico en un espacio que se prestase para ello. ¿Cuál podría ser? Tras dar un para de vueltas por las habitaciones, opté por el cuarto de baño, que junto con la cocina, eran los que me parecían más apropiados -los azulejos no se pueden rayar ni rascar ni morder- y de estos dos, era el más pequeño.
He aquí el resultado:
Una estrella de mar azul...
Seguramente, Pablo Milanés se hubiera contentado con una así:
Yo no te pido que me bajes una estrella
azul solo te pido que mi espacio llenes con tu luz
Una granja un tanto peculiar, la verdad, :-)
El pulpo es muy molón; colgado casi a la altura del techo, alarga sus tentáculos cuando menos te lo esperas -por eso muchas veces parece que no me haya peinado-.
Las preferidas de Zas: a los pocos días de colocar la primera, lo sorprendí sonriéndole con inusitada insistencia, y pensé que la empatía no sólo era cosa de los humanos. Ahora hay cuatro más.
La ballena está resguardada bajo una estantería, para respetar un poco su intimidad. No le gusta que la observen directamente, y las sombras la semi-ocultan.
Mamá pata y sus patitos cada vez están más a gusto entre sus compañeros, aunque algunos de ellos no les resulten demasiado conocidos...
Zas cada día pasa más tiempo en el baño: los mira, los vuelve a mirar, les ladra, les sonríe... Sé que ahora es un poco más feliz...
... y sé que su ama, a partir de este momento, va a formar parte de esa injusta clasificación popular "ni son todos los que están, ni están todos los que son.".
21 comentarios
Bambolia -
Carmen Sevilla En_Web_onada -
Bambolia -
Las ovejitas es que me gustan mucho, pero si son como dice Fri, clavaditas a las de Norit. A sí ya no tendría que ampliar el zoológico del cuarto de baño: cada vez que vinieses a verme me traías una y la dejaba con Zas, que seguro que acabaría convirtiéndose en un magnífico perro pastor.
¡Qué emoción, si hasta parece que me siento algo Heidi!
Fri -
Aber -
Me alegro de que te convenza mi última declaración, pero si quieres todavía estoy a tiempo de hincar la rodilla en el suelo y declararme como Dios manda.
Bambolia la desinteresada -
Mejor le recomendaría un paseo por algunas páginas especializadas en bolsa, que como dicen que Google va a salir al mercado bursátil subastando sus participaciones, todo sea que hasta pueda dar un pelotazo.
A ver, Aber, que lo del ganau no me pone demasiado... ¿tenéis ordeñadores electrónicos?
Lo de la última declaración ya me convence más: no te cortes, envíamela por correo electrónico...
Aber -
Kiri -
Aber -
Kiri -
Bambolia -
eMe, es que de alguna manera tenía uqe medio tapar los horrorosos azulejos... que esas imitiaciones al mármol me ponen de los nervios... Zas es un perro nuevo desde que los tiene como compañeros, :-P
Lo de la billetera está por ver... A ver, Aber, tiés mucho parné en la faldriquera?
eMe -
Y si tienes un affaire es signo de que hay un perro que te ladra.
De todas maneras, Oz, no me parece que deba reunir tanto requisito el candidato. Que se fije en la billetera.
Aber, el affaire -
Bambolia -
Para mí que sí que eres algo familia de Zas, Kewpiesa, para mí que sí, :-)
Oz, que sí, que es un affaire, porque lo de los asuntillos es para la cosa esta tan mediocre de la vida real... Aber es mi affaire virtual, que resulta más glamuroso y todas esas cosas más fisssnas, que lo de los festeos es cosa más seria y tal y cual y Pascual.
Kiri ¿más animales? Porfaplis, necesito ver con urgencia las antigüedades de todo a un euro -para que luego digan que no ha subido la vida, antes con cien pesetas te comprabas un candil de lo más guay del Paraguay y ahora te cobran ciento sesenta y seis pesetas por lo mismo-.
Ganso, ¿mira que si son gansitos y no me he enterado? :-P Lo del unicornio lo veo difícil, sip...
No sé si es un olmo o un chopo, porque la foto la hice en otoño. Este fin de semana creo que pasaré por ahí porque quiero ir en busca de la cascada del arquero, que todavía no la he visto. Ya te lo diré y si hago fotos, las pondré aquí.
Manolita -
Manolita la Fantástica -
Jajaja, aún me acuerdo cuando los viste en la tienda y me dijiste que el escaparate no era su lugar.
Luego dices que no quieres que te tomen por loca, si estás como un cencerro, jajajaja hablando con Zas.
ganso -
Ayy que emoción ver unos patitos y porque no gansitos??
Y ya que hablas de una estrella azul de Milanés, mete tb un unicornio azul, y contentamos a Silvio.
Un saludo. cuacks
Kiri -
Animales tengo yo más, sobre todo cuando viene mi hermana de visita.
Espera, espera que me agencia yo una cámara digital y ponga en el blog mi colección de antigüedades del todo a euro.
Vais a flipar tol mundo.
Me encanta tu estrella naranja, lo que más. :-)
Oz purista -
Kewpiesa -
Tu affaire encandilado -
Besitos, churri.