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De espaldas

Lo último

Llego a casa. Me caliento en el microondas un poco de hervido que me sobró de ayer. Enciendo el ordenador para instalar el Office, que todavía no lo tenía. Conecto la televisión para ver que están haciendo en la TV3. No se ve bien -depende de los días; hoy toca decoración de rayitas con sonido de carraspeo continuo-. Cambio a la Primera. Están dando el tiempo. Vuelvo a la cocina y coloco el plato de comida y demás utensilios, en una bandeja; incluido mi caqui persimon, que no puede faltar. Vuelvo al comedor. Me siento. En la tele están con los anuncios. Y cambio a Telecinco. En El Tomate están contando algo sobre Isabel Pantoja. No sé qué de un disco que ha presentado. Suspiro y pienso. Pienso, sí. Y como a la vez. Es posible. Me levanto a ver cómo va la instalación del paquete de aplicaciones en mi cacharro nuevo. Regreso a terminarme el plato de hervido, que ya está casi frío. Los chicos de la hortaliza roja están contando, en primicia, que han pillado a un famoso miccionando en la vía pública.

Sí. No miento. Lo he visto. Insisto, lo he visto con estos ojitos que Dios me ha dado. Imágenes nocturnas. Difícil identificar al famoso, pero se le reconoce: el hijo del difunto Duque de Feria, Rafael Medina. Hijo, a su vez, de la sevillana de lengua de trapo, Nati Abascal. Va por la calle, según los reporteros, a la una de la madrugada. Se le nota presuroso. De repente, se para. Mira hacia un lado, mira hacia otro. Delante de él hay un árbol. Está de espaldas. Pero el gesto es revelador. Acaba con el típico saltito, con el movimiento rápido de sacudida de brazos... Y no digo más: los varones que hayan llegado hasta aquí sabrán de qué les estoy hablando. Al poco, vuelve a observar a sus costados y reinicia el camino. Intuyo que para quedarse tranquilo: seguramente sabrá que está prohibido orinar en la vía pública y tiene toda la pinta de ser un fiel y comprometido cumplidor de la ley, sea la que sea.

Pienso -vuelvo a pensar... me cuesta, de veras-: lo último. Esto es lo último.

Si existiese una forma de reproducir los olores a través de la televisión, acabaríamos sabiendo cómo huelen las flatulencias de Anita Obregón. Y no doy ideas. Tiempo al tiempo.

Y por cierto, mientras perdía mi tiempo en tan sesudas disquisiciones, se me ha escapado un comentario en voz alta: "Anda, igualito que mi Zas; los duques también orinan marcando territorio".

12 comentarios

Sponge -

Gracias, Bielka.

Mi marido también es de esos que llevan bolsito, incluso al trabajo, y zuecos en verano, y hasta pantalones de pirata. Vamos, que se me ha modernizao el chaval.

Güeno, que me voy a darle a los codos, otra vez :-P

Fili -

Yo también llevo bolso-bandolera de manera permanente, je, je, je. Ya tenía ganas de que los bolsos se legalizaran para los machos.

Bielka -

Mucha suerte, Sponge.

Si hiciéramos una estadística ¿cuántos caballeros se lavan las manos después de miccionar? ¿y cuántos de los que no se lavan las manos luego te dan la mano o tocan un picaporte de puerta, o un vaso, o un ratón de ordenador? O son camareros, o pizzeros... En fin, que contribuyen a diversificar la fauna y la flora bacteriana introduciendo en el medioambiente microorganismos y fluídos varios que son de importancia capital para el mantenimiento del ecosistema.

Sponge -

Gracias, guapa. Me voy a estudiar un ratillo.

Ana* -

Qué maleducada soy, a veces. Lo siento.

¡Mucha suerte, Sponge!

Sponge -

Gracias también a ti, Fili. Se hará lo que se pueda.

Bambo -

Fili... me estoy comiendo un par de mandarinas... lo más apropiado para leer lo de no lavarse las manos... argggg... A lo mejor es que se la cogen con papel de fumar, o llevan guantes desechables en algún bolsillo de la chaqueta o vaqueros, y cuando se van a poner a la faena, se enfundan los ya mentados y orinan muy higiénicamente... O quizás, como hacemos muchas mujeres, lleven un paquetito de toallitas desechables en el bolsito-bandolera de los que ahora se cuelgan muchos hombres, sin ningún tipo de complejo, :-D

Fili -

Lo de marcar territorio no es una teoría descabellada, pero los varones lo hacemos sin querer. Ello explica la falta de puntería cuando se micciona en la taza, que no es falta de tal, sino atavismo genético que nos mueve a mear con trayectoria caótica y movida.

Hay algo que se obvia en la meada callejera y que me parece de suma importancia. El miccionante ilegal NO SE LAVA LAS MANOS, en cambio, si se ejercita la micción en un W.C, el individuo nos deja, por lo menos, con el beneficio de la duda.

¡Mucha suerte, Sponge! No me preocupo por ti, ya que, como dicen en Luces de Bohemia, tienes un "cráneo previlegiado".

Sponge -

Sí, te comprendo perfectamente, es lo que me sucedió a mí.

Muchas gracias por tus ánimos. Se presentan unas 6.500 personas para 55 plazas (menos 9 para interinos, menos 8 para minusválidos, total 37), así que va a ser más dificil que volar con un yunque atao al cuello, pero como yo digo siempre, el "no" ya lo llevo por delante, ahora vamos a por el "sí". Además, como voy con mi hermana, hablaremos yo con ella y ella conmigo y pasaremos del resto, a ver si no nos ponemos muy nerviosas. Ya te iré contando.

Bambo -

A mí tampoco me importa, Sponge. Pero es que me ha parecido muy grotesco... demasiado. Y mira que siempre he sido bastante "condescendiente" con estas historias del famoseo: unos viven de los otros y viceversa... pero seguir a un tipo por la calle, para ver hacia donde va o con quien se ve y tener el cuajo de grabarle cuando está meando en la vía pública... manda narices.

Ana, pelín intrépida ¿no? Correr de noche, aysss... a mí me daría yu-yu.

Sponge, mucho ánimo, guapa. Y no te pongas demasiado nerviosa: tú no mires hacia ningún lado cuando vayas a hacer la prueba... el ver a tanta gente desmoraliza bastante, pero te aseguro que luego, de toda ese tumulto opositor, sólo van medianamente preparados una quinta parte. O sea que mucha calma, :-D



Sponge -

Sí, yo también lo he visto mientras descansaba. Justo después de eso he cambiado a la dos, no he podido soportarlo. Me da igual si está prohibido o no, es una guarrería asquerosa (lo de orinar en la calle), y me importa un auténtico bledo qué hacen los "famosillos" estos en su tiempo libre, y mucho menos me importan sus devaneos escatológicos. Ea, que les den.
Bueno, que no me paso mucho por aquí porque se supone que el examen es el día 18 y voy pillada de tiempo, pero ya volveré ya. Besotes.

Ana* -

Pues que se vengan a mi parque, que duques no serán pero tíos meando se ven a puñaos. Y el caso es que una va corriendo y se lleva unos sustos de muerte, sobre todo si es de noche, con tanto maromo emboscado detrás de los árboles.

Y también están los que se suenan sin pañuelo ni nada, tapando con un dedo uno de los orificios nasales y expeliendo por el otro.

Tamos escatológicas hoy. No demos ideas a la tele, no.