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De espaldas

Pensado para mí

Cuando releí ayer, en Tus zonas erróneas de Wayne M. Dyer, el párrafo que sigue a continuación, pensé que su autor lo había escrito expresamente para mí:

ACEPTÁNDOSE A SÍ MISMO SIN CHISTAR

El amor propio, el amarse a sí mismo, implica aceptarse a sí mismo reconociéndose como un ser humano valioso y porque así lo decide uno mismo. Esta aceptación implica también una plenitud, una falta de protestas y quejas. La gente que funciona plenamente no protesta jamás, especialmente no protesta porque la calle tiene baches ni porque el cielo está muy nublado o el hielo demasiado frío. La aceptación implica no protestar o no quejarse, y la felicidad implica no protestar por lo que no tiene remedio o por lo que no hay nada que hacer. La protesta y la queja son el refugio de la gente que desconfía de si mísma.

... Hay dos instancias en las cuales la queja es la peor de tus posibilidades: 1) Cada vez que le dices a alguien que estás cansado, y 2) Cada vez que le dices a alguien que no te sientes bien. Si estás cansado, puedes hacer distintas cosas para remediarlo, pero quejarte aunque sea a una sola persona, peor aún si esta persona es uno de tus seres queridos, es un abuso de confianza. Y no hará que te sientas menos cansado. Y el mismo tipo de lógica se puede aplicar a tu "no me siento bien".

Yo me quejo. A veces me quejo bastante, y otras, no tanto. Pero podría decir que mi vida se basa en un lamento continuado: con mayor o menor intensidad, con toda la razón del mundo o con ninguna, da igual. El caso es que casi, casi, casi, podría decir que mi segunda profesión es la de quejicosa por siempre jamás. Y a mucha honra. Estoy hasta el pirri de tanta cortapisa moral.

Destaco:

"La gente que funciona plenamente no protesta jamás".

"La aceptación implica no protestar o no quejarse"

"La protesta y la queja son el refugio de la gente que desconfía de sí misma".

Me gustaría saber qué opina este señor de las manifestaciones a favor de la paz y en contra de la guerra... porque, desde luego, servir, sirven para poco...

Por cierto, el libro tiene su mérito, que conste. He destacado este párrafo porque me recordó sobremanera a las conductas de comportamiento impuestas por la educación católica.

23 comentarios

asd -

todos gilipollas

Sponge -

En primer lugar, sí que os gusta este tema. Joer, si me ha costao más leer los comentarios que el periódico de hoy...
En segundo lugar, vivan las quejas. A mí, mis hermanas y cuñaos me dicen habitualmente: "qué, tú de profesión, protestante, ¿no?" La gente se agobia, qué narices, y alivia un montón poder quejarse. Lo sueltas y es como si te liberases. Incluso si la cosa no tiene remedio. En ese caso yo suelo decir: si tu problema tiene solución, ¿por qué te preocupas? Y si no la tiene, ¿por qué te preocupas? Pero preocuparse no es lo mismo que quejarse. Lo primero agobia, lo segundo alivia. He dicho.

Ciri -

Sí, Kiri, jajaja. Ya dijo Gru que parecíamos Pili y Mili. Lo mejor es llevar uno de esos apellidos compuestos con guión y sintagma preposicional.

Bambi, es que hay que ser lo mejorcito en todo. Hasta en quién está más jodido. Lo importante es la perfección. Se puede estar perfectamente sano o enfermo. También escucho conversaciones sobre quién lleva la vida más dura, quién trabaja más y quién se levanta más temprano. Yo siempre me callo porque vivo mejor que to Dios y no quiero ganarme envidias, que son muy malas.

Gru -

Jajajajajaja

Pues sí, la vida es pura competencia. Y lo de las enfermedades es una competición de esas de renombre. Entiendo que andes hartita. Otra de las comepticiones clásicas, además del coche y el falo, es la maternidad. Me asombra lo increíbles que son algunas madres, desde la que sólo coge 3 kilos en un embarazo hasta la que coge 44 kilos... Y no sigo con más ejemplos, pero hay para dar y tomar.

Ánimo, Bambi, y que se mejore tu madre.

Vero, no te cohibas, que tenemos nombres ridis ya, pero no somos gremlins, aunque lo parezcamos a veces.

Bimbo con jamón york y queso -

POs como os iba contando... tengo cuatrocientos mil quinientos veintidós motivos para aborrecer a los quejicas, pero no puedo evitarlo, voy a quejarme yo también:

¡ESTOY HASTA LOS OVARIOS DE LAS ANCIANAS QUE HACEN COMPETICIONES DE ENFERMEDADES!

Para mi desgracia y la de mi hermana, esta vez ha ido a caer en una habitación de cuatro mujeres ¡CUATRO!...

A ver cuál de todas está más jodida... se roban la palabra en el momento en el que sospechan que la que habla les va a robar el meritorio puesto de Sufridora de Mil y Una enfermedades Amén Jesús...

La que ha venido esta tarde se lleva la palma y creo que las ha dejado enmudecidas: se ha roto la misma cadera dos veces en seis meses y ahora se ha caido y se ha roto la otra. Tengo la sensación de quue eso no podrá superarlo ninguna de las otras tres. Eso sí, les queda contar sus caidas una y otra vez añadiendo en cada intento más elementos de ficción... a este paso, a alguna de ellas seguro que la levantó del suelo el mismísimo Príncipe de Asturias.

Perdonadme la mala leche que destilan mis palabras, pero es que si no es así, acabaré loquita de verás.

Bimbó-bimbó -

Ahora firmaré con el ¡bimbó- bimbó!

¿Cómo era aquello de "bailemos el bimbó-bimbó-bimbó, está causando sensación...?

Bambi -

Es mentarme y aparecer, channnnnnnnnnnnnn!!!

Acabo de llegar del hospi, que el jueves operaron a mi madre y ando un tanto ¿hospitalitatis aguda?

Ufff, hace media pizza y una fosters?

Kiri -

¿Ande estará la Bambi que no nos saca unos cubatas y unos cacahuetes?
En fin, será cosa de irse a dormir.

Kiri -

Y pensar que yo me llamo María de las Angustias Retortillo Cañete...

Kiri -

Ná, si es hablar por no callar, Vero.

Hay que ver qué ridis estamos con estos nombres, ahora que los veo todos juntos, joer. :-))

Vero -

Uy... iba a dejar mi comment sobre lo quejiquísima que me he puesto ultimamente, pero entre tanto Ciri, Kiri, Gru y la doña como que me cohibí...
es que no hay derecho a que los amigos de Bambi se tomen el poder en los comments!!!
:)
QuejiVero

Ciri -

A mí esa afirmación también me parece muy bestia. Me parece que la cuestión de la queja está llevada hasta el terreno de la autoestima, y no creo que, como habéis dicho, ambas cosas estén demasiado relacionadas.

Kiri -

Y a mí tú no me pareces un calimero de esos, Bambi.
Por lo menos, por lo que te he leído.

Kiri -

Yo tiendo a tomarme demasiado en serio las quejas ajenas; tiendo a la "adopción" de los pobrecitos calimeros, lo cual no deja de ser una forma de querer tomar la situación a mi conveniencia, que es lo que las personas solemos hacer: tomar y entender las situaciones como nos gusta o nos conviene que sean.
Igual que el comportamiento quejica por sistema cansa a los de alrededor y no soluciona gran cosa (es mi opinión personal), supongo que también resulta un poco tonto el exceso de empatía con los quejicas. A veces, puede parecer hipócrita.
No es exactamente hipócrita, ya que la preocupación por el otro es genuina; pero quizá sí puede ser tomado como inoportuno o prepotente.
La autocrítica, en cambio,me parece una práctica muy sana. Pero la de verdad, la que busca en tus propios comportamientos el que te perjudica, no la que dictan las normas de lo correcto y lo incorrecto.

Gru -

No he leído el libro y no puedo opinar sobre él, pero sí creo, como Bambi, que muchos libros de autoyuda (no sé si este en concreto lo es) presentan una imagene idealizada de lo que es una persona segura de sí misma. La seguridad en sí misma nunca es completa, porque todos los seres humanos, -exceptuando, claro está, a algunos que son divinísimos y están por encima de todo (afortunadamente, los vemos a diario en internet y nos iluminan)- tenemos días buenos y días malos en los que nos quejamos más o menos. No existe el seguro de si mismo perfecto.

Y uno puede tirar más hacia lo quejica que hacia la paranoia, por ejemplo, y otro tirará hacia lo obsesivo compulsivo o hacia lo depresivo. Son rasgos de personalidad, que si no son llevados a extremos se pueden vivir con normalidad.

Así que quéjate de lo que quieras que libera mucho y luego duermes a pierna suelta. Y las perfecciones las dejamos para que las luzcan los divinísimos en internet.

Bambolia -

A mí también me gusta, Kiri. De hecho, lo estoy releyendo porque algunas cosas se me habían olvidado -creo que incoscientemente, para no hacer ningún esfuerzo- y de cuando en cuando, una dosis de realidad, de "niña, pon los pies en la tierra y deja de creer en las ninfas del bosque" viene de puta mare.

Sí que se refiere a las quejas que no tienen remedio, pero cuando lo leí me pareció contundente en exceso, muy tajante. Sobre todo, si estamos hablando de modificar comportamientos... los animales -y nosotros lo somos- se quejan ante el dolor, aunque no puedan evitarlo.

Kiri -

Bueno, yo también creo que se refiere a las quejas por lo que no tiene remedio. Una manifestación o una protesta es ya una medida que se toma ante una situación, con el fin de que se arregle. Implica una decisión y una voluntad de solución.
De todas maneras, es verdad que quién es el guapo que no se queja nunca, aunque sea por algo que no tiene remedio.
Y también es verdad que estar siempre con gente que se queja a tu alrededor, agota. Porque es como si te estuvieran pidiendo ayuda, y sólo en casos limitados puedes darla.
Ese libro me gusta, me fue de mucha ayuda en una época de mi vida. Sobre todo, lo que dice de las ideas irracionales.
Pero claro, en la práctica no se puede ser tan perfecto y siempre escoramos de algún lado.

Bambolia -

Nos hemos cruzado, :-)

He respondido sin haber leido tu último comentario.

Llevo alrededor de dos semanas escuchando cómo una amiga se daba de bruces contra la pared porque no veía soluciones a su problema. Y no es que no existiesen, es que ella misma se estaba cerrando las puertas. Anoche, después de que yo le dejara caer el día anterior la que me parecía la posibilidad más factible, me llamó para contarme el resultado: el que ella esperaba. Era tanto el miedo que tenía a que no fuese lo que deseaba, que estaba completamente bloqueada. Y mientras se decidía, es normal que lo viese todo oscuro y sin solución. Tendemos a autoprotegernos, y exponer los sentimientos -en este caso era eso- es un riesgo.

Bambolia -

Yo también vivo rodeada de gente que se lamenta, y la verdad, no me gusta. Y por eso me siento tan frustrada cuando me "descubro" lamentándome... no sé si me explico: cuanto más odias un comportamiento, parece que éste te persiga. Y darte cuenta de que tú mismo lo estás realizando, al menos a mí, me genera mucha ansiedad. Por eso insisto en que no es malo ni pernicioso quejarse. Si estigmatizas un comportamiento, acabas odiándote a ti mismo cada vez que lo pones en práctica...

Casi siempre es factible salir de una situación, aunque sea cortando por lo sano y sabiendo que puedes hacer mucho daño a terceros. Pero no me parece prudente afirmar que "la protesta y la queja son el refugio de la gente que desconfía de si misma" porque el que proceso necesario para aumentar la autoestima es largo y complicado y hay que dejar atrás muchas cosas, muchas.

Ciri -

No hace mucho un amigo se lamentaba de una situación en la que ve implicado de forma repetida (aunque considero que la situación no es tan "lamentable"). Le di un listado de posibles soluciones, pero ninguna le servía... Así que me cansé (porque no era la única dosis de quejas que me vi obligado a asimilar aquel día) y le dije que no se preocupara por lo que no podía controlar, si en realidad esa situación no tenía remedio alguno. Se quedó pensando unos instantes como si acabara de oír una idea pronfundísima y me dijo que lo tendría en cuenta. La verdad es que una idea como esta no vale un pimiento. Está sobadísima, pero creo que a la postre puede funcionar. Ahora que se trata de lo de siempre: es más fácil decirlo que hacerlo.

Ciri -

No sé, Bambi. Será que vivo al lado de gente que se queja continuamente. Oigo lamentos, lamentos y lamentos. Sobre todo lamentos destinados a constatar que la vida es así de dura y que tiene muy mala leche y que es injusta. Lamentos de cansancio, a diario, y por todos lados. A veces estamos atrapados en una situación y nos quejamos por eso cuando es posible salir de allí.

Bambolia -

No sé, Ciri, no sé... el texto, sacado de contexto, quizás se pueda malinterpretar, porque lo que el autor está buscando, de una u otra forma, es evidenciar que lo importante es quererse a uno mismo, pero a mí me da la impresión de que quejarse es necesario, casi diría que vital, en ciertas ocasiones, aun cuando exista solución.

Se trata de sacar fuera lo que molesta y si bien no es agradable estar al lado de una persona que sólo habla para emitir lamentos, no existe "gente que funcione plenamente", como él mismo dice. Al menos, eso pienso yo.

Uno puede pretender modificar ciertos comportamientos que sólo le deparan mal humor o instantes de mala leche, pero muchas veces, el no quejarse por nada, deriva en una situación de inferioridad con respecto al resto del mundo -por decirlo de alguna forma-.

Ciri -

Quejarse... Todos tenemos derecho. Aunque sí le doy en cierta parte la razón al autor cuando dice que no deberíamos quejarnos por todo aquello que no tiene remedio (o que lo tiene). Lo del cansancio es un buen ejemplo. A veces damos la paliza a los demás con estas cosas. Quejarse puede funcionar como una catarsis para, en cierto modo, despejar emociones o sensaciones desagradables, pero también hay que hacerlo con mesura.

Muchas veces me siento culpable cuando alguien me dice que se encuentra mal, y sé que no puedo hacer nada por remediarlo. Entonces notas esas palabras como una carga que se debe sobrellevar.