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De espaldas

Claudicación familiar

Ya estamos en casa.

En realidad, es mi madre la que ya está en su casa. Yo no he salido de la mía, aunque bien podría decirse que estos dos últimos días me he hospedado, necesaria pero involuntariamente, en el hospital en el que ella estaba ingresada. Y durante todo ese tiempo -contando desde el día en que la ingresaron hasta ayer por la tarde, una semana- ha compartido habitación con siete mujeres diferentes, cinco de ellas de más de setenta años -también es su caso-. No sé cómo trasladar hasta aquí todo lo que he llegado a pensar, en tantas horas muertas, sobre lo que supone cuidar a una persona anciana. Me resulta complicado porque no sé desvincularme, no soy objetiva. Pero lo que sí que sé con seguridad es que me ha impresionado el hecho de presenciar varias discusiones entre los hijos de una de estas señoras, mientras ella yacía en la cama, porque no se ponían de acuerdo en los turnos y en el nivel de implicación de cada uno con respecto a la atención que le dedicaban. También he sido testigo de cómo la nuera de otra de estas señoras se derrumbaba por no poder soportar la presión: era, literalmente, una esclava de la que estaba enferma, y aunque esta última no era consciente de su tiranía -no me atrevería a afirmar que estaba loca, pero desde luego, la cordura la había abandonado, por decirlo de alguna forma-, el resultado de su comportamiento hubiese acabado con la paciencia del mismísimo Job.

He estado buscando información al respecto de estos comportamientos familiares y se les conoce con el nombre de claudicación familiar. Aunque la información que se ofrece en el enlace que he puesto se refiere a las enfermedades terminales y las situaciones que he visto, en principio, no lo eran, sí que es cierto que los enfermos a atender requerían de cuidados por un largo período de tiempo.

Es muy difícil ser positivo cuando lo que se tiene alrededor no tiene nada que ver con el lado amable de la vida y, con sinceridad, se necesita de mucha entereza y de grandes dosis de pragmatismo, para poderse desenvolver con algo de soltura ante una situación de este tipo: a mí me da tanto miedo que casi siempre salgo corriendo. Me reitero, lo sé. Pero me ha impresionado mucho contemplar, de primera mano, cómo reaccionan otras personas ante algo a lo que yo temo quizás en demasía. Me ha venido bien -si es que se le puede encontrar un lado bueno a la enfermedad de un familiar- darme cuenta de que los héroes no son humanos, sino personajes de ficción. El Deber ya no se asume sin rechistar; al menos se cuestiona, y eso es importante.

23 comentarios

Bambolia -

Gracias, :-) La anoto en la agenda y así no he de andar buscando tus correos para escribirte, jeje.

Odalys -

Te la dejo acá Bambi :))
Y mira, no es un problema de inteligencia es que a veces a la cabezota hay que decirle: "para mijita que me tienes loca!" y ya verás que (y ojalá que no haya próxima) no te pasa igual, pero sin blandenguerias, te pones guapa :))
Un abrazo grande.

Bambolia -

Gracias, Odalys, :-)

Con ésta espero haber aprendido la lección del todo: es mejor ocuparse que preocuparse. Tanto enfado desde antes de navidades porque nos dijeron que la operaban entonces y mira... el 10 de febrero entró en el quirófano. Si hubiese sido un pelín más inteligente, me habría ahorrado mucho mal humor anticipado que no me ha servido para nada, es más, ha sido contraproducente. Bien, espero ser un poco más racional la próxima vez. Me interesa, sobre todo, por mi estabilidad emocional...*

*Suena a consejo de consultorio de revista, jajaja.

Me alegra verte por aquí. Esta mañana he estado buscando tu dire para escribirte, porque no te "veía" en los accesos de nedstatbasic, :-)

Odalys -

Que bueno que todo vaya pasando, Bambi. Un beso.

Bambolia -

Más sobre este asunto en el enlace del apodo.

Bambolia -

He estado buscando información sobre los cuidadores de enfermos, y esto es lo que he encontrado en la página de la Sociedad española de Geriatría y Gereontología:

"...En la mayoría de las familias es una única persona la que asume la mayor parte de la responsabilidad de los cuidados. La mayor parte de estos cuidadores principales son, como se ha visto, mujeres: esposas, hijas y nueras. Hasta tal punto es así que ocho de cada diez personas que están cuidando a un familiar mayor en nuestro país son mujeres entre 45 y 65 años de edad. Una de las principales razones de que la mayoría de los cuidadores sean mujeres es que, a través de la educación recibida y los mensajes que transmite la sociedad, se favorece la concepción de que la mujer está mejor preparada que el hombre para el cuidado, ya que tiene más capacidad de abnegación, de sufrimiento y es más voluntariosa. A pesar del claro predominio de las mujeres en el ámbito del cuidado, los hombres participan cada vez más en el cuidado de las personas mayores bien como cuidadores principales o bien como ayudantes de las cuidadoras principales, lo que significa un cambio progresivo de la situación."

En mi nombre dejo el enlace al informe del que está sacado.

Sponge -

Sí que es una lástima que esto ocurra. Con mis abuelos (que por desgracia murieron hace ya 14 años), sucedía lo mismo. Mi madre es la única mujer entre cuatro hermanos, y ella era la que se quedaba cuidándoles en el hospital, junto con sus cuñadas.

Hace cinco años, mis padres tuvieron un accidente de coche por el que estuvieron hospitalizados tres o cuatro semanas (en el mismo hospital, misma habitación, afortunadamente). Nosotras somos cuatro hermanas, por lo que no hubo discriminación en este sentido. Sin embargo, ninguno de los yernos (tres, en aquel momento) se quedó ni una sola noche con ellos. A mi marido ni siquiera se le ocurrió que podía pedirse días de permiso por la hospitalización, se lo tuve que decir yo y se los cogió. Sin embargo, mi marido es de los que no se escaquean, habitualmente. Es más, todo el mundo le pide cosas, porque es más bueno que el pan. Muchas veces es simplemente culpa de la educación recibida. Posiblemente, si se les dijera "oye, que es tu madre y deberías quedarte," lo harían. Mi marido se quedó con el suyo en una ocasión, y a mí no me pidieron que hiciera lo mismo. Se asumió que yo era nuera, y no hija, por lo tanto, no era mi deber. Con esto quiero decir que si a él le tocase, yo pienso que lo haría sin dudar. Y no es el único que conozco, tengo varios primos que hacen o han hecho lo mismo en su momento. Pero no deja de ser cierto que una inmensa mayoría no lo hace. Habrá que plantearse el cambiarles la mentalidad, y educar a nuestros hijos de esa forma.

Bambolia -

Una cosa buena tiene esto de andar de médicos y de pasar tiempo y tiempo y tiempo esperando: se puede leer sin tener cargo de conciencia, :-) Me refiero a que puedes pasarte cuatro horas seguidas con una novela de aventuras y no sentirte culpable porque tienes media docena de platos en la pila desde anoche sin fregar, jajaja

Lía, lo que cuentas sobre tu reflexión al saber del caso de la nuera es una de las cosas en las que más me he fijado estos días pasados: todas las mujeres que estuvieron en esa habitación tenían hijos varones -salvo mi madre- y ninguno de ellos se quedaba por la noche a atenderlas. Eran sus mujeres o sus hermanas las que se hacían cargo de ellas. Durante el día sí que iban, pero la noche seguía siendo femenina.

El caso de la nuera que explotó era muy sangrante: uno de los hijos estaba de vacaciones y él se quedaba durante todo la mañana y parte de la tarde. El resto era para su cuñada, que ¡ojo al parche! estaba trabajando, y de allí se iba todas las mañanas al curro...

Está claro que el papel de cuidadoras nos viene impuesto y quitarse ese lastre es complicadísimo. Explicarle a un hombre -a tu pareja- que le ayudarás en lo que haga falta pero que su madre es su responsabilidad y no la tuya es harto complicado... parece que, por el mero hecho de estar con él, hayas de asumir la carga del cuidado completo de sus progenitores. Que no digo que no esté bien el hacerlo, siempre y cuando el otro haga lo mismo con respecto a los tuyos. Y me parece que, lamentablemente, esto no es así.

Lía -

Lo primero es decirte que me alegro mucho de que tu madre ya esté en casa, y espero que lo de tu padre mejore.
Llegarán tiempos mejores, de momento disfruta de los momentos de calma que tengas como si fueran oro.

Leyéndote me ha venido una cosa a la cabeza, que supongo quizás sea un tema aparte...pero ha sido a raíz del comentario sobre la "nuera" que tocó límites...

Una vez más, mujeres cuidadoras, las mujeres que claudican...algo más que recae sobre nosotras como obligación, directa o indirectamente, porque ¿Donde estaba su hijo?...trabajando supongo (la gran disculpa, que solo les disculpa a ellos)...¿le guardaba a él también la mala leche en cualquier caso cuando iba a visitarle?...

Una vez leí un estudio en el que decía que los jovenes (de ambos sexos) se independizan tarde y les cuesta salir de casa de sus padres...siempre que esté la madre dentro. Y otra curiosidad (y ésta es la que entra en el tema) es que en el momento que hay un enfermo crónico (físico o mental) en la familia (bien sean progenitores o hermanos) los hijos varones se independizan antes de la meida...cosa que no ocurre con las hijas o hermanas, que lo hacen mucho más tarde de la media. Lógicamente en su papel de "cuidadoras" y asumiendo esa claudicación, les cuesta abandonar el hogar mucho más que a los varones...

Lo dicho, que da para pensar...

Un beso, y ahora, feliz reencuentro con tu casa y tus cosas, es como un idilio eso de volver a reconquistar espacios propios.

Lía

Gru -

Lo de tu padre no lo sabía, lo siento. Ha debido ser muy duro: me alegro de verte mejor.

Bambolia despistá -

¡Ah! y gracias a todos por los ánimos, que no había dicho nada. Me voy a comer, que ya es hora, :-D

Bambolia -

Gracias, Kris, :-)

Si estoy bien, quiero decir, que no estoy desanimada. Es más, el hecho de ver a mi padre mucho más relajado me pone las pilas.

Lo único que he sacado en claro es que hay que vivir el momento -aunque suene a perogrullada del veinte y a topicazo elevado al cubo- y que una, con quien ha de ser más permisiva es consigo misma. Es imprescindible no tiranizarse, porque los listones del buen comportamiento están demasiado alto para ser saltados una y otra vez... en resumidas cuentas, que se trata de ocuparse y no de preocuparse.

Lo de la desconexión está en camino... planificado con mucho tiempo de antelación, pero el mero hecho de pensarlo, me hace sonreir.

¡Aysssss, pero que requeteguaysssss!

kris -

Déjala de lado, Bambolia...

Es inevitable que explotes con quien en principio, menos lo merece, por no decir mil cosillas más...

Unas vacaciones=desconectar?
Un rato de mar, otro de montaña, un poquito de relax?
Un poquito de cuidarte a ti?

Algo así echaba de menos yo...y aunque todavía no he podido, lo haré y, bueno, imagino que te pasará más o menos...

Un beso y siempre parriba, eh?!!

Bambolia -

Y el hecho de ver a otras personas reaccionando de manera similar a la propia, hace que la culpabilidad por el enfado con el mundo se volatilice. Por amor se pueden hacer muchas cosas, está claro, pero a mí, por ejemplo, me chocaba el hecho de verme contestándole con una sonrisa en la boca a la abuelita de enfrente cuando me pedía algo porque su nuera había salido a tomar un café, y si era mi madre la que me decía "me duele" o "quiero agua", me repateaba enormemente el hecho de tener que levantarme de la silla para atenderla... ufff, qué mal rollito me entraba en esas situaciones. Me sentía mala hija, mala persona, de todo... Pero cada vez tengo más claro que la implicación emocional distorsiona la objetividad. Ahora sólo me falta dejar de lado la culpa por tener esos pensamientos, :-)

Bambolia -

Eso es lo que me paso el lunes y el martes pasado, Kris: a mi padre le dio un jamacuco -está muy malito del corazón- y como mi hermana ya no tenía más permisos en el trabajo, me pasé los dos días yendo y viniendo del hospital a casa de mis padres para atender las comidas y cenas de los dos y quedarme después a dormir en el hospi con mi madre.

Todo acaba pasando, :-)

Es cierto que no se puede ser héroe con algo así: es lo que nos han transmitido, pero es mentira. Las personas tenemos nuestros límites y cuando llega la extenuación, la respuesta aparece de cualquier manera. No hace falta que sea una rabieta o una negación consciente de que no se puede más... el cuerpo reacciona y te pega toquecillos.

kris -

Antes de nada, decirte que me alegro de que todo haya ido bien y ya estéis recuperando el día a día.

Hace muy poquito me vi en una situación parecida intentando atender a padre y madre, al tiempo, en distintos hospitales y creo que eso hace que te entienda un poquillo.

Un beso.

Sponge -

Me alegro de que estéis en casa. Ánimos para ti y para tu familia. En casa al menos ya no tienes que escuchar las desgracias de nadie, que cuando uno no se encuentra bien, sólo le falta escuchar los males ajenos...
Un abrazo.

bluessoul -

me alegro mucho, geme, y espero que tu padre esté mejor también

besotes

soy yo, el espinoso -

Perdona, se me pasó ponerlo.

Anónimo -

Ay niña, espero que en lo venidero -siendo egoista-, estas cosillas no me ataquen de frente, bueno, ni de lado; porque sospecho que habría un caos tan grande en mi vida que...así que cuestión de pragmatismo, vale, pues no sé cómo trasladárselo a mis cuatro hermanos.
Somos multitud, y me estoy viendo venir, en fin, callo y no llamo al mal tiempo.
Intuyo que esta vez has salido más airosa de la situación: felicitaciones S!!
Abrazo fuerte

Ciri -

Me alegro de que tu madre y tú ya estéis en casita. Después de pasar un tiempo en un hospital, viene como agua de mayo reencontrarse con tus cosas. Como tú dices, es cuestión de pragmatismo, aunque a veces es difícil -muy difícil- asumir esta postura.

En mi familia viví un caso muy cercano de claudicación familiar, mejor dicho, de deserción familiar. Afortunadamente ha llegado la reconciliación, aunque a destiempo. Lo malo del caso es que aquí no se puede decir que nunca es demasiado tarde.

Muchos ánimos, Bambi de mi coraçao. Tú sí que vales.

bichito -

ánimo, S., las cosas son así: sostenemos, nada héroes, a quienes queremos

un beso

(y recuerda que tienes aquí tu casa para el primer respiro que quieras tomarte)

Gru -

Me alegro de que estéis ya en casa. :-)

Y sí, afortunadamente el Deber se cuestiona. Antes era una cuestión de aguantar heroicidades, como bien dices, pero es demasiado alto el precio de ser héroe.