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De espaldas

Burros y burros



Hay burros y burros. Para ser más exacta: hay burros y burros.

Se me hace muy cuesta arriba que un padre o una madre de familia, con dos dedos de frente y algo de sentido común, sea capaz de ceder ante un hijo que, como culminación máxima de lo rocambolesco, le solicita la adopción de un burro como mascota. Me preguntó si ocurrió lo mismo cuando se estrenó Bambi: ya me veo a los niños de entonces acudiendo a su médico de cabecera por un ataque de cervatitis aguda.

De todas formas, la burromanía no se circunscribe sólo a los infantes influenciados por la película Shrek: con motivo de la boda del príncipe de Asturias y Letizia Ortiz, la "Asociación para la defensa del borrico" regaló a los prometidosuna pareja de burros.

Por cierto, el redactor de la noticia que enlazo en el segundo "burro" debió de saltarse las clases en las que se explicaba la importancia de darle sentido a lo que uno escribe -no tiene desperdicio-:

"El "efecto Shrek" ha sido culpado por un aumento en las importaciones de burros."

10 comentarios

daniela -

terrible porno jajajajaja
xaqooo

dany -

El pecado del Asno es aguantar la insolencia de los "humanos" que le hacen pagar todo su daño.

Odalys -

Es que son BURROS! Los padres, digo!

kris -

Honoris, honoris, Bambolia, aún ahora sigo sin palabras...imagino que la solidaridad ha fluido por sus venas y se ha puesto en plan burro...

Bambo -

Kris, nos hemos cruzado, :-)

Este verano comprobé lo de los pollitos de colores para satisfacer los caprichos de los niños que no han puesto un pie en el monte o en una granja...

¿a que deberían darle una mención honorífica al redactor? jajaja

kris -

Gru, (casi me echan del curro por la risa, pero gracias), me temo que lo llevan clarinete, no sé, quizá ampliando bañeras...

Bambolia -

Imagino que en ese caso, como es casi imposible adquirir uno de esos animales, se tendrán que contentar con peluches al uso, y poco más. Eso sería lo lógico, pero seguramente algún chiflado de estos que duermen sobre colchones de billetes hará las delicias de sus vástagos con un hipopótamo sorpresa envuelto en celofán.

Lo de regalar animales a los niños está muy bien, pero no está tan bien cuando los propios padres no saben qué es eso del amor a los animales.

kris -

Y no que algunos burros están en peligro de extinción...???

De alguna forma, aunque el origen no sea el mismo, me recuerda a aquellos pollos de colores bien vistosos que permanecían hacinados en una furgoneta, en cajitas, hasta llegar a las manos de un lindo/a niño/a. Una vez crecían y volvían a su color original, del cariño e interés inicial no quedaba más que un problema, cómo deshacerse de ellos.

Pero volviendo al tema de los burros y de los padres que los regalan, sólo puedo decir que me parece increíble, a dónde vamos a llegar...???

Una cosilla más, la redacción exhaustiva y bien hilvanada que logra el tipo del segundo enlace...me ha dejado sin palabras, ea...

Saludos para un buen lunes.

Gru -

Pues a ver qué harán los padres británicos cuando se pongan de moda los hipopótamos y las ballenas.

Ana* -

Me encantan los burros :-/

Y no me extraña lo que cuenta el articulo, porque a otra escala (perros y gatos, mayormente) lo llevo viendo (y padeciendo) desde hace años.

¡Los animales no son juguetes!

Hablando de este tema con una mujer que tenía a una gata encerrada de por vida en la cocina, sin contacto con el resto de la familia (se quejaba de que la gata "hacía cosas raras"; claro, se estaba volviendo loca) decía que la gata había sido un capricho de su hija de tres años, y que a ella no le gustaban. ¿Y no crees que tu gata podría tener una mejor vida si la tuviera alguien que le diera más cariño? Me contestó:si, pero, ¿cómo se lo explico a una niña de tres años?

Menos mal que a la niña no se le antojó, qué se yo, un burro, ya que estamos.

Si es que cuando la gente no tiene cabeza / corazón (a veces es una cosa, a veces es otra), el convertirse en padres no los arregla.