97 quilos de prepotencia y chulería
Ya están aquí. Por desgracia para mí, claro. Y para alegría de, al parecer, la mayoría de los valencianos. Dejaré mis odios y manías a un lado e intentaré ser objetiva. A ver si lo consigo... aunque me resulta difícil, la verdad. Y si bien lo pienso... pos como que no. Mi intento de tolerancia ha durado no llega a dos frases. Y es que hay cosas que me desrizan los rizos sin necesidad de champú específico ni suavizantes capilares.
Por ejemplo, el ver como miles de mujeres disfrutan haciendo el papelito de monas de feria soy despectiva, lo sé, pero es que me puede todo este regionalismo trasnochado-, desfilando por las calles, cual sonrientes modelos de pasarela, al ritmo de Paquito el Chocolatero, engalanadas con recargados vestidos del siglo XVIII y peinadas con rocambolescos moños, al más puro estilo de la Dama de Elche. Quizás sea una forma masiva de ensalzar el look de Paquito Clavel y sus amigos y yo ando despistada, o tal vez se trate de los primeros balbuceos de una nueva tendencia en la moda femenina, en plan retro.
A lo que iba, que me perdí por los cerros de Úbeda: la última gracieta de estos valencianotes de pro, a los que les da por tirar petardos a cualquier hora y por cualquier motivo, sin comprobar antes si hay gente alrededor a la que pudieran molestar, ha sido o es, mejor dicho, la pretensión de hacer explotar una carcasa de 97 quilitos de ná. Vamos, una minucia; una cosa simbólica, por decirlo de alguna forma. Porque ya se sabe que en tierras de la Comunidad valenciana la pólvora es una tradición muy arraigada, y la existencia de esa costumbre es justificación bastante para que a cuatro descerebrados les dé por creerse los artificieros del Tedax y Rita la Cantaora perdón, Rita Barberá- vaya detrás de ellos aplaudiéndoles la idea, por aquello de que la alcaldesa de Valencia ha de mediar, en lo posible, para que sus ciudadanos hagan realidad sus sueños y deseos más patrióticos yen este caso se trata de una majadería de tomo y lomo-, aunque con ello se vulnere la legislación y se contradiga lo opinión del Ministerio de Industria. ¿Acaso no es ésa la labor primordial de un alcalde?
Si tantas ganas tienen de saber qué se siente al escuchar explotar una carcasa de 97 quilitos de ná, que se saquen unos cuantos billetes de avión con destino a Bagdad y que a la vuelta, nos cuenten...
21 comentarios
Bambolia -
1) No salir de casa.
2) No salir de casa.
3) No salir de casa.
Y luego está la posibilidad de no salir de casa, que todavía no la había tenido en cuenta.
Es más, creo que, una de dos: o me quedo en casa o si salgo, me voy a algún lugar alejado del bullicio, tipo La Albufera o similar. El problema es que un paseo en barca de media hora vale 3 euros, y para estar alrededor de 12 horas me sale un pelín caro el invento, :-/
De ésta, seguro que le acabo las cortinas de su habitación a mi madre, que las llevo renqueando desde ni se sabe...
kris -
Espero que a pesar de las fallas puedas disfrutar de esos días aunque sea con tapones o cascos o calcetines colgando de las orejas o...¿no tienes lugar dónde esconderte del gentío?...
Ericillo con casco volador se parte de risa a punto de tomar el vuelo -
Pobrecicaaaaa, jiji!!
Bambolia -
Creo que tiene mucha razón Gru cuando dice que las tradiciones, cuanto más bestias, más seguidores arrastran.
Con lo que explicaba en el comentario anterior al decir que me ponía delante del tenderete de la mascletà,en concreto me refería a que estaba a la misma altura que los petardos, tal cual se ve en la foto -que está pillada de una página extranjera-, porque entonces lo único que hacían para evitar desgracias era aislar el recinto donde se colocan los explosivos, para que la gente no toquetease nada, pero no dejaban espacio entre los pertardos y el público: si se escapaba alguna carcasa o masclet, no existía una zona muerta en la que pudiese explotar sin dañar a nadie, como ahora, sino que te iba directo. POr eso decía lo de la temeridad.
Bambolia -
A veces pienso la cantidad de estupideces que se llegan a hacer cuando se es joven por el mero hecho de que la gente con la que vas no te menosprecie por no celebrar ciertas "gracias"...
Un día hablaré de aquellos días, en los que fui capaz de firmar para que no retirasen la estatua de Franco de la Plaza del susodicho... ¡qué cosas!
a las tres -
Pues eso, que te entiendo Bambolia. Un último comantario, las calles hasta arriba de gente, sin espacio para andar, y se dedican a tirar petardos al aire, caigan donde caigan. Que me perdonen los valencianos, pero las "pirulas" y el levante es lo que tiene, que trastoca a algunos, no a todos.
salud, y mi solidaridad para contigo, Bambolia.
Yo otra vez* -
*Mis aportaciones en tríptico se deben a que el cajetín no admite testamentos tan largos de un tirón. Se ve que cuando Roberto A. diseñó blogia protegió a sus futuros usuarios de charlatanas como yo, :-P
Bambolia -
Bambo -
Sponge, las acabo de ver. Guays, :-) No saturaste la cuenta porque las enviaste a las de gmail, por eso te puse esa dire la primer, porque tiene 1 Gb de capacidad.
Las pelis... la de la tarde, "Cien maneras de acabar con el amor" no me gustó. Me pasó algo curiosísimo: es la primera vez que en una película identifico los escenarios en los que se desarrolla y eso fue un problema importante.
Sponge -
Por cierto, ¿qué tal las pelis de hoy?
Kiri -
Muy bueno lo mío.
Bambolia -
bambolia(arroba)gmail.com
morar(arroba)mixmail.com
Sponge -
La devora-películas -
Bambolia -
De todas formas, de niña era capaz de dormirme oyendo casi cualquier cosa de fondo y ahora el ruido del tráfico en mi calle, por la noche, me desvela. Me estaré haciendo mayor...
Por cierto, lo que jamás hice siendo fallera fue tirar un petardo. Además, me confieso: como me daba tanto miedo, lo que hacía era irme directamente a los que ya habían explotado, unos que se llaman trocs y que ahora están prohibidos -aunque aún se ven-, los cogía del suelo y los tiraba con fuerza al suelo como si estuvieran nuevos. Entre tanto barullo, la gente no se daba cuenta y yo no me sentía ridícula por no atreverme a encender/tirar petardos...
Gru -
Pareciera que las tradiciones gustan más mientras más bestias sean.
Qué te sea leve, Bambi.
Bambolia -
Ahora que pienso... en este caso, soy una ex-fallera extremista, como los ex-fumadores que no soportan que alguien les eche el humo a la cara, después de liquidarse dos paquetes diarios.
He de buscar una foto que tengo de cuando era niña... pol Diossss, tenía unas pintas que ni p'atrás, vamos, :-D
Sponge -
Pos nada, que te sea leve, que yo no sé si lo aguantaría serenamente.
Bambolia -
Ana, es que no escarmientan. Así de lamentable, pero cierto. Salir de casa los días 15, 16, 17 y 18 de marzo, a partir de las 7:30 de la mañana, significa andar entre medias de falleritos tirando pertardos como descosidos: hacen lo que ellos llaman la "despertà", y te guste o no te guste, van entre 50 ó 60 personas por barrio. Vamos, que andes por donde andes, ni cruzando de una acera a la otra, te libras. Y no he puesto el día 19 porque como ése no se trabaja, no tienes obligación de salir temprano de casa.
Una panda de irrespetuosos, eso es lo que son. Y a estos sí que les daba palos con la cachiporra del cavernícola de Quino.
Ana* -
En fin, no sabes cuánto te compadezco.
Ciri -