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De espaldas

Disgustos

Indignidad moral

Martes, 22 de marzo de 2011, 4:12 h.

Estos días pasados he estado un tanto desconectada del mundo mundial. Qué decir, pues, del mundo "local" o del "doméstico"... Hace un rato he entrado en el diario Público para ver si se sabía algo nuevo sobre la guerra en Libia y me encontrado con una noticia que me ha dejado sorprendida:

Ana Rosa Quintana, imputada por la entrevista a la mujer de Del Valle.

Después de leer el contenido del artículo, de ver el vídeo que se adjunta y de buscar en las ediciones digitales de unos cuantos periódicos, estoy por volverme al lugar del que he venido. No sé cuántos adjetivos son necesarios para calificar a un grupo de personas que carece de los principios morales básicos y que desconoce qué significa el respeto al prójimo, sobre todo, si éste tiene sus facultades mentales mermadas.

Si ya resulta vergonzoso que los casos de asesinatos de menores se conviertan en circos mediáticos, lo que no tiene perdón -no de Dios, sino nuestro, de la sociedad en general- es que se consientan estas cosas y, además, se tenga la desfachatez de llamarlas periodismo:

Mercedes Milá apoya a Ana Rosa Quintana.

Di que sí, mujer, con un par... Dicen que Dios los cría y ellos se juntan... Por eso, quizás, y entre otras muchas razones, no creo en la existencia de Dios.

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En el bar

Escuchado en uno de los bares de Linares, hace dos días, mientras tomaba una tisana de manzanilla:

Fulanita:
Yo no soy racista, pero oyes... es que, fíjate tú, han entrado al bar y sin cortarse un pelo, han venido a donde yo estaba pidiendo en la barra y me han rodeado... y eso sí que no, que a mí me dan no sé qué, que no me gusta verme entre tanta gente extraña.

Menganita:
Pues yo sí que soy racista, qué quieres que te diga... que es que en Puerto-I-Sant de los Desconciertos ya no se puede ir por la calle de tanto moro que hay, que hasta mi hijo me lo dijo el otro día... a mí me tienen harta.

Fulanita me miraba esperando que yo me solidarizase con su malestar. Menganita me miraba esperando que yo corroborase que el mundo ya no es el que era y que, a poco que nos descuidemos, nos sacarán de nuestras tierras -ja, ja y ja- a patadas.

Miré a ambas, levanté la taza para dar el último sorbo a mi manzanilla y mientras forzaba una hipócrita sonrisa, me bajé del taburete y les di las buenas noches. No me pesa no haberles respondido: ciertas situaciones es mejor evitarlas. Y una conversación de barra de bar suele estar más cerca de los sentimientos primarios que de la razón -el porqué, no lo sé, pero es así-.

A ellas les da miedo lo desconocido. A mí me da miedo lo que pueden llegar a pensar algunas personas que conozco. Sobre todo, porque hacer gala de que se es racista es tan... no encuentro la palabra. Lo cierto es que a mí me da pánico cómo se ve la paja en el ojo ajeno y no se ve la viga en el propio.


De las novatadas

Nuevos universitarios de Valencia se licencian con nota en novatadas.

No. No voy a meterme con el titular, aunque parezca extraño. Lo destacable es la noticia: tiene narices el enfoque que le da al asunto la redactora de la información.

¡Qué chachi-piruli! ¡Qué hiper-mega-guays! ¡Qué total! Nos reimos de los que llegan, aprovechándonos de una supuesta supremacía moral, adquirida por una mera circunstancia tempora, y todos tan felices, oiga usté. Y como se le ocurra negarse a hacer el monigote en plena calle, en el Barrio del Carmen, será castigado por los siglos de los siglos, amén Jesús.

Ojo, que lo que dice una tal Andrea Vicente tiene sustancia:

«las novatadas tienen el fin de integrar a los nuevos colegiales y que pierdan la vergüenza»

Sinceramente, creo que cada cual tiene derecho a perder la vergüenza como le plazca; es más, tiene derecho a no perderla, a ser tímido o tímida de por vida, ¡qué leches!. ¿Cómo se explica que la integración en el grupo estudiantil de los recién llegados se base por parte de los veteranos, en ejercer una autoridad inexistente, con la que se pretende ridiculizar en lugar de acoger?

¡Qué simpáticos estos chicos! Pero qué requetesimpáticos...

De chiste

Va a parecer que tengo fijación con "20 minutos", pero es que los responsables de este periódico digital -no sé si sale así en la versión impresa de hoy- son muy "cañeros" -coloquialismo al canto, que no van a ser ellos los únicos,-.
Cuando he visto la foto de Letiz(c)ia Ortíz con el circulito rodeando su barriga he soltado una carcajada. He pensado "esto es de traca". Y lo es, indudablemente. Como si no supiéramos donde se sitúa la matriz de una mujer... ¿Qué pretenden que observemos si por lo que han dicho la gestación no llega a los dos meses? ¿Lo bonita que es la falda tableada?

Podemos estar contentos: se acabó el oir hablar de las conspiranoias sobre el 11M; se acabó el oir hablar de la inmigración ilegal y de los gravísimos problemas que ésta acarrea; se acabó el oir hablar de la imposibilidad manifiesta de gran parte de la población para adquirir una vivienda digna; se acabó el oir hablar del maltrato a la mujer... Se acabaron, en definitiva, los dolores de cabeza generados por el precario estado de esta España que dicen que se resquebraja: tenemos pan y circo para una larga temporada. ¿Qué más podemos pedir?

Sí, podemos pedir más: de hecho, no hace falta que lo pidamos. Lo tenemos ya; servido en formato televisivo en la cadena pública española, ésa que pagamos entre todos. ¿De qué estoy hablando? De la caspa más casposa que existe, de la indecencia moral, de la desfachatez superlativa. ¿Más pistas? La primera: mujer contratada para mover el esqueleto en un programa-concurso sobre bailes de salón, se llena los bolsillos haciendo ostentación de lo mucho que mola ser considerada una "nietísima" chim-pón. La segunda: hombre contratado para hacer el ridículo vestido de chándal y conocido en los ambientes del famoseo por haberse casado con la bailarina a tiempo parcial.

Resolución a los enigmas:

Carmen Martínez Bordiu, concursante de "Mira quién baila"

José Campos será profesor de educación física en un reality

Se habla de la memoria histórica, de que a todos aquellos que murieron represaliados por uno u otro bando de la guerra civil española, les sea devuelta su dignidad a través de un merecido reconocimiento –aunque bien mirado, los fallecidos poca dignidad pueden recuperar a estas alturas de la vida...-. Que nadie se olvide de lo que pasó para que no se vuelva a repetir; que los cadáveres que yacen en las cunetas de infinidad de carreteras secundarias, reciban una sepultura acorde con sus creencias; que desaparezcan de los lugares públicos todos aquellos monumentos o recordatorios que, en su momento, se colocaron para ensalzar los valores de un régimen dictatorial...

Se habla tanto... y justo esos mismos -al menos una parte de ellos; por desgracia, la más visible y a la que se le debe de exigir, per se, un extremado cuidado en estos asuntos- que más hablan para que el olvido no nos lleve de nuevo a situaciones similares, contratan a la nieta del señor que acaudilló el alzamiento contra el orden establecido y que mantuvo a este país bajo su férreo e inhumano mandato durante varias décadas, para que los pardillos de turno la podamos ver los lunes, a partir de las diez de la noche, en La Primera de TVE. Sí señor, eso es congruencia y lo demás son tonterías...

Quizás se me podría echar en cara que Carmen Martínez Bordiu no tiene la culpa de lo que hizo su abuelo y quien me argumentase de esa forma, tendría toda la razón del mundo. Aún así, es que esta señora y toda su familia viven hoy por hoy a costa de lo que Franco robó a todos los españoles y no se cortan un pelo a la hora de manifestar públicamente lo bueno-buenísimo que era el gallego de voz gangosa. También se me podría decir que el premio del concurso va a ir a parar a una ONG -¡qué solidarios somos todos! con el dinero ajeno-. Pero lo cierto es que la ex-duquesa de Cádiz no mueve el esqueleto gratis.

Cuando escucho a algunas personas quejarse de que viven en un país rancio y anquilosado, fuertemente enraizado en la cultura de la peineta, la bata de cola y la pandereta, me enfado. No me gusta ese reduccionismo. Mejor dicho: no me gustaba. Hoy por hoy he de reconocer que, para nuestra desgracia, son muchos los que se alegran de que el periódico "El Mundo" haya comenzado un coleccionable sobre el franquismo y el Nodo: unos documentos gráficos que, dicen, nos van a hacer recordar qué fue lo que realmente pasó durante aquellos tristes años. Será verdad... sobre todo, porque el Nodo no es susceptible de ser cuestionado...

Si alguien tiene el gusto de desquitarse de tan grotesco surrealismo, dejo información sobre dos lecturas -ficción- muy, pero que muy recomendables -jesús, muchísimas gracias por ponerlos, literalmente, en mis manos-:

Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez.

El vano ayer, de Isaac Roja.

Son duros, aviso. Al menos, a mí me lo parecieron. Pero diría que resultan imprescindibles para calibrar hasta qué punto puede llegar a degradarse lo que conocemos comunmente por "la sociedad".

Ruta macabra

Vergonzoso, no cabe otro adjetivo:

Víctimas del terrorismo visitan los lugares de la tragedia para "refrescar" la memoria de la ciudadanía.

¿Para refrescar la memoria de la ciudadanía? ¿De verdad? ¿Alguién se lo cree? ¿No será más bien para soliviantar los ánimos y caldear el ambiente? ¿No será que están buscando que esta tarde, a partir de las seis, en lugar de que primen las reclamaciones basadas en la razón, se oigan las guiadas por los sentimientos como la rabia, la ira y el dolor?

De verdad, estoy cansada. Cansada de ver cómo desde el momento en el que abres la boca para decir que estás de acuerdo con la negociación, te suelten un "pues a ver si eres tan valiente de ir a decirselo a la cara al padre de Miguel Ángel Blanco" y automáticamente, pasen a mirarte como una vendida, cobarde y no sé cuántas cosas más...

Se me escapa el porqué la condición de víctima de terrorismo se traduce en derecho para decidir qué está bien o qué está mal: el dolor no es buen consejero y para este tipo de decisiones se necesita distancia, objetividad y frialdad. Parece ser que los conceptos morales del orgullo herido, del vencedor y el vencido y todas esas pamplinas tan poco recomendables por lo viscerales que resultan, priman por encima del sosiego, el entendimiento y el reconocimiento del otro.

Me pregunto si no existe ninguna asociación que sea capaz de promover una manifestación a favor de la negociacion, para que la opinión de los que pensamos que "en mi nombre, sí" se evidencie, salga a la luz, deje de ser una mera especulación, resultado de un silencio oficioso.

Silencio, por favor

Esta tarde me ha tocado pasarme cerca de hora y media en el centro de salud, esperando mi turno para que me visitase mi médica de cabecera -o de familia, como se llaman ahora-. Tengo un resfriado de esos que te dejan fuera de juego durante tres o cuatro días: congestión nasal, ojos llorosos, tos... Nada fuera de lo habitual.

He pillado un cabreo importante, y no precisamente por tener que pasar allí tanto rato, cuando supuestamente, el sistema de citas se creó para que no existiese acumulación de enfermos a la puerta de la consulta -es algo a lo que no le doy demasiada importancia: mientras me atiendan como es debido, esto es, como a una persona y no como al enfermo nº X al que le tocan tres minutos, prefiero esperar-: ¿por qué la gente no apaga los móviles en sitios así? ¿por qué aquello ha de asemejarse a una sesión vespertina de discoteca en la que la música para el chunta-chunta fuese toda a base de tonos y politonos para móviles?

No lo entiendo, de verdad. En el habitáculo en el que yo estaba -el lugar es un enorme pasillo, separado por mamparas- éramos alrededor de veinte personas. He contado doce llamadas de teléfono. Y ya no sólo ha sido los tonos del ring-ring de los móviles, sino las conversaciones que han venido después: ¿Acaso la gente no sabe lo que es la intimidad? ¿Acaso a mí me importa algo el saber que la mujer del que está a mi lado lo está esperando para cambiarse de ropa e irse, cuando él acabe la gestión, a comprar no sé que mueble para el comedor de su casa? ¿Acaso nadie tiene en mente los carteles aquellos que había antaño en los ambulatorios y hospitales, en los que se veía a una enfermera recordándole a los presentes lo de "Silencio, por favor"? ¿Acaso no es lógico pensar que detrás de esas endebles puertas hay médicos trabajando y pacientes esperando ser tratados sin distracciones innecesarias?

Cada vez estoy más convencida de que soy un bicho raro. Me supera.

Rabia, ira e impotencia

En estos momentos pagaría por poder estar sola en un gimnasio con instalaciones para boxear. Quisiera poder golpear hasta la extenuación un saco: unos, dos, tres, cuatro golpes. Y vuelta a empezar. Maldecir y gritar a la vez. Pagaría, de verdad. Necesito sacar la rabia de alguna manera. La impotencia me ha dejado fuera de juego desde media mañana y la ira ha llegado esta tarde en forma de secretaria prepotente, impresentable y altiva. Odio decir esto, lo juro, pero es cierto: la típica tipa a la que se le quedó cara de amargada hace ya muchos años y anda reñida con el mundo porque piensa que ella se merece un trato mejor, más de señora de la casa. Odio decirlo, pero es así. No me gusta caer en aseveraciones que reafirman ciertos tópicos, pero es que estoy por reconocer que lo de la sabiduría popular no es un mito, sino una gran verdad: ya no digo que con un buen polvo se le arreglasen todos los problemas -luego me arrepentiré por escribir algo así, pero joder...-, pero al menos, alguien debería enseñarle a emplear un consolador para ver si así conseguía sonreir a base de darle al apéndice eléctrico.

Esta mañana me han dado una mala noticia. Nos han dado, mejor dicho. Ha caido como un mazazo. Se ha hecho un enorme silencio. Alguien a quien todos conocíamos se acababa de suicidar. Los detalles no importan; además, están de sobra. No lo entiendo. No lo entiendo. No lo entiendo.

Esta tarde voy a tramitar una inscripción para una actividad en uno de estos centros que se cansan de repetir que son asociaciones sin ánimo de lucro, con fines sociales y bla, bla, bla, y me doy de bruces con una estúpida estirada, crecida en la certeza de saber que da lo mismo cómo me trate a mí, porque si yo no participo en el evento, vendrá otro u otra detrás a ocupar la plaza. Sé que mi reacción ha sido desproporcionada, pero hacía mucho tiempo que no tenía que contar hasta diez para controlarme. ¡Cómo me hubiera gustado decirle que era una desgraciada! Con esos aires de superioridad, de desprecio absoluto por el que no sabe y va a consultar, por el que dedice ocupar su tiempo "molestándola" a ella...

No sé si cabe reclamación ante una oficina del consumidor. Lo averiguaré. Me superan las tipas amargadas. No las aguanto. Beligerancia total.

Día complicado. Y el cuello como el palo de una escoba. Y encima alguien cercano me ha dicho que estoy distante... Mejor así, he estado a punto de responderle: no me gustaría morder a quien no se lo merece. Puto día... Quedan 45 minutos. Seguro que ahora me comeré los dos yogures que saqué hace un rato de la nevera para que no estuvieran tan fríos y me sentarán como una patada en el estómago. Seguro que si pillo el libro de las Leyes de Murphy, encuentro alguna que encaje a la perfección en este desbarajuste de vida.

De acoplamientos, cópulas y recetas de cocina

Soy masoca, lo reconozco. Si no fuera así, no se entendería cómo soy capaz de perder el tiempo leyendo 'cosas' como ésta:

"...El acoplamiento de estos órganos sexuales es lo que proporciona el mayor acercamiento naturalmente posible entre los productores de los gametos. Al acto de este acoplamiento es a lo que se llama copulación (cópula, coito, unión o relación sexual, ídem carnal, ídem conyugal, acto matrimonial, etcétera). Mas si la cópula fuese sólo este acto mecánico que hemos descrito, es seguro que su finalidad, la perpetuación de las especies, quedaría incumplida. Es por esto por lo que el Creador, que nada hizo imperfecto, dotó a los seres vivos del apetito sexual, vinculando su satisfacción a la realización del acto procreativo. Sin el cebo de la sexualidad, es imposible concebir a personas serias realizando un acto tan simple. Entrando en juego el factor libidinoso, pierde el simplismo para convertirse en una función trascendente y compleja. De su trascendencia sobre la compenetración espiritual de los esposos ya hemos hablado; de su complejidad es preciso que digamos algo, pues son muchos los factores anímicos y coprorales que en ella intervienen, y el desconocimiento de cómo actúan puede ser motivo de errores, de insatisfacciones y de disarmonías, que tienen una gran repercusión sobre la dicha conyugal.
Uno de estos factores es la apetencia. En la génesis de este apetito ya vimos que intervienen estímulos internos y excitaciones que nos entran por los sentidos. Estas excitaciones exteriores pueden ser, a veces, tan poco gratas que inhiban el impulso interno. Por mucha hambre que se tenga, ante un plato de carne nauseabunda son pocos los que la sacian. Tome nota la mujer de este dato y comprenda el porqué del atractivo de su aseo personal. Tome nota el hombre y se explicará los fracasos en sus intentos de "conmover" a su mujer. Esta, bastante más exquisita y exigente que el varón en cuestiones de amor, es sumamente sensible a la acción de estos factores inhibidores (falta de enamoramiento, conducta torpe o brutal, suciedad corporal, etcétera, del varón).
Sin este requisito previo del apetito, el fisiologismo del acto conyugal no puede ser correcto. La apetencia no sólo dispone el ánimo para sacar provecho del acto, sino que prepara adecuadamente los órganos que lo han de realizar. Bajo la influencia de la excitación que precede a la cópula, los genitales de la mujer adquieren la suculencia y la lubrificación necesarias para que la función no resulte molesta, y los del hombre, la turgencia precisa para que sea posible. Es un error, muy difundido entre los hombres, iniciar la cópula sin haber logrado antes la disposición de ánimo y la preparación orgánica necesarias en la mujer para que el acto sea completo. Obrando así, queda, de ordinario, insaciada la mujer, sin alcanzar el acmé del goce sexual (voluptas, orgasmo). Esta insatisfacción priva al varón de parte del goce que le pertenece y repercute desfavorablemente sobre la salud de la mujer y sobre la dicha conyugal. No hay que achacar siempre a la frigidez (frialdad) de la mujer lo que muchas veces es falta de pericia en su esposo.
Otro de los factores que influencia muy desfavorablemente la apetencia sexual es el hastío. La monotonía en las comidas acaba por cansar; la rutina y la falta de variedad en la manera de realizar la cópula termina con el interés por ella y, lo que es peor, con el entusiasmo, con la ilusión, con la compenetración y con el amor, que siempre debe existir entre los cónyuges. No tengo por qué repetirte la advertencia que te hice al hablarte de la insatisfacción sexual como causa de desavenencias conyugales.
La mujer que quiere, sin necesidad de recetario de cocina, sabe evitar el cansancio que a su esposo le produce la monotonía en las comidas que ella dispone o confecciona; la mujer que se lo propone, sin necesidad de fórmulas amatorias, aprende ese arte difícil de las amantes, cuyo único secreto radica en saber evitar el hastío y el desabrimiento en el tálamo nupcial. Es muy expuesto buscar información sobre la conducta que ha de seguirse a este respecto, ya que la espontaneidad y la improvisación son, precisamente, los mayores enemigos de ese hastío. Querer imitar a alguien es exponerse a caer en obscenidades, que pueden costar la estimación y el cariño del esposo.
El acto carnal culmina en una conmoción voluptuosa de todo el ser, que en el varón coincide con la emisión de semen (eyaculación). Mediante ella se verifica una verdadera siembra (inseminación) de gametos machos sobre el cuello uterino (hocico de tenca) y sus vecindades.
¿Consejos higiénicos en relación con la cópula?
Si has querido entenderlos, ya te he dado los más importantes, pero debo insistirte en que ninguna medida puede resultar más higiénica, más saludable y provechosa para la salud del cuerpo y del espíritu, que su realización con arreglo a las normas de la sana Moral. Todo fraude hecho a la Naturaleza, en estos momentos en que con tanta fuerza reclama sus derechos, es vengada indefectiblemente y, tarde o temprano, tiene su sanción. Más adelante te explicaré cómo."

Extraído del maravilloso y estupendísimo libro "Antes de que te cases", del Dr. Clavero Nuñez, Edición de 1961 -corregida y aumentada-.

Y ahora viene el explicar el porqué hoy se me han cruzado los cables de esta manera. Es fácil:

Benedicto XVI explica en su Encíclica que el amor puro está sólo en el matrimonio destinado a la procreación.

Entre la redacción del libro al que pertenecen los párrafos anteriores, fechada en octubre de 1946 y hoy, por ejemplo, han transcurrido casi sesenta años. Tal pareciera que para estos señores de las sotanas y los alzacuellos, a la vista de cómo piensan y cómo se expresan, el tiempo se hubiera detenido hace ya bastantes décadas.

Escenifiquemos, hermanos

Para ello, necesitaremos un escenario: si se va a representar algo ¿qué menos que un lugar decente, digno y con el empaque suficiente?

¿Bastará una plataforma de 2.500 metros cuadrados?

¿Nadie responde?

¡Cachis en tó lo que se menea! Se me ha olvidado decir cuál va a ser el evento a celebrar, el motivo para tan apoteósica escenificación:

El Papa oficiará en una plataforma de 2500 metros.

¿Dónde? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué?

Dónde: en Valencia, con motivo del V Encuentro Mundial de las Familias.

Cómo: ¿Qué cómo lo van a hacer? Ni idea... imagino que tirando de subvenciones y el dinero de todos... Total ¿qué son cien millones de pesetas para levantar un catafalco, si en él se va a subir un señor que dice que darle al fornicio con un preservativo es cosa de degenerados?

Cuándo: en julio de este año, si su Dios no les fastidia la fiesta... Por favor, que llueva, que llueva, la Virgen de la Cueva, los pájaritos cantan, las nubes se levantan, que sí, que no, que caiga un chaparrón, que se rompan los cristales de la estación!.

Por qué: Ser o no ser, esa es la cuestión. Ni idea... Intuyo que porque Rita Barberá no tiene bastante con poner la ciudad patas arriba con la memez de la Copa América y necesita una dosis anual de eventos festivaleros.

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Indecente. Indecente y vergonzoso. Indecente, vergonzoso y desmesurado. Indecente, vergonzoso, desmesurado y... ¿alguién quiere seguir?

¿Defunciones por abortos?

No salgo de mi asombro...

Miento: entro y salgo en el asombro, como si mi gesto fuese el movimiento cíclico de un péndulo. Es una cuestión de superviviencia vital: permanecer mucho rato en el maremágnum de la perplejidad no es bueno para la salud.

El aborto se ha convertido en la principal causa de mortalidad en España.

Lo dicen los señores del Instituto de Política Familiar, que para el que no sepa quiénes son y en qué consiste esta entidad -como me ha pasado a mí hasta hace diez minutos-, con leer lo que cuentan en su web, podrán hacerse una somera idea de por dónde van las cosas.

Me acabo de enterar a través de una noticia publicada en 20 minutos, y ellos entresacan una afirmación que se hace en el informe de esta institución, que no tiene desperdicio:

"Cada madre que aborta es un fracaso de la administración"

¿Qué decir ante tanto desvarío?

Dicen que las comparaciones son odiosas. Nunca he estado de acuerdo con una aseveración tan contundente, pero hoy firmaría como autora de la frase y la elevaría a la categoría de máxima:

"Actualmente se producen en España un aborto cada 6,6 minutos (79.788 abortos), es decir, UNO (1 ) de cada SEIS (6) embarazos termina en abortos, lo que está provocando una verdadera explosión de los abortos en los últimos años, de una magnitud difícilmente imaginable, de manera que:

1. Cada día 220 niños dejan de nacer en España por abortos, esto equivale que cada tres/cuatro días desaparecería un colegio de tamaño medio en España por falta de niños.

2. El número de abortos que se produjeron en el año 2.003 equivale a la población total de ciudades como Soria y Teruel, o a la mitad de poblaciones como Ávila, Segovia, Palencia, etc.

3. El número de abortos producido hasta la fecha equivaldría a la totalidad de los nacimientos que se han producido en España durante los años 2.002 y 2.003, es decir como si en España no se hubiera ningún nacimiento durante dos años y sólo se hubiesen producido defunciones.

… haciendo del aborto la principal causa de mortalidad en España."

Visto lo visto, cabe preguntarse: ¿Cuántos niños dejan de nacer en España por el uso del preservativo?

¿Por qué niegan la evidencia? ¿Por qué una mujer que ha sido violada y ha quedado embarazada ha de proseguir con la gestiación? ¿Por qué existiendo riesgo de muerte para la mujer y para el futuro bebé se ha de continuar con el proceso?

Hipócritas. No cabe otra calificación. Es un asunto muy serio. Demasiado para que lo traten con esa parcialidad tan maniquea. Si por ellos fuera, la vida sería de color de rosa. Y eso es una burda y cruel mentira.

Crónica de cómo se llega a odiar a la compañera

Si esta tarde aguanto el tipo y soy capaz de no dejar sorda de un berrido a mi compañera de mesa, será un milagro de no sé que Dios... He comenzado a rezar letanías para calmarme.

Primera versión de la tarde: no estoy nerviosa, no estoy nerviosa, no estoy nerviosa, no estoy nerviosa.

Segunda versión de la tarde: haz como si no la oyeras, haz como si no la oyeras, haz como si no la oyeras.

Tercera versión de la tarde: no está hablando en voz alta, es ruido de fondo; no está hablando en voz alta, es ruido de fondo; no está hablando en voz alta, es ruido de fondo.

Cuarta versión de la tarde: no la soporto, no la soporto, no la soporto, no la soportooooooooooooooooooooooooooo.

Previsión de aquí a las 21 horas: ponerme en contacto con algún servicio funerario para que estén esperando a la puerta con el coche fúnebre, porque una de las dos hemos de morir. O ella porque me tiraré a su cuello o yo porque me dará un soponcio.*

*Entiéndase como una metáfora necesaria, muy necesaria. Y me quedan días... :-/

Pasarse veinte pueblos y cien capitales de provincia

No digo nada más. Sólo extraigo un trocito de la noticia, y la enlazo completa al final:

"La Organización Mundial de la Salud (OMS), la agencia de la ONU encargada de la lucha contra el tabaco, dio ayer un drástico y polémico paso. El organismo internacional no contratará a ningún fumador, aunque lo sea sólo en el ámbito privado. Y si la institución descubre que un nuevo empleado fuma, tomará medidas disciplinarias. La organización sostiene que ha tomado esta decisión por "imperativos de credibilidad e imagen" en el combate contra el tabaco. La nueva regulación no será aplicada retrospectivamente a los empleados ya contratados, que serán alentados a dejar el tabaco y a seguir tratamientos. Numerosas voces en Suiza han criticado ya lo que se califica de "nueva cumbre del delirio de lo políticamente correcto".

El artículo completo

¿Mande?

Así titula hoy Maruja Torres su columna de opinión en el periódico El País:

"Hay entre los presentes algún maldito presunto terrorista que, durante los presuntos interrogatorios necesarios para la seguridad de los presuntos Estados Unidos, realizados en presuntos países terceros amablemente disponibles, haya sufrido presuntos abusos psicológicos o físicos dignos de ser calificados como presunta tortura según las disposiciones del Departamento de Estado redactadas en agosto de 2002, y firmadas al año siguiente, que otorgan al presidente Bush Jr. plenos poderes en materia de presunto interrogatorio?

Pausa para respirar.

¿Hay entre los presentes algún jodido hijo de puta que haya merecido que su presunto interrogador le someta a tales presuntos abusos por la causa de la seguridad que, finalmente, el resultado haya sido de presunta pérdida de miembro o de presunta muerte, con lo cual sí podríamos hablar de presunta tortura en caso extremo, según las mencionadas disposiciones?

Pausa para pensar."

Texto íntegro del artículo. La frase final es más que un cierre contundente: es un puñetazo dialéctico dirigido al estómago.

Chistes eclesiásticos

Que la COPE es propiedad de la Conferencia Episcopal Española es algo que todos -o casi todos- sabemos. Pero lo que desconocíamos -al menos, en teoría... me permito un "ja" muy, muy, muy irónico- era que se saltaban a la torera lo que, para ellos mismos, han marcado como fin a conseguir en el punto IV de su ideario, titulado "Promoción de los valores del humanismo cristiano",

"...Asumirá la defensa de los derechos humanos, tal como se expresan en el magnetismo de la Iglesia y en los grandes acuerdos internacionales.

Ayudará a crear una conciencia colectiva sobre los deberes anejos a esos derechos y promoverá, sin fisuras, la solidaridad ente los seres humanos, de cualquier raza, país o condición social. Difundirá asimismo, con claridad y con ahínco, el concepto cristiano del matrimonio, de la familia y de la sexualidad. Presentará un tipo de hombre y un modelo de sociedad, abiertos a la transcendencia y enriquecidos por la conciencia moral y por la fe religiosa.

Mostrará abiertamente su opción preferencial por los pobres y por los marginados, sin menoscabo del respeto y la estima que le merecen todas las personas y grupos. Respetará siempre los ámbitos de la intimidad personal y de la vida privada, salvo cuando se atente desde ellos contra derechos ajenos o el bien de la comunidad."
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¿Y a santo -me sirve cualquiera, Santo Tomás, por ejemplo, que dicen que dudaba de todo- de qué digo que los chicos de la COPE vulneran su "ideario" y me he ido a visitar las páginas de la Conferencia Episcopal y de su cadena radiofónica? A que cuando he escuchado el fichero de audio que Nacho Escolar enlaza en su bitácora, en una anotación titulada Caridad cristiana he pensado que algunos en este país están perdiendo el Norte. Y no precisamente el Norte que persiguen aquellos de quienes se mofan en esa desafortunada parodia sobre la Verja -sí, en mayúsculas-.

Muy triste; verdaderamente, muy triste.

Derroche inaugural

No, no es una nave especial. Ni un decorado para una nueva película de marcianitos


No, no es una nave especial. Ni un decorado para una nueva película de marcianitos en versión española. Es un auditorio-teatro-ópera -tres en uno, como el aceite lubricante...- construido en el antiguo cauce del río Turia, en Valencia, en el macro-complejo cultural diseñado para perpetuar la gloria de Rita Barberá y el Sonrisas Profidén -este último, en la época en la que fue Presi de la Generalitat Valenciana- y que se conoce con el nombre de Ciudad de las Artes y las Ciencias.

El casco del guerrero con protección cervical -a mí que no me digan, pero parece un yelmo de los que se veían en la película "Alejandro Magno"- se llama Palau de les Arts. Y como en los palacios antiguamente vivían príncipes y princesas, y nosotros tenemos una monarquía parlamentaria con un Rey y una Reina que se dedican a descorrer cortinillas, pasear ramilletes de flores de aquí para allá y a saludar al personal alzando una mano al aire, con un inigualable giro de muñeca, el edificio de la fotografía va a ser inaugurado por Doña Sofía -la de Grecia, sí- y por deferencia -claro está- el susodicho llevará de sobrenombre el de la susodicha, o sea, "Palau de les Arts Reina Sofía".

El día 8 de octubre comienzan los actos para celebrar el estreno de tan magno e impresionante complejo artístico. Y como se ve que un evento de estas características, para ser recordado, ha de durar varios días -más o menos, como las bodas gitanas... para que luego digan que los burócratas no intentan acercar la cultura al pueblo-, los festejos finalizarán el día 25.

El problema -lo hay, lo hay; por eso lo cuento aquí- es que estos actos inaugurales cuestan la friolera de 2,8 millones de euros. Total, una minucia... Y encima, lo más gracioso -si es que tiene alguna gracia- es que inauguran para volver a cerrar: la primera temporada comenzará en octubre de 2006. Literalmente:

"Finalizados los Actos Inaugurales, el Palau volverá a cerrar sus puertas hasta octubre de 2006, fecha en la que dará inicio la Primera Temporada artística."
.

Espero que de esos 2,8 millones de euros, dejen algo de presupuesto para adquirir unas cuantas y potentes aspiradoras: mucho polvo se ha de acumular durante un año...

Cuerpos andróginos

¿Qué culpa tengo yo de que la Pasarela Cibeles y la semana de la moda de Barcelona -Pasarela Gaudí- se celebren con una diferencia de una semana? No voy a dejar de hablar del asunto por ello.



Aunque en esta ocasión, en lugar de escribir y sacar por mi boca sapos y culebras, me he limitado a mostrar la foto -extraída del especial que el diario "20 minutos" le dedica a este certamen- de una modelo que podría ir de la mano de la famosísima Twiggy y no desentonar en absoluto.

Ahora que si asusta un poco ver a esta mujer, lo de Alana Bunte en los desfiles de N.York es para echarse a correr:



Ojo, soy consciente de que la fotografía está tomada en picado y eso la hace parecer más delgada, pero aún con eso, la adolescente da grima. Y digo adolescente porque en el pie de foto de 20minutos se dice de ella que "sólo tiene 14 años y mide 1,73". Vamos, para que luego los diseñadores se tiren de los pelos de cara a la galería cuando salen a la luz pública asuntos como el reciente de Kate Moss.

Paren el mundo que me bajo

Frase manida, lo sé. Al final, no tendré más remedio que aceptar que si me comparase con el apocalíptico San Juan, éste se quedaría en el jardín de infancia y yo estaría a punto de licenciarme cum laude en "Vaticinios, Despropósitos y Grandes Castástrofes sociales". Pero es que no puedo evitarlo. En cuanto veo o escucho ciertas cosas, se me encienden los cables que activan la mala leche y al ratito tengo fritas las neuronas cerebrales.

Ayer por la tarde, mientras pasaba la mopa, encendí la televisión esperando que comenzasen los informativos de Telecinco. En La Primera estaban emitiendo Gente, programa en el que durante su primera media hora intentan rememorar los éxitos del semanario El Caso y en la segunda, se dedican a contar noticias "rosa pastel", por aquello de la corrección formal, no sea que las duquesas, toreros y folclóricas de la España cañí les vayan a tirar de las orejas. Mientras estaba en mi habitación maldiciendo la costumbre de Zas de meterse debajo de la cama, la presentadora anunció a bombo y platillo que después de la publicidad nos iban a dar pelos y señales sobre la majestuosa boda de Farruquito, el bailaor. Y claro, rauda y veloz, dejé los trastos de la hacendosa y perfecta ama de casa apoyados en el sillón orejero, y me senté a la espera de ver tan fabulosa celebración.

Sería difícil describir lo que sentí cuando aparecieron en mi televisor las primeras imágenes del festejo: la impresión fue tal que casi prefiero no pecar de parquedad. Juzgad por vosotros mismos... el traje de la novia no tiene desperdicio -lástima que no se distinga bien en la foto- y el de la madrina..., ése merece un capítulo aparte en la historia del vesturario hortera por excelencia:



En El Mundo han publicado un álbum con algunas instantáneas del evento -en la nº 6 se pueden ver la discreta corona y la sencilla gargantilla que lucía la novia-.

Ironías aparte, me quedé de piedra cuando me enteré de que este homicida imprudente -y sin el presunto, que ya hay una sentencia que lo avala- había invitado a la ceremonia religiosa de su matrimonio a un millar de personas, y que se calculaba que al convite y festejos posteriores, iban a acudir alrededor de tres mil. ¿Tanto dinero se gana bailando? Eso sí, se ve que para las cositas de la casa el mozo es un pelín agarrao: yo pensaba que sólo comprábamos muebles en Ikea los obreros y asalariados -penúltimo párrafo del artículo que enlazo-.

¡Ah! memorables las últimas líneas que el autor del texto citado, Eduardo del Campo, le dedica a Farruquito:

"Farruquito podrá saborear hoy otra noche de gloria, después de sufrir varios varapalos personales: el primero, el fallecimiento de su abuelo Farruco en 1997; el segundo, ver morir a su padre, el cantaor Juan Fernández El Moreno, mientras actuaban juntos en Argentina en 2001; el tercero, la convulsión que causó en su vida la muerte de ese desconocido al que atropelló el 30 de septiembre de 2003 cuando probaba sin seguro ni carné el acelerador de un BMW. Una imprudencia que no olvidará."


Se ha de tener mucha jeta para reducir la muerte de un hombre a una mera anécdota consistente en pisar el acelerador de un vehículo de alta gama.

Por descontado, todo lo que pueda decir con respecto a la poca vergüenza que este bailaor ha demostrado tener, al celebrar una boda de esta envergadura, es poco.

Dormir a pierna suelta

Estoy convencida de que el joven al que detuvieron este pasado fin de semana en Valencia, por pertenecer -presuntamente, claro... estoy del "presunto" hasta el gorro- a una banda de neonazis que, entre otras "lindezas" se dedicaban a salir de batida para apalear a unos cuantos inmigrantes, no ha escuchado en su vida el dicho popular con el que he titulado esta anotación. Porque si, por una remota casualidad lo hubiese sentido pronunciar alguna vez, no habría estado durmiendo en un ataúd, con lo incómodo que eso ha de resultar...

Dejando de lado el tono semi-jocoso del párrafo anterior, una no tiene otra que preguntarse qué santas narices está pasando. Y no es por adoptar un tono apocalíptico, pero es que, al paso que va la burra, y si a estos energúmenos no les paran los pies, dentro de nada retomarán las costumbres de sus amados predecesores y harán las pantallas de sus lámparas de sobremesa con la piel de alguna de sus víctimas...

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[La foto es de Luis Lorenzo, publicada en "La Nueva España", diario de Oviedo]

El título que encabeza esta entrada es ilegible, lo sé. Pero es que lo primero que me ha venido a la cabeza es un taco, y no me parece demasiado conveniente el reproducirlo aquí, :-/

La noticia que ha motivado mi exabrupto: no tengo palabras -que no sean malsonantes- para expresar la mala leche que se me ha puesto.

Presunción de inocencia



En ocasiones como ésta, una no tiene más remedio que recordarse a sí misma, cual ejercicio para la recuperación de un amnésico, que en el artículo 24 de la Constitución española, se recoge, como derecho fundamental, entre otros, el de la presunción de inocencia.

Y esto ¿por qué? Sencillo: porque después de escuchar a Juan Maeso responder, ante una pregunta del fiscal, que si tiene hepatitis C, es porque "algún enfermo me ha contagiado a mí", no cabe otra que pensar que este hombre es un cínico de mucho cuidado y no sabe, ni de lejos, lo que es tener un mínimo de vergüenza. De rebote, la pretensión de objetividad que una pueda tener con respecto a este asunto se diluye.

Me viene a la cabeza una frase -ni idea de quién la dijo o quién la escribió, caso de que sea cita literaria- de "no sólo hay que ser bueno, sino parecerlo", porque tengo la impresión de que el anestesista inculpado no la ha oido pronunciar en su vida...

Hoy, el desafiante Maeso se ha atrevido a cuestionar la correcta instrucción de la causa, y no contento con eso, ha reconocido que en algunas ocasiones, llegó a poseer el don de la ubicuidad -cito-:

"Según el fiscal, en 1993 hubo coincidencia y duplicidad en la actuación en seis ocasiones; en ocho en 1998; 11 en 1995; 38 en 1996 y 34 en 1997. En todas ellos, Maeso estaba de guardia en el hospital público pero consta actividad suya en el centro privado, donde en algún día llegó a practicar entre una y tres anestesias en intervenciones quirúrgicas. Maeso afirmó que podía ser compatible su actividad en los dos centros "con celeridad, no con aceleración" y que se puede hacer, insistió, "con celeridad, rapidez y haciendo las cosas bien".


Que digo yo que si la cosa se toma con humor, seguir las declaraciones del médico omnipresente, puede llegar a ser hasta divertido... Sino fuera porque tengo una amiga a la que contagió, hasta les rogaba a los de los muñecos del Guiñol que lo colocasen como prota en una historieta dedicada a las aventuras y desventuras de los descendientes de Pinocho.

Triste, muy triste.