Paren el mundo que me bajo
Frase manida, lo sé. Al final, no tendré más remedio que aceptar que si me comparase con el apocalíptico San Juan, éste se quedaría en el jardín de infancia y yo estaría a punto de licenciarme cum laude en "Vaticinios, Despropósitos y Grandes Castástrofes sociales". Pero es que no puedo evitarlo. En cuanto veo o escucho ciertas cosas, se me encienden los cables que activan la mala leche y al ratito tengo fritas las neuronas cerebrales.
Ayer por la tarde, mientras pasaba la mopa, encendí la televisión esperando que comenzasen los informativos de Telecinco. En La Primera estaban emitiendo Gente, programa en el que durante su primera media hora intentan rememorar los éxitos del semanario El Caso y en la segunda, se dedican a contar noticias "rosa pastel", por aquello de la corrección formal, no sea que las duquesas, toreros y folclóricas de la España cañí les vayan a tirar de las orejas. Mientras estaba en mi habitación maldiciendo la costumbre de Zas de meterse debajo de la cama, la presentadora anunció a bombo y platillo que después de la publicidad nos iban a dar pelos y señales sobre la majestuosa boda de Farruquito, el bailaor. Y claro, rauda y veloz, dejé los trastos de la hacendosa y perfecta ama de casa apoyados en el sillón orejero, y me senté a la espera de ver tan fabulosa celebración.
Sería difícil describir lo que sentí cuando aparecieron en mi televisor las primeras imágenes del festejo: la impresión fue tal que casi prefiero no pecar de parquedad. Juzgad por vosotros mismos... el traje de la novia no tiene desperdicio -lástima que no se distinga bien en la foto- y el de la madrina..., ése merece un capítulo aparte en la historia del vesturario hortera por excelencia:
En El Mundo han publicado un álbum con algunas instantáneas del evento -en la nº 6 se pueden ver la discreta corona y la sencilla gargantilla que lucía la novia-.
Ironías aparte, me quedé de piedra cuando me enteré de que este homicida imprudente -y sin el presunto, que ya hay una sentencia que lo avala- había invitado a la ceremonia religiosa de su matrimonio a un millar de personas, y que se calculaba que al convite y festejos posteriores, iban a acudir alrededor de tres mil. ¿Tanto dinero se gana bailando? Eso sí, se ve que para las cositas de la casa el mozo es un pelín agarrao: yo pensaba que sólo comprábamos muebles en Ikea los obreros y asalariados -penúltimo párrafo del artículo que enlazo-.
¡Ah! memorables las últimas líneas que el autor del texto citado, Eduardo del Campo, le dedica a Farruquito:
Se ha de tener mucha jeta para reducir la muerte de un hombre a una mera anécdota consistente en pisar el acelerador de un vehículo de alta gama.
Por descontado, todo lo que pueda decir con respecto a la poca vergüenza que este bailaor ha demostrado tener, al celebrar una boda de esta envergadura, es poco.
Ayer por la tarde, mientras pasaba la mopa, encendí la televisión esperando que comenzasen los informativos de Telecinco. En La Primera estaban emitiendo Gente, programa en el que durante su primera media hora intentan rememorar los éxitos del semanario El Caso y en la segunda, se dedican a contar noticias "rosa pastel", por aquello de la corrección formal, no sea que las duquesas, toreros y folclóricas de la España cañí les vayan a tirar de las orejas. Mientras estaba en mi habitación maldiciendo la costumbre de Zas de meterse debajo de la cama, la presentadora anunció a bombo y platillo que después de la publicidad nos iban a dar pelos y señales sobre la majestuosa boda de Farruquito, el bailaor. Y claro, rauda y veloz, dejé los trastos de la hacendosa y perfecta ama de casa apoyados en el sillón orejero, y me senté a la espera de ver tan fabulosa celebración.
Sería difícil describir lo que sentí cuando aparecieron en mi televisor las primeras imágenes del festejo: la impresión fue tal que casi prefiero no pecar de parquedad. Juzgad por vosotros mismos... el traje de la novia no tiene desperdicio -lástima que no se distinga bien en la foto- y el de la madrina..., ése merece un capítulo aparte en la historia del vesturario hortera por excelencia:
En El Mundo han publicado un álbum con algunas instantáneas del evento -en la nº 6 se pueden ver la discreta corona y la sencilla gargantilla que lucía la novia-.
Ironías aparte, me quedé de piedra cuando me enteré de que este homicida imprudente -y sin el presunto, que ya hay una sentencia que lo avala- había invitado a la ceremonia religiosa de su matrimonio a un millar de personas, y que se calculaba que al convite y festejos posteriores, iban a acudir alrededor de tres mil. ¿Tanto dinero se gana bailando? Eso sí, se ve que para las cositas de la casa el mozo es un pelín agarrao: yo pensaba que sólo comprábamos muebles en Ikea los obreros y asalariados -penúltimo párrafo del artículo que enlazo-.
¡Ah! memorables las últimas líneas que el autor del texto citado, Eduardo del Campo, le dedica a Farruquito:
"Farruquito podrá saborear hoy otra noche de gloria, después de sufrir varios varapalos personales: el primero, el fallecimiento de su abuelo Farruco en 1997; el segundo, ver morir a su padre, el cantaor Juan Fernández El Moreno, mientras actuaban juntos en Argentina en 2001; el tercero, la convulsión que causó en su vida la muerte de ese desconocido al que atropelló el 30 de septiembre de 2003 cuando probaba sin seguro ni carné el acelerador de un BMW. Una imprudencia que no olvidará."
Se ha de tener mucha jeta para reducir la muerte de un hombre a una mera anécdota consistente en pisar el acelerador de un vehículo de alta gama.
Por descontado, todo lo que pueda decir con respecto a la poca vergüenza que este bailaor ha demostrado tener, al celebrar una boda de esta envergadura, es poco.
5 comentarios
Bambolia -
Bambolia -
Lo de las bodas y el dinero de los regalos... ayer le estaba diciendo a un amigo que cuando iba yo a recuperar todo el dinero que llevo invertido en bodorrios varios, porque al paso que va la burra... vamos que ya está bien. El sábado tengo una y los mozos se van después 21 días a Argentina -incluida la Patagonía, uno de mis viajes más deseados-. ¡Me c*** en tó lo que se menea, leñe!
Lo del caché por actuación lo puse al tun-tun -ni la Rocio Jurado cobraba eso cuando estaba en activo-.
Bielka -
No creo que cobre tanto por actuación, aunque probablemente cobre más que lo que declaró, claro.
Bambolia -
Quizás la cuestión resida en lo que apuntas de que él se cree víctima, y no culpable.
Insisto en otra cosa: ¿de dónde santas narices se saca el dinero para pagar la bebida y la comida de tres mil personas, durante más de 24 horas? Es que a mí me da la impresión de que o todos los familiares son multimillonarios o es que este chico cobra 20 millones por cada actuación... y él mismo reconoció en el juicio que alimenta a 16 personas y que su "incidente" le ha acarreado el que casi no haya tenido contratos desde que ocurrió.
Bielka -
De todas formas, la "suntuosidad" de todo a cien de la boda no tiene que ver con la "vergüenza" del bailaor, sino con sus tradiciones: los gitanos con dinero celebran bodas de este estilo. Además, es muy probable que su entorno lo haya endiosado y le haya hecho creer que ya ha pagado su "culpa" por el hecho de haber sido juzgado y que haya sufrido cierto acoso mediático, además de una victimización por ser gitano. Ése entorno que hacía afirmaciones tan prejuiciosas como "los payos no sienten igual la muerte de un ser querido, los gitanos quieren más". Me da la impresión de que Farruquito no es consciente de la gravedad de lo que ha hecho e incluso se siente víctima.