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De espaldas

Rabia, ira e impotencia

En estos momentos pagaría por poder estar sola en un gimnasio con instalaciones para boxear. Quisiera poder golpear hasta la extenuación un saco: unos, dos, tres, cuatro golpes. Y vuelta a empezar. Maldecir y gritar a la vez. Pagaría, de verdad. Necesito sacar la rabia de alguna manera. La impotencia me ha dejado fuera de juego desde media mañana y la ira ha llegado esta tarde en forma de secretaria prepotente, impresentable y altiva. Odio decir esto, lo juro, pero es cierto: la típica tipa a la que se le quedó cara de amargada hace ya muchos años y anda reñida con el mundo porque piensa que ella se merece un trato mejor, más de señora de la casa. Odio decirlo, pero es así. No me gusta caer en aseveraciones que reafirman ciertos tópicos, pero es que estoy por reconocer que lo de la sabiduría popular no es un mito, sino una gran verdad: ya no digo que con un buen polvo se le arreglasen todos los problemas -luego me arrepentiré por escribir algo así, pero joder...-, pero al menos, alguien debería enseñarle a emplear un consolador para ver si así conseguía sonreir a base de darle al apéndice eléctrico.

Esta mañana me han dado una mala noticia. Nos han dado, mejor dicho. Ha caido como un mazazo. Se ha hecho un enorme silencio. Alguien a quien todos conocíamos se acababa de suicidar. Los detalles no importan; además, están de sobra. No lo entiendo. No lo entiendo. No lo entiendo.

Esta tarde voy a tramitar una inscripción para una actividad en uno de estos centros que se cansan de repetir que son asociaciones sin ánimo de lucro, con fines sociales y bla, bla, bla, y me doy de bruces con una estúpida estirada, crecida en la certeza de saber que da lo mismo cómo me trate a mí, porque si yo no participo en el evento, vendrá otro u otra detrás a ocupar la plaza. Sé que mi reacción ha sido desproporcionada, pero hacía mucho tiempo que no tenía que contar hasta diez para controlarme. ¡Cómo me hubiera gustado decirle que era una desgraciada! Con esos aires de superioridad, de desprecio absoluto por el que no sabe y va a consultar, por el que dedice ocupar su tiempo "molestándola" a ella...

No sé si cabe reclamación ante una oficina del consumidor. Lo averiguaré. Me superan las tipas amargadas. No las aguanto. Beligerancia total.

Día complicado. Y el cuello como el palo de una escoba. Y encima alguien cercano me ha dicho que estoy distante... Mejor así, he estado a punto de responderle: no me gustaría morder a quien no se lo merece. Puto día... Quedan 45 minutos. Seguro que ahora me comeré los dos yogures que saqué hace un rato de la nevera para que no estuvieran tan fríos y me sentarán como una patada en el estómago. Seguro que si pillo el libro de las Leyes de Murphy, encuentro alguna que encaje a la perfección en este desbarajuste de vida.

20 comentarios

Ana* -

Vaya, no conocía esas circunstancias. La reseña es impresionante. Salvo que haya dejado una carta, nunca se sabrá.

Lo del puchig ball yo lo tengo decidido. Lo que me falta es ponerme.

Bambo -

Ericillo, quilla, que no me he metido con ellas, :-D pobrecitas, bastante tienen ellas con parecerse a semejante especimen...

Como apuntaba Delfín, la indiferencia a veces sí que resulta efectiva. Me consta que ya ha tenido varios altercados y que algunas personas se han dado de baja de la asociación por el trato que ellas les dispensaba al atenderles... Si los que están allí no son capaces de darse cuenta, se tienen merecido que los vayan poniendo verdes.

Sí, Ana, yo también pensé en esa alternativa. Pero me queda -y nos queda a casi todos- la sensación de que su lucha continuada por defender un urbanismo más integrador, más humanizado -no sé si el palabro sirve, pero bueno...-, menos destructor del entorno, le convirtió en el objeto de muchas presiones y constantes ninguneos... y eso pudo hacerle mucha pupa... no sé... Quizás tengas razón y no se trate de una visión desesperada de la vida sino de un "no quiero más, así, en estas condiciones"...

Hoy nos han remitido un correo con dos de las reseñas que se publicaron ayer en los periódicos. Las palabras finales de una de ellas son demoledoras:

"Resulta desgarrador, pero nunca más incomodará con su cordura a los fanáticos del disparate.(...)Esa grandeza que lo llevó a no querer comprender el mundo. Para vergüenza del mundo."

No creas que no he pensado más de una vez en los puching-balls esos... ha de ser la leche en bote poder sacar la mala uva a base de puñetazos... ni yogas ni tantras ni ná de ná: tres o cuatro golpes bien dados y como nueva.

Ana* -

Vaya, cuánto lo siento. Y también no haber estado aquí a tiempo. Respecto al suicidio, yo tengo una forma extraña (¿alternativa?) de verlo, quizá porque tuve uno muy cerca cuando era pequeña y de alguna manera estoy "familiarizada". El caso es que creo que hay gente a quien llega un momento en que piensa que no le compensa seguir viviendo, que la canción está ya cantada, o algo así. Es triste para los demás, pero...
En cuanto a la estirada... ni idea. A veces es simple estupidez, no sé. Te recomiendo unos puching-balls (no sé si se escribe así) que se pueden instalar cómodamente en casa. ¿No has visto Million Dollar Baby?

Un besazo, fuerte.

Noamanda -

Cuidado con las jirafas, son palabras sagradas bambina :) déjamelas a parte.
Creo que estás teniendo una buena postura, en cuanto a lo de tu amigo, no existe palabra alguna que pueda explicarlo, todo estaría incompleto, pues la mente humana y sus reacciones, son totalmente impredecibles.
Cuídate y no gastes tus energías que las necesitas

BAmbo -

Rectifico: "En todo caso, como NO fue un enfrentamiento provocado por una mala gestión..."

No voy a perder el tiempo redactando una carta que sé que va a caer en saco roto, porque ni tan siquiera están obligados a registrarla, ni a dar razón de ella, y ni mucho menos, a responderme. Las sugerencias para un buen fucionamiento que se las den otros; yo no voy a perder mi tiempo para que la tipa -cómo me gusta la connotación despectiva de la palabreja... "tipaaaa", suena de muerte... se me va la rabia por la boca- se ahorre trabajo y se evite broncas con otras muchas personas. Si fuera medianamente inteligente, lo uqe yo le pedía ayer, estaría colocado en un lugar bien visible: se ahorraría saliva y trabajo. Si no sabe o no saben organizarse, que venga otra hermanita de la caridad a hacerles el favor...

Me fastidia aceptar que ese estiramiento "jirafil" va a permanecer inhiesto -me refiero a su cuello, por supuesto... que ayer lo alargaba en una pose completamente surrealista, mezcla de avestruz constreñida y jirafa maliciosa-, pero no le voy a dar el gusto... que se quede esperando y que se le acumule la bilis. A ver si se le hace una úlcera de estómago.

Máxime, sabiendo que existen cosas impredecibles que son capaces de dejarnos noqueados sin esperalo...

Bambo -

Sí, en eso estoy con vosotros: es bueno reclamar. Pero en este caso no hay nada que hacer: la tipa de ayer sabía muy bien lo que me estaba diciendo y que su comportamiento no le iba a acarrear ninguna consecuencia. Me habló de unos estatutos -los que regulan el funcionamiento de la asociación- y de que todo lo que me estaba diciendo se recogía en ellos. Le insistí en que no se trataba de eso, sino de que esa información debería de estar a la vista de cualquiera, para no llevar a engaño. Y que se ahorrarían muchas molestias si el visitante pudiese disponer de todos los datos de primera mano, o bien en su página web o bien allí, a la vista, sin tener que esperar colas, ni tener que dar pasos a ciegas, llegando casi hasta el final y dándose cuenta de que tocaba volver otra vez porque faltaban datos. Se trataba de eso, nada más. Le estaba pidiendo claridad y facilidades y ella me respondió con que aquello era una entidad privada y que si no me gustaba, que cogiese la puerta y me buscase otra. Se ve que dijo: pa chula, yo.

Resumiendo: que como no realiza actividad económica alguna -es una entidad sin ánimo de lucro-, no paga IAE y al no pagar IAE no tiene libro de reclamaciones. Sus actividades están encaminadas a los socios y las que realizan para gente no asociada están todas incluidas dentro de conciertos-convenios con el ayuntamiento de Valencia y determinadas consellerias. Por ahí es por el único sitio por el que podría meter mano al asunto: por lo de las subvenciones. Reclamarle, no a ellos, sino al órgano o entidad que se las ha concedido. En todo caso, como fue un enfrentamiento provocado por una mala gestión o un mal uso de esa subvención, más de lo mismo. Se reduce todo a una tipa grosera que sabe que tiene una cuota de poder y que ejerce de déspota, jodiendo al personal todo lo que puede y más.

Me queda el derecho al pataleo y el remitirle una carta a la junta gestora de la asociación para que sean conocedores de cómo se las gasta la amargada de turno... y ella, por descontado, barre en su terreno, con lo que no queda otra que desearle que se atragante con un hueso de aceituna y que una vez tragado, le cueste dios y ayuda expulsarlo por sus partes innobles.

Sinfo -

Es bueno poner reclamaciones, sí. Una o dos aisladas no significan mucho, pero yo sí he visto cambiar algunas cosas por el efecto de reiteradas reclamaciones del público sobre el mismo servicio o la misma persona. Y son cosas que han repercutido en una mejora del servicio, aunque es verdad que tarde y a trancas y barrancas, pero bueno.

Sponge -

Gracias Bambo y Fili, ahora mismo me voy pallá.

Me alegro de que estés mejor. Y soy de la opinión de Fili, si tienes que poner una queja, ponla. En este mundo hay tanta gente que se excede en su atribuciones seguramente porque somos un país de pataleo, pero no de reclamaciones. El pataleo no causa ningún efecto, pero las reclamaciones sí, aunque hace falta que reclame todo el que tiene que reclamar, pero por algo se empieza. Mi marido y yo hace tiempo que ponemos reclamaciones cuando hay que hacerlo, y te aseguro que te sientes satisfecha, no por joder al tipo o tipa en cuestión, sino por decir lo que tienes que decir y por quejarte de la injusticia que te ha tocado sufrir. Si hay que reclamar, pues se reclama.

Delfín -

Cuando se nos cruza un tipo o una tipa esquinados como la que retratas, lo juicioso es dejar que se sigan cociendo en su salsa avinagrada y no darles cuartelillo. Parece que no, pero es lo que más les revienta. Para una persona amargada y agresiva, necesitada de demostrar poder para consolarse de quién sabe qué miserias, la indiferencia es el peor ultraje.

Peor es el suicidio de alguien conocido: una de esas cosas que nos enfrentan al enigma, al desorden de las cosas, al vacío. Y que, aunque sea en una mínima parte, dejan una sensación de incierta culpa...

Vendrán días mejores. A por ellos, B.

Fili -

Off topic: Sponge, te dejo la dirección de mi bitácora en el alias. Espero verte por allí, hermosa.

Fili -

Me parece que todos, en algún momento de nuestras vidas, nos hemos dado de bruces con una secretaria altiva, borde y avinagrada, precisamente cuando más desprevenidos estábamos. Forman parte de aquel espectro de población que se erige en señor de un reino feudal con la mesa de un despacho por muralla de defensa. Si tienes que poner una queja, harías bien en hacerlo. Seguro que después te sientes mejor.

Yo también he tenido una persona querida que se suicidó y caí en el mismo desconcierto. Siento que también te haya tocado a ti. Es difícil explicarse por qué una persona abdica de la vida así.

Si estuviera por allí, te invitaría a tomar una cervecilla (si es que te gusta) para reírnos de la secretaria frígida. Eso relaja mucho.

Besitos, guapa.

Bambo -

En cuanto a la Srta. Rotelmeier -o como se escriba-, estoy más calmada. Anoche estuve dándole vueltas a si valía la pena presentar una reclamación: creo que no voy a gastar mis fuerzas en algo así. Si me dejo llevar por la venganza -y si reclamase, al menos en este momento, lo haría con ánimo de joderla, de fastidiarla, no por el buen funcionamiento de una entidad subvencionada, en parte, con mi dinero- estaría dejando que algo tan nímio como un desgradable encontronazo pasase a ser una cuestión, sino de una importancia vital, al menos, relativa. Y no. Me niego. A cada cerdo le llega su San Martín y sinceramente, espero que alguien con más cara dura que yo y más aguante, sea capaz de decirle en algún momento que es una impresentable.

Sponge, es que Fili ahora ha crecido: busca en la derecha el enlace "De la existencia de Filidor". Ha dejado de ser niño, :-D

Luego sigo, que andamos con un nuevo antivirus y están haciendo pruebas.

Bambo -

Atontá, así he amanecido. Pero era previsible: la valeriana hizo su efecto y he conseguido descansar.

Gracias a todos por vuestras palabras, :-D

Lo de mi compañero me dejó descolocada. El pasado día 7 se había jubilado. Es algo que impresiona, que te hace pensar en lo que el otro piensa, que te remueve entera, buscando una explicación. Como siempre, hay situaciones en la vida que se escapan a toda lógica, al menos al que tiene el que se queda. Te cruzas con una persona en las escaleras, la saludas, le sonríes; piensas "qué hombre más amable"; coincides con él en el ascensor; le tomas los avisos de incidencias... y luego te das cuenta de que los estereotipos funcionan como una fachada perfecta. Una siempre espera que el suicida sea alguien atormentado, huidizo, triste, desesperado. Se rompen los esquemas. Cada vez tengo más claro que hay que estar siempre poniendo ladrillos, que no sirve para nada alzar, de golpe, una pared hasta la altura del techo para no ver lo que hay detrás...

Sinfo -

Espero que el descanso te haya sido propicio y hoya te encuentres mejor.
Las personas que se quitan la vida dejan en la gente de su entorno esa angustia de las preguntas sin respuesta, además del dolor de la pérdida. Es una situación muy dura y se tiene esa sensación de impotencia, casi de injusticia.

Un abrazo muy fuerte, Bambo. Que el día de hoy sea mejor que el de ayer.

jesús -

Siento tu perdida.
Somos, al parecer, dueños
de nuestra vida o mejor dicho, dueños de seguir viviendo. Y el suicidio es un asunto que cuando nos toca de cerca, en lo que parece que tiene de forma de protesta, nos llena de incertidumbre. El fantasma de la culpa nos puede atenazar el cogote. Para nosotros o para los otros.
Al final, ese tipo de decisiones, no quedan suficientemente explicadas. Son de esos secretos que siempre nos seran ajenos y que, por su importancia, hacen volar nuestra imaginación.
En cuanto a la señora estirada, ya sabes, la burocracia no suele tener corazón y lo peor es que a veces, tampoco suele tener eficiencia.
Buen día.

Sponge -

Off topic: acabo de intentar entrar en la bitácora de Fili y ya no existe. ¿Sabes por dónde para ahora? Sino tendré que escribirle un correo. Si es que no se puede estar fuera tanto tiempo...

Sponge -

¡Jaaarr, qué parrafada! Ya vuelvo a ser yo, ya.

Sponge -

Siento mucho que estés pasando por un momento tan difícil, sobre todo por lo de la persona que se ha ido. Tampoco ha sido un buen día para mí, ya te contaré por qué, pero creo que el tuyo ha sido peor. Yo que tú me habría desahogado dando berridos sola en mi casa y golpeando los cojines del sofá, que lo mismo pueden hacer de saco de boxeo en un momento dado, oyes. Por lo menos quemas adrenalina. Esto para aliviar lo de la subnormal esa de secretaria que no sabe hacer su trabajo (que por desgracia hay unas cuantas). Para la tristeza y la impotencia que queda cuando sabes de alguien que se ha suicidado no tengo remedio. Creo que nadie lo tiene. Nadie que viva en este mundo, o que decida quedarse en él tras una dura deliberación consigo mismo. Ni tampoco lo entiende.
De verdad, siento que tengas que pasar por momentos tan duros. Espero que un buen sueño reparador te alivie un poco de tu pena y de tu rabia. Y a la secretaria que le den morcilla, que no se merece más, ni gastar un solo pensamiento más en ella.
Para que te animes un poco te recomiendo una peli, "Orgullo y prejuicio" que la he visto hoy y me ha gustado mucho. Está muy bien adaptada. Está basada en la novela del mismo título de Jane Austen (como supongo que sabrás), y es una de mis favoritas de la carrera. Hasta mi marido ha llorado como un "madaleno."
Venga, un beso muy fuerte y anímate.

Lía -

Poco puedo decir para aliviarte en tus heridas abiertas por varios flancos...solo que sí, que tienes razón en muchas cosas, y que la impotencia y la ira, a veces, se agolpan en la garganta y necesitas escupirlas. Y es mejor así, creéme...saca en la medida que puedas la rabia fuera o te acaba envenenado.

Como bien has dicho, quedan poco minutos para acabar el día. No se si es un consuelo, pero mañana, aunque la realidad no haya cambiado mucho, estoy segura que la visión de todo será un poco menos dolorosa.
En estos y otros casos, la almohada suele ser sabia...y reparadora.

Intenta descansar...Buenas noches Bambo...

Un beso.

Lía

Bielka -

Vaya, pues lo siento. Hay días así, que se junta todo.

Lo de los amargados y amargadas es cierto, aunque no sé si tendrá que ver la flta de practica sexual. Yo creo que son así de siempre. Hay gente que es así y, por desgracia, disfrutan mucho de esas parcelillas de micropoder que les dan en ciertos puestos de trabajo. Aunque, Bambo, desahógate con todos los tópicos que quieras, que hay que desahogarse como sea. Para algo tienen que servir los tópicos. Así te vas a dormir más tranquila.

Venden en Bruxe (y me imagino eu también en España, en herbolarios y así) unos saquitos de semillas (huesos de cerezas) que metidos durante un minuto al microondas conservan el calor durante mucho tiempo. A lo mejor te viene bien aplicar calor en el cuello para relajarlo un poco. Quizás una ducha caliente o un baño te pueda ayudar.

Un beso y que pases una buena noche.