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De espaldas

Vida (III)

Hay días raros. Muy raros. Días en los que, a pesar de que las noticias que te dan no son buenas, acabas alegrándote porque la fecha prevista no va a ser la definitiva... Sigo con los circunloquios... No es lo mismo un 27 de diciembre que un 10 de enero. No. Estoy contenta. Muy contenta. A pesar de todo. Y por encima de todo. Tanta racionalidad me estaba abrumando... Tanta cortapisa emocional me ha dejado exhausta. Una Navidad más en similares circunstancias habría sido muy desagradable...

Voy a abrir una botella de Ribera del Duero. Que no se diga... Sigo teniendo la cocina patas arriba: la nevera en medio, dificultando enormemente el paso. El microondas enchufado con un alargador de dos metros porque está encima del frigorífico y qué menos que poder calentar la leche. El "Baldosinín" de una parte de los azulejos está todavía por limpiar desde el martes. Casi todo los utensilios de cocinar están encima de la mesa del comedor. No puedo hacer fuego porque la parte superior del extractor está desmontada. Cuatro lavadoras de ropa para planchar. La cama sin hacer. El móvil que le he comprado a mi padre está pendiente de activar. Los dos inalámbricos para que mi madre no tenga que levantarse de la cama o del sillón a contestar el teléfono, por desempaquetar. Las cuentas, sin hacer. La planilla de las horas de convenio que me quedan por hacer, arrinconada en la agenda de Gmail...

Me da igual. Hoy sí que me da igual. Hoy sí que no me siento culpable. Es tan importante aprender a relativizar...

Me daría de besos, si pudiera. De corazón.

8 comentarios

Dori -

Hola, hoy me pasé un ratito por aquí y veo que te han respetado las fiestas, por lo que me alegro, ya recuerdo cuando hace un parde años...
Sé que me preguntaste cómo iban las cosas de mi madre -y a lo mejor, tú, ya ni te acordarás- pero bueno, al punto de todo lo que he leído: te diré que este año llevo tres semanas ya, casi con la espada de Damocles encima con lo de mi madre. Si la prueba sale mal, tendré que coger el coche y tirar para Barna.Por ahora, ni oír quiero de historias de navidad, pero bueno, como ahora estoy aquí, me libro más. Mañana seguro que estaré aquí leyendo ´to lo que cae a la vista, ultimamente con una ansiedad...que ya me está matando a mí otra vez, esto del ordenata. Menos mal que ahora he aprendido a bajarme pelis y me voy alternando un poco. Es que estamos bajo cero, el frío me puede y no salgo. Como también dejé de trabajar, pues ya me tienes que todas las idas y venidas al ordenador. Hoy, por quitarme de aquí, he hecho dos bajos de pantalones, jaja!
En fin, que me extiendo, como siempre.
He estado viendo tus instantáneas, que cada vez son mejores, si es posible; las flores, benditas imágenes de flores que dan vida a la mirada.
Que sigas bien chata, y uniéndonos al ambiente: que seas todo lo feliz que puedas, hoy, que mañana, ya habrá tiempo de penar.
Un abrazo.

Bambo -

Me alegra saber de ti. Y me alegra saber que el que no te pases por aquí, Sponge, se debe a que, entre otras cosas, has encontrado trabajo, :))

En cuanto a las fiestas, más de lo mismo: te puedes plantar en la postura de "es que esto es consumismo puro, es que menuda patraña, es que fíjate tú que soberana estupidez, es que el vecino me sonríe pero sé que, en verdad, lo hace porque pasado mañana es Nochebuena..." y así, hasta el infinito. Pero asumir ese papel -a fin de cuentas, no deja de ser un papel- es, visto lo visto, una majadería de tomo y lomo, porque te estás exigiendo a ti mismo ética y compromiso a tus ideas y luego te das cuenta de que, posiblemente, estés haciendo el panoli por no decir algo más fuerte.

Llevo unos días... he acabado un curso sobre la gestión del tiempo y, a la vez, en mi trabajo ha habido elecciones sindicales... aysss, mare del amor fermoso... cuánto nos falta pensar, qué triste resulta darse cuenta de que se ha perdido el hábito de pensar - al menos intentarlo- por uno mismo... ¿Gestión del tiempo? ¿A mí me lo vas a explicar tú que trabajo y trabajo y trabajo y no acabo nunca? Yo, que soy la más mejor del mundo mundial de los Mundiales del Trabajador Perfecto...

Qué cansada de personajes así, porfavorporfavorporfavor...

Cuántas medallas he visto ponerse en tres días. Cuántos golpes en el pecho, cuánta alfombra hecha con las espaldas de algunas sufridas funcionarias... cuántas mentiras, qué arte más elaborado para hacer ver que tienes ganado el cielo y el Dios Jefe Alcalde de los Alcaldes va a sentarte a la derecha del Padre, esto es, Él, por orden de la gracia divina que no es otra que su dedo alzado en dirección al cielo...

Qué manera de engañar a la gente... De mayor quiero ser así: no saber qué es un ordenador -bueno, distinguirlo sí que vale-, no saber qué es un fichero de datos, no saber que existe una cosa llamada "buzón de voz", ni otra que no muerde que es conocida como "desvío de llamada a teléfono externo"... porque hablar de capturar la llamada de otro es casi mentar al diablo... por Dios, que es que mientras se atiende a un ciudadano, no se puede dejar de hacer lo que se está haciendo, que dónde queda la calidad, que el ciudadano es el cliente y lo dejo que me pongo mala...

Pues eso, que vuelvo a estar en la fase de "sí pero no" sobre las navidades... Contenta, muy contenta, pero sin demasiadas ganas de follones festivaleros -de hecho, creo que me los voy a saltar casi todos-. Lo de la fraternidad obligada no me va.

¡Qué le vamos a hacer!

Elisa, cielo, tienes toda la razón del mundo, :-D

Al carajo tó!!! Ea, que no se diga que no sé saltarme a la torera mis propias normas, :-D

elisa de cremona -

muy bien, nada de culpabilidades! total.. siempre hay más días para seguir haciendo cosas..
un beso

Sponge -

No sabéis cuánto me alegro de que os toméis las fiestas con esos ánimos. Yo tampoco soy creyente, pero me encanta el ambiente navideño, esa sensación de algo especial que flota en el aire. Y con niños pequeños es mucho mejor: la ilusión de los Reyes Magos, la cara de alegría que se les pone cuando ven las luces y los Papa Noeles colgados de las ventanas (a la peque le encantan y va dando grititos cada vez que ve uno, y ahora hay dos o tres en cada calle...) Ojalá esa sensación durase todo el año.
Comprendo perfectamente ese agobio que tenías con lo de los hospitales y los quirófanos. Ya sabes que mi hija y yo estamos también esperando para entrar en uno... Pero, por suerte, también nos han respetado las fiestas (aunque yo tengo una prueba muy desagradable el día 29, pero bueno). Espero que luego salga todo bien, lo tuyo y lo mío.
Bueno, me voy a ver si hago algo. Por cierto, tengo curro de nuevo ¿te lo había dicho? Cuando tenga tiempo te mando un correo y te lo cuento.
Besinos.

Bambo -

Gracias, Bielka, :-D

Ya me pasó hace dos años, creo recordar... me pasé casi un mes en plan catastrofista pensando que, una vez más, me iba a tocar ir de hospitales en Navidades y al final, en lugar de ser en esas fechas, la operación se pospuso para febrero.

Esta vez el asunto es parecido, pero con otras connotaciones bastante más personales, que convertían la situación en algo muy triste. Espero, de corazón, haber escarmentado lo suficiente: las fantasías catastrofistas -cómo suena la expresión...- no sirven absolutamente para nada. Nunca es tarde para aprender a aceptar las cosas como vienen...

Si todo este tinglado estúpido sirve para que la alegría se contagie de unos a otros, bienvenida sea la celebración del nacimiento de un niño hace tropecientos mil años... Aunque resulte una incongruencia, lo mires por donde lo mires...

Y sí, Miranda tiene razón; mucha razón.

Bielka -

Me alegro de que este año tengas las navidades "enteras". Y sí, creo que tienes razón con lo del exceso de pragmatismo. Es para pensárselo en algunas cuestiones. La postura de Miranda al respecto, de celebrar la Navidad aunque no sea creyente y disfrutar del ambiente festivo generalizado creo que es muy sana. A mí me ha dado que pensar.

Un beso, Bambo.

Bambo -

En este caso, habrái que trabajar el 8 ¿no?

A mí me ha venido bien el cambio de fecha de lo que estaba programado para el 27: me he encontrado con un regalo de Reyes antes de hora. El poder estar donde quieres y con la gente que quieres es un lujo. No te das cuenta hasta que algo ha estado a punto de impedírtelo.

Me dan igual los arreglos navideños, las comidas pantagruélicas, las copas de más... Sólo soy consciente de que la tristeza puede llamar a la puerta en cualquier momento y que, el exceso de pragmatismo, a veces, te resta capacidad de disfrute...

No se puede ir a contracorriente en todo momento.

Jesús -

No soy muy navideño, lo hago todo por los nenes y reunir a amigos y familia. Pero es verdad, desearía que no llegaran para que luego no llegue ese diez de enero.

Saludos.