Los que se han ido para siempre
Ahora que nuestros amigos se han ido para siempre,
ahora nos preguntamos si de verdad los conocimos.
Y en el sueño los vemos en otras islas
que surgen sobre el amanecer.
Y para invocarlos
derramamos sobre el mar el negro vino:
pero oímos sólo silencio,
nada más que silencio,
mientras cae sobre el mar el vino negro
y no cesa,
y no cesa,
y no cesa nunca
de
caer.
Incluido en el poemario "Fénix de Madrugada" de Miguel Arteche
10 comentarios
Bambolia -
A ver si subo otro poema -más demoledor si cabe- y pondré un enlace a su biografía.
Kiribati -
Bueh... Los peces hoy en día beben de todo.
Kiribati -
También lo encuentro muy triste el poema, sí.
Y no,no creo que la gente que quieres se vaya nunca del todo.
Cini -
Bambolia -
Tarado, hay veces que cuando invocas a los que se han ido sólo hay silencio: cuando los que se han ido no lo han hecho de manera definitiva y la ausencia de respuesta no es forzada, sino que depende de ellos. En esos casos, los recuerdos no sirven: puede más el saber que ante la llamada, el invocado no ha sido capaz de reaccionar.
Ericillo -
Saluditos
dEMASIE -
Te veo hoy?
tarado -
Y es mentira que cuando invocas a los que se han ido sólo hay silencio.
Hay una miriada de recuerdos.
Bambolia -
No todo el mundo quiere beber vino, Demasié, o por decirlo de otra manera, no todo el mundo quiere estar con la misma gente durante toda su vida. Son cosas que pasan.
dEMASIE -