Quiero ser Conde
Sí. No me he equivocado de género. No quiero ser condesa. Quiero ser Conde. O mejor dicho, como Conde.
Una vez más, mi fuente de información ha sido Arús, el cotilla más divertido de la radio matutina -apreciación personal, por supuesto; nada de hechos confrontados y tal y tal y Pascual-: se dice, se rumorea, se comenta por los mentideros de la Corte -que ya tiene su aquél que se emplee esa palabra para designar, según la RAE, lo siguiente: "Sitio o lugar donde se junta la gente ociosa para conversar"; vamos, que deriva de mentir, y lo gracioso es que, en la mayoría de las ocasiones los rumores se constatan como ciertos- que, con motivo de la celebración de la Gran Boda del Siglo XXI, cabe la posibilidad de que se solicite un indulto, sino generalizado, sí algo más "abultado" de lo normal -los indultos suelen concederse de manera privativa- y del que se verían beneficiados, si llegase a concederse, ladrones de guante blanco, que parece ser que como nunca se han visto en la texitura de robar para comer o para meterse un chute, son los que más necesitan la excarcelación y llevar a la práctica, de esta forma, la tan cacareada y eufemística reinserción socio-laboral.
¿Conocemos en este país a algún ladrón de guante blanco? Porque haberlos, haylos. Lo que ocurre es que nunca han sido designados con un nombre tan poco glamouroso -aunque lo de guante blanco ya es un adorno para embellecer la fealdad del sustantivo-; el vocablo se reserva para los tironeros o para los asalta-bancos, por ejemplo, pero no para los estafadores. Técnicamente, no es lo mismo: claro, en unos se emplea la intimidación y la violencia y en los otros, la tropelía se efectúa a través de etéreos mecanos financieros...
A lo que iba, que me disperso: conocemos unos cuantos, sí. Mario Conde, Javier de la Rosa, Los Albertos... Y de todos éstos, a mí, personalmente, el que más me pone es Conde. Por eso quiero ser como él. Dejaría de ser mujer para convertirme en hombre si me asegurasen que me iban a sentar igual de bien esos cuellos de camisa redondeados, y ese pelo engominado a lo garçon de los años 20. Y dejaría de ser quien soy para calzarme los zapatos de Conde si, finalmente, se viese tocado por la magnanimidad del Consejo de Ministros pertinente y esa decisión fuese, a su vez, sancionada por la firma de su tan amado JuanCar. Porque entonces sí que tendría la certeza absoluta de que este hombre tiene un ángel de la guarda que ya lo quisiera yo para mí.
Voy a ver si encuentro el par de guantes de cuando hice la comunión, que si mal no recuerdo eran de un blanco impoluto -eso sí, tendré que lavarlos en Blanco Nuclear para eliminarles el aspecto amarillento-.
¿A que nos parecemos?
Una vez más, mi fuente de información ha sido Arús, el cotilla más divertido de la radio matutina -apreciación personal, por supuesto; nada de hechos confrontados y tal y tal y Pascual-: se dice, se rumorea, se comenta por los mentideros de la Corte -que ya tiene su aquél que se emplee esa palabra para designar, según la RAE, lo siguiente: "Sitio o lugar donde se junta la gente ociosa para conversar"; vamos, que deriva de mentir, y lo gracioso es que, en la mayoría de las ocasiones los rumores se constatan como ciertos- que, con motivo de la celebración de la Gran Boda del Siglo XXI, cabe la posibilidad de que se solicite un indulto, sino generalizado, sí algo más "abultado" de lo normal -los indultos suelen concederse de manera privativa- y del que se verían beneficiados, si llegase a concederse, ladrones de guante blanco, que parece ser que como nunca se han visto en la texitura de robar para comer o para meterse un chute, son los que más necesitan la excarcelación y llevar a la práctica, de esta forma, la tan cacareada y eufemística reinserción socio-laboral.
¿Conocemos en este país a algún ladrón de guante blanco? Porque haberlos, haylos. Lo que ocurre es que nunca han sido designados con un nombre tan poco glamouroso -aunque lo de guante blanco ya es un adorno para embellecer la fealdad del sustantivo-; el vocablo se reserva para los tironeros o para los asalta-bancos, por ejemplo, pero no para los estafadores. Técnicamente, no es lo mismo: claro, en unos se emplea la intimidación y la violencia y en los otros, la tropelía se efectúa a través de etéreos mecanos financieros...
A lo que iba, que me disperso: conocemos unos cuantos, sí. Mario Conde, Javier de la Rosa, Los Albertos... Y de todos éstos, a mí, personalmente, el que más me pone es Conde. Por eso quiero ser como él. Dejaría de ser mujer para convertirme en hombre si me asegurasen que me iban a sentar igual de bien esos cuellos de camisa redondeados, y ese pelo engominado a lo garçon de los años 20. Y dejaría de ser quien soy para calzarme los zapatos de Conde si, finalmente, se viese tocado por la magnanimidad del Consejo de Ministros pertinente y esa decisión fuese, a su vez, sancionada por la firma de su tan amado JuanCar. Porque entonces sí que tendría la certeza absoluta de que este hombre tiene un ángel de la guarda que ya lo quisiera yo para mí.
Voy a ver si encuentro el par de guantes de cuando hice la comunión, que si mal no recuerdo eran de un blanco impoluto -eso sí, tendré que lavarlos en Blanco Nuclear para eliminarles el aspecto amarillento-.
¿A que nos parecemos?
10 comentarios
dEMASIE -
Bambolia -
Te llamas como mi abuelo, :-)
Me suena que De la Rosa estuvo metido en follones con una empresa de celulosa, pero no recuerdo más, :-( La memoria, que falla demasiado.
Lo de parecerme... yo más bien diría que no -era una forma de acabar la anotación-, pero en una entrada de primeros de enero hay una afotillo con la que podrás comparar y ya me cuentas.
Lo de las bitácoras: ayer por la tarde hubo problemas en Infoaragón, aunque no sé muy bien cuáles, porque su propietario, Roberto algo más, no ha aparecido todavía por el foro para decir qué pasó.
Saludetes
Marianico el Corto -
El de los rosales dejo a las papeleras en las papeleras y seguro que ahora tiene papel para limpiarse eso que empieza donde acaba la espalda.
lo de parecerte es algo que no se ve,e l que te conozca, te lo podra decir.
¿los blogs van y vienen? ¿meigas?
Cini -
Cini -
Cini -
Cini -
De todas formas, a lo mejor tendré que cambiar de dirección.
Parece ser que hay gente que está posteando con absoluta normalidad.
Bambi -
Espero que Blogia tenga copia de seguridad... para que puedas recuperarlo todo.
Cini -
Como decía, lo he perdido todo. Al poner un comentario en el último artículo de mi bitácora se perdieron todos los comentarios anteriores de dicho artículo.
Entré en administración para mirar lo de la copia de seguridad y no hice nada, sólo miré. Cuando salí se había perdido todo incluso las modificaciones que había hecho al diseño predeterminado.
Intenta no entrar en administración por ahora hasta que sepamos qué ha pasado, no vaya a ser que lo pierdas todo. Voy a avisar a Kiri.
Cini -