Chabacanos
Creo que van a acabar declarándome persona non grata en estas tierras. Lo sé.
Ayer finalizó, a las doce de la noche, el duelo por las víctimas de los atentados del 11M en Madrid. O sea que, a partir de ese momento, los falleros-folloneros prosiguieron con los actos previstos para las fiestas josefinas. Y de hecho, lo hicieron: cuando volvía para mi casa, a las doce y pico, vi a lo lejos el primer castillo de la semana fallera. Hasta ahí, bien.
Pero hay cosas de mal gusto, como la que ahora mismo me ha hecho comenzar esta anotación: una banda de música dentro del edificio municipal, tocando el típico chunta-chunta festivalero. Van acompañando a la Fallera Mayor de la población y a su Corte de Honor (claro, y a la Infantil, porque las jovencitas-homenaje-a-Barbie-versión-casposa-pero-con-aires-de-Maria-Antonietta también tienen una facción entrecuzada con "Menudas estrellas").
Sé que están en fiestas, y que la vida no se ha de detener por cosas así, y que eso sería claudicar y bla bla bla. Pero también sé lo que es el buen gusto y la discreción: no es muy lógico que después de que el país entero haya estado tres días de luto nacional -con lo que todo eso implica-, un grupo determinado de personas, para festejar sus celebraciones, se levanten de la cama poniendo a todo trapo a King África.
Estas chicas tan monas-monas podían haber venido igual de visita a saludar a los políticos que les subvencionan las gracietas sin necesidad del acompañamiento musical. Un poquito de seriedad, a veces, no viene mal.
Ayer finalizó, a las doce de la noche, el duelo por las víctimas de los atentados del 11M en Madrid. O sea que, a partir de ese momento, los falleros-folloneros prosiguieron con los actos previstos para las fiestas josefinas. Y de hecho, lo hicieron: cuando volvía para mi casa, a las doce y pico, vi a lo lejos el primer castillo de la semana fallera. Hasta ahí, bien.
Pero hay cosas de mal gusto, como la que ahora mismo me ha hecho comenzar esta anotación: una banda de música dentro del edificio municipal, tocando el típico chunta-chunta festivalero. Van acompañando a la Fallera Mayor de la población y a su Corte de Honor (claro, y a la Infantil, porque las jovencitas-homenaje-a-Barbie-versión-casposa-pero-con-aires-de-Maria-Antonietta también tienen una facción entrecuzada con "Menudas estrellas").
Sé que están en fiestas, y que la vida no se ha de detener por cosas así, y que eso sería claudicar y bla bla bla. Pero también sé lo que es el buen gusto y la discreción: no es muy lógico que después de que el país entero haya estado tres días de luto nacional -con lo que todo eso implica-, un grupo determinado de personas, para festejar sus celebraciones, se levanten de la cama poniendo a todo trapo a King África.
Estas chicas tan monas-monas podían haber venido igual de visita a saludar a los políticos que les subvencionan las gracietas sin necesidad del acompañamiento musical. Un poquito de seriedad, a veces, no viene mal.
6 comentarios
Bambolia -
Admiro profundamente a la gente que tiene entereza, que tiene la fortaleza suficiente para que una visión de esa envergadura no les paralice y les haga seguir adelante -me refiero al momento en sí, a los atentados-.
Cini -
Este chico está marcado ya porque ha visto muchos atentados en el País Vasco. Eso le afectó bastante, no en el momento, sino con el tiempo. Y sí, cambian la vida. Tiene pesadillas, insomnio, depresiones, ansiedad...
Me contó que no podía dormir y el sábado, unos amigos le dieron unas pastillas para dormirlo y lo metieron en una habitación. No sé cuantas horas seguidas estuvo durmiendo, pero necesitaba eso, olvidarse.
Yo sé que no lo olvidará. Y no puedo hablar más de esto aquí. Tan sólo decir que le di las gracias por ocuparse de aquello de lo que nadie se querría ocupar y de que soy consciente de que mi tranquilidad se debe a su trabajo y a que él se joda la vida.
Bambolia -
Bambolia -
Hoy he podido ver algunas imágenes de anoche y el ver a Trinidad Jiménez y no recuerdo el nombre de la otra, me ha dejado fría: ¿no saben lo que es el comedimiento?
Sobriedad, muchas dosis de sobriedad. Claro, eso hubiese sido lo deseable. Pero está visto que es algo dificilísimo.
La gente que ha estado en primera línea es la que más tarde en olvidar. Tiene que ser jodidamente duro. Y poseer grandes dosis de templanza.
Salvando las distancias, que las hay y muchas, solamente he presenciado en tres ocasiones una situación de violencia extrema: dos de maltratos a mujeres, en las que me vi implicada, y otra, hace ya mucho años, cerca de quince, en la que, en una pelea, un hombre tenía a otro tumbado en tierra y estaba colocado sobre él a horcajadas. Lo tenía cogido por el pelo y no paraba de darle cabezazos contra el suelo. La mujer del agredido estaba a su vez, subida en la espalda del agresor intentando pararlo como si le fuese la vida en ello. Una pelea de sábado noche, verano. Copas y copas y tú me dices, yo te digo. La secuencia de todo lo que allí sucedió, todavía me viene a veces a la cabeza, como si de una película pasada a cámara lenta se tratase.
¿Cómo harán todos los que han estado implicados en esta desgraciada masacre para olvidarse o para poder sonreir? Eso es lo jodidamente preocupante.
Quizás por eso me repatea tanto este "hay que seguir viviendo", "estamos de fiesta", "no podemos dejar que nos coaccione".
Lo sé: es más de lo mismo. Pura y dura supervivencia. Formas de parapetarse frente al horror.
Cini -
Y yo conozco a alguien, un amigo que estuvo trabajando en Atocha el jueves, haciendo lo que nadie hubiese querido hacer: "sacando los muertos". Fue muy interesante la conversación que tuve ayer con él, por teléfono. Me dijo que era lo peor que había visto en su vida, y eso que está acostumbrado a atentados. Él no es de los que lloran ni montan grandes saraos, es de los que hacen ese trabajo que nadie desearía hacer.
Bambolia -
Ahora están disparando la mascletà... ¡halaaaa! ¡Qué potitooooo! ¡ohhhhhhhhhhhh!
Al menos, he podido verlo desde las alturas, cosa que no me había ocurrido nunca: y eso de ver cómo los petardazos te explotan delante de las narices, rebotando en el cristal, pone mucho... Sí, mucho. Menos mal que los cristales son de esos de centrímetros y centrímetros de gruesos, :-)