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De espaldas

¿Instinto de posesión?

"Es que mi mujer no me deja". "Es que a mi novio no quiere que yo esté sola aquí".

Este fin de semana he escuchado estas dos frases infinidad de veces, o al menos, sino estrictamente así, en cuanto a la forma, sí que lo eran en cuanto al contenido. Y es algo que no termino de entender. Siendo sincera, no es que no lo termine de entender, porque eso supondría que algo sí que comprendo. Es que no lo entiendo en absoluto, para nada.

La razón: la asistencia o no asistencia a una fiesta en la que se propicia la juerga al más puro estilo dionisiaco. El problema: que como la celebración es entre semana, la mayoría de la gente no tiene posibilidad de asistir y... los que la tienen, ya sea porque están de vacaciones o porque tienen descanso laboral, no van a asistir porque sus respectivas parejas "no les dejan".

¿Será que el hecho de tener pareja te da título de posesión sobre el otro? ¿Será que, aparte de ser compañero, se es padre educador y se le prohiben a la otra parte ciertas cosas para que no se salga del recto camino? ¿Será...? ¿Qué será?

17 comentarios

Bambolia -

Visitante, para vivir en pareja no hace falta entregar la libertad. Definitivamente, jamás pondría como excusa algo así: creo que no deja en muy buen lugar a ninguna de las dos partes. A la que prohibe por someter al otro y a la que lo acepta por dar validez a un trato desigual. Pero... tan sólo es mi opinión.

Odalys, te aseguro que nadie conduce después de eso: la bendición de los vehículos se hace a las doce de la mañana, cuando todo el mundo va sereno todavía, jajaja. A mí tampoco me gusta la parte de las vaquillas, aunque me digan que son pequeñas, que no se les golpea y bla bla bla... Sí que se trata de descargar la adrenalina, pero existen otras formas, por ejemplo, una buena orquesta tocando sin parar música heavy... estoy completamente convencida de que los saltos que se pegan al son de ese tipo de música, descargan cualquier tensión física y emocional.

Completamente de acuerdo en lo que se esconde detrás de estas prohibiciones o chantajes emocionales: es miedo porque la seguridad no es absoluta. Y lo justo sería que, sabiendo que la seguridad al cien por cien no existe y tampoco es buena, deberíamos saber acarrear con nuestros miedos y no hacer pagar al otro por ellos.

Odalys -

Es muy bonito como lo cuentas Bambolia, eso de fiestas típicas me parece súper. Pero lo de las Rebotadas, es simplemente genial. Me ha encantado...que vivan los ovarios! que bastante fastidian a veces, no?! Y se notan que se divierten bastante. Eso sí, luego de las copas, no me monto en un carro ni por nada!
A lo mejor los hombres le temen a la competencia de las mujeres ;)

En esto de las excusas creo que detrás está justo eso, el miedo, la desconfianza o tal vez la certeza de que el piso no es tan firme. A veces una persona pasa verguenza por otra y prefiere tenerlo todo "bajo control" sin percatarse que con esto está soplando las ganas del otro de buscar independencia. Y creo que a la larga, la relación se lastima con esto.

No me gusta nada la parte de los encierros, a lo mejor es una buena descarga de adrenalina pero no se sabe como termina todo, no?

Que tengan un excelente fin de semana. Besitos.

visitante -

El o la que entrega su libertad no la pierde... además el "mi mujer no me deja" es una de mis mejores excusas

Bambolia -

A mí me pasa igual, Anabel. No me gusta nada y lamentablemente, creo que soy de las pocas personas, por no decir la única, que opina así en ese pueblo. Es más, antes no hacían encierro y ahora sí... es como si, en lugar de ir desapareciendo por lo que conlleva de barbarie, el avance social fuese a la par del primitivismo más obsoleto -amén de que no tengo nada claro si en épocas primitivas el "entretenerse" maltratando animales era algo común-.

Lo del vino es para echárselo encima, como habrás podido comprobar, y menos mal...

Anabel -

Ejem... ¿el vino lo tenéis para beberlo o para echároslo por encima? :P

Lo de las vaquillas excluye completamente la posibilidad de que me apunte algún año a la juerga. Qué pena, juer.

Y respecto al segundo de estos últimos comentarios que haces (el de las 9:42) pues... yo opino que sí a todo. Pero allá cada cual.

Bambolia -

La fiesta en sí, Odalys, consiste en bendecir los coches -es la fiesta de los choferes-, y luego participar en una comida en la que más se bebe que se come. Luego se sale en pasacalles por todo el pueblo y se acude a la plaza, sobre las cinco de la tarde, a bailar con la charanga. Ya ves... eso sí, los hombres por un lado y las mujeres por otro, porque los choferes no "dejan" que se inscriban mujeres en su asociación -ese es otro asunto, que manda narices-. De ahí que se creará la "Peña de las Rebotadas", en repulsa al machismo tan exacervado de estos trogloditas. Las Rebotadas hacen exactamente lo mismo: comida, disfraces y pasacalles. Luego se acude a la plaza por otro camino distinto al de los hombres y cuando se llega, se juntan las dos peñas y a montar el cuadro. Todo a la luz del día y sin más aditivos.

Tenías que haberle dicho que era hiper-mega-correctísimo, Odalys, jajaja.

Al que le interese ver cómo se ponen de vino, aquí dejo los enlaces de dos álbumes de fotos -Chóferes de 2002 y Rebotadas de 2003-:

http://linaresdemora.webcindario.com/fotos_f1.html

http://linaresdemora.webcindario.com/fotos_f5.html

Lo único que prohibiría sería la "fiesta" posterior con las vaquillas, pero plantear algo así es como provocar un enfrentamiento similar a un conato de guerra civil ¡qué triste!

Bambolia -

Odalys, este fin de semana he podido comprobar el planteamiento que haces. Me explico: él diciendo que tenía muchas ganas de acudir, que iba a estar su mejor amigo, que se reía mucho viendo las barbaridades que hacen... ella diciendo que bueno, que ya veremos, que lo que él quiera hacer... todo eso delante de la gente. Conversaciones privadas: tú no vas porque yo no voy a estar y ya está todo dicho. No tienes ninguna necesidad, ya has estado en muchas. Si estás de vacaciones tu deber es estar al lado de tu mujer...Y el otro, seguramente, habrá claudicado. O sea, que delante de la gente, ella no decía que no, porque quedaba fatal, pero luego, en petit comité le cantaba las cuarenta y más porque no podía.

Bambolia -

¿Miedo a que la otra persona pierda los papeles y se lie con otra? ¿Miedo a tener vergüenza ajena por el numerito que sabe, casi a ciencia cierta, va a montar su pareja -no más que el del resto de los participantes-? ¿Ideas claramente contrarias al divertimento basado en el consumo de alcohol, cuando si la/el que prohibe está presente, bebe de la misma forma que el resto? ¿Celos por no poder estar allí? ¿Necesidad de controlar absolutamente todos los pasos que da la otra parte? ¿Inseguridad manifiesta? ¿Personalidad manipuladora, que va disfrazada de debil y acaba siendo la fuerte?

Uffff, muchas cosas, pero que muchas.

Bambolia -

Buena solución, Anabel. Si existe un equilibrio y a ellos les sirve eso de que no pueden hacer nada solos porque falta la otra parte ¡arreando que es gerundio!, pero lamentablemente no suele ocurrir así y esas restricciones -que tienen mucho que ver con el ocio festivalero- las sufren quienes, por no romper un ¿entendimiento?, son capaces de aceptar casi cualquier cosa.

Odalys -

Entendería más esto de posesión si llamara "el que no deja" a decir que su pareja no asistirá o que esta diga, "no siento ir sin el/ella". Pero echarle al otro la responsabilidad de la disculpa es otra cosa. A veces no es que alguien nos esclavice, es que queremos sentirnos esclav@s o dependientes o de quedar bien o qué se yo.

Nunca he estado en este tipo de reuniones, pero una vez, con cuatro amigas, nos juntamos para una despedida de soltera sorpresa a otra. En fin, que en mi pais esto no era común así que fue bien sanote, bebimos un poco y bailamos y nos reímos muchísimo. Yo, al menos, con un dedo de bebida, ya me emborracho.

Conclusión... aún recuerdo la cara de mi ex al irme a buscar y verme contenta... me preguntó en tono de censura: "Tú crees que esto es correcto?"... Pensándolo bien, qué ocasión perdida para mandarlo a freir espárragos!

Felicidades Anabel por estar de nuevo en casa. Un abrazo :)

Anabel -

De momento sí, a falta de puertas y cocina, que me las ponen en septiembre. Pero, ¿quién las necesita? :P (huelga decir que si pasas por Madrid ya sabes dónde tienes casa :)).

Voy a precisar un poco más lo de antes, porque me parece que el tema da para mucho. Después de años de escuchar un montón de veces cosas como las que cuentas, e indignarme, me he montado una especie de solución para no cabrearme tanto: si los dos miembros de la pareja me caen bien, me parece estupendo que acepten recíprocamente convertirse en "jefes" o "padres/madres" mutuos. Allá cada cual, yo a mi rollo y ellos al suyo. Lo que me subleva es la asincronía: cuando uno de ellos me parece que "vale" demasiado como para aceptar supeditarse a las imposiciones del otro, el cual me parece que, en fin, no está a la altura, por decirlo de forma suave. Ahí sí que me parece que se está desperdiciando un ser humano. En fin, componendas mentales que se monta una para andar por la vida y seguir teniendo amigos ;-).

Bambolia -

¿Ya has acabo la reforma, Ana? Me alegro, :-)
Me gusta más Anabel, es más ¿personal?... más algo, pero bueno.

Está claro que si las dos partes lo aceptan como tal, si a ellos les sirve, pues mira... pero ¡leñe! es que a mí me suena mucho a inseguridad por la parte contraria, como si se tratase de niños a los que todavía no puedes explicarles que tres tazas de chocolate provocan indigestión y te limitas a decirles que no pueden tomarlas seguidas.

Más de una vez he visto como esas prohibiciones acababan en una mentira, con tal de disfrutar de lo que se estaba prohibiendo. Y claro, luego, cuando esa mentira ha sido descubierta, la bola de nieve ha resultado imparable: mal por la mentira, mal por hacer lo que se estaba "prohibiendo"...

Fri, sí que es cierto que mucha gente emplea esa frase como si fuese una muletilla: una manera de no responsabilizarse y de dejar que los demás decidan por una. Triste... -al menos, a mí me lo parece-.

MTP, yo tampoco concibo una relación basada en ese tipo de reglas, por eso me resulta tan chocante. Sobre todo, porque a quien se lo he escuchado este fin de semana es gente joven: de cuatro parejas, tres de ellas estaban en la treintena recién estrenada.

mitercerpie -

De acuerdo con Fri, muchas veces es excusa, ahora también hay casos en que no. Yo no concibo el prohibir a alguien hacer algo, no es mi idea de pareja establecer esas clases de reglas.

Fri -

El "no me deja" también se sule usar como excusa, un tanto estúpida claro, porque se supone que somos adultos y no nos tienen por qué "dejar", pero funciona mucho.

Conozco muchos casos de personas que andan con el "no me deja" en la boca todo el día, pero luego para otras cosas, aunque no les dejen les da igual y lo hacen. También hay casos de personas que han sido absorvidas por el medio y siguen ciertas normas de comportamiento porque "es como debe ser" sin plantearse si ese "como debe ser" les conviene o no. En fin.

Anabel -

Nada que hacer, Bambolia, es una batalla perdida. Las parejas definen sus normas, y mucha gente prefiere renunciar a su libertad con tal de mantenerla. Yo creo que se lo toman como un contrato de trabajo: tu pierdes tu libertad a cambio de ciertas ventajas. Y uno elige. Seguridad a cambio de libertad.

Yo tampoco "firmo" contratos de ese tipo. No compensa.

(Por cierto, ya no soy Anaijim, soy Anabel, es lo que me llamaban de pequeña y me gusta más; he reformado mi casa y es como empezar una vida nueva. :D)

Bambolia -

Invitada estás, pues, pero para la del año que viene, me temo, porque la de éste comienza en un par de horitas...

Cada vez que escucho esa frase "es que mi mujer no me deja" en boca de un conocido, confío menos en el sexo femenino... Siendo franca... que esas mujeres, automáticamente, me caen fatal.

¡Hala, ya lo he dicho! Es que me superaaaaaaaa!!!

Kiri -

Yo no tengo pareja oficial, na más que algún conocimiento por ahí, lo cual que me dejo invitar a fiestas dionisiacas.
Por si alguien me quiere invitar y eso.
Las fiestas apolíneas me molan menos porque son más serias.