Obstáculos -o dime dónde escondiste mi maleta-
- I -
Lo único que pretendo
con este anuncio en la sección de contactos
es que tú atiendas mi llamada.
Nada más sencillo.
Quiero salir de viaje
pero no consigo encontrar la bolsa
en la que amontonar
la ropa interior,
los vaqueros
y mi colección de calcetines remendados.
Sé que la escondiste
en algún rincón de la casa
y sé que esta casa,
por desgracia,
todavía tiene demasiadas esquinas
por las que no me he atrevido a pasar,
desde aquella aciaga tarde
en la que decidiste mudar tus quereres
de residencia nocturna.
Me gusta jugar
-lo sabes-.
Me gusta reír
-también lo sabes-.
Me gusta disfrazarme
-eso creo que no lo sabes-.
Me gustaba emborracharme
-ahora ya no encuentro un alambique a mi medida-,
beber lentamente de las copas
que dejábamos olvidadas a lo largo del día
en nuestro ir y venir constante.
Ayer me di cuenta
de que tengo toda la cristalería
repartida en Dios sabe dónde.
En la alacena de la cocina
no hay una sola copa.
No he limpiado todavía.
Me da pereza,
tengo el alma en paro
y mi currículum ya está desfasado.
¿Será por eso que no consigo
dar con una simple bolsa
de cuadros escoceses?
- II -
He tenido el valor suficiente
para pasar la aspiradora,
y llevarme con ella los requiebros
que un día metí debajo del sillón
para darte una sorpresa.
Sigo sin diplomarme en el curso
"Sea valiente por un día".
Conseguí leer el manual,
-que ya es mucho-
pero he sido incapaz de superar
los heroicos obstáculos
que se incluyen en el vídeo de aprendizaje
para mi completo adiestramiento.
- III -
Te pido,
como último favor,
-si es que alguna vez me hiciste un favor-,
que contestes a este anuncio
y me digas en qué lugar escondiste mi maleta,
aquel día en el que, imbuido de un espíritu casi divino,
decidiste inspeccionar
si sus hechuras eran las correctas
para resistir un viaje de más de tres días,
y te encontraste con que yo atesoraba, en su interior,
ordenados por riguroso orden alfabético,
un almacén de defectos con los que podía proveer
a todo un regimiento de ángeles,
llegado el caso de que éstos hubiesen necesitado
ser discretamente normales alguna vez.
Es casi una súplica.
No sabría vivir siendo perfecta.
Te ruego encarecidamente que seas honesto conmigo
y que dejes de jugar al "Tú la llevas".
Evítame, por lo menos, el tener que reponer
por tercera vez el botiquín del cuarto de baño:
anoche ya no me quedaban tiritas,
ni algodón,
ni tintura de yodo.
Las gasas estériles están a punto de acabarse,
pero ésas son para grandes males
y si tú te decides a desvelarme la ruta de El Dorado,
creo que podré subsistir sin tener que explicarle
al boticario que soy demasiado patosa
en esto de aprender a vivir:
una tiene su corazoncito y con lo tímida que soy,
me avergüenza sobremanera inventar excusas
para disimular los moratones del alma.
Lo único que pretendo
con este anuncio en la sección de contactos
es que tú atiendas mi llamada.
Nada más sencillo.
Quiero salir de viaje
pero no consigo encontrar la bolsa
en la que amontonar
la ropa interior,
los vaqueros
y mi colección de calcetines remendados.
Sé que la escondiste
en algún rincón de la casa
y sé que esta casa,
por desgracia,
todavía tiene demasiadas esquinas
por las que no me he atrevido a pasar,
desde aquella aciaga tarde
en la que decidiste mudar tus quereres
de residencia nocturna.
Me gusta jugar
-lo sabes-.
Me gusta reír
-también lo sabes-.
Me gusta disfrazarme
-eso creo que no lo sabes-.
Me gustaba emborracharme
-ahora ya no encuentro un alambique a mi medida-,
beber lentamente de las copas
que dejábamos olvidadas a lo largo del día
en nuestro ir y venir constante.
Ayer me di cuenta
de que tengo toda la cristalería
repartida en Dios sabe dónde.
En la alacena de la cocina
no hay una sola copa.
No he limpiado todavía.
Me da pereza,
tengo el alma en paro
y mi currículum ya está desfasado.
¿Será por eso que no consigo
dar con una simple bolsa
de cuadros escoceses?
- II -
He tenido el valor suficiente
para pasar la aspiradora,
y llevarme con ella los requiebros
que un día metí debajo del sillón
para darte una sorpresa.
Sigo sin diplomarme en el curso
"Sea valiente por un día".
Conseguí leer el manual,
-que ya es mucho-
pero he sido incapaz de superar
los heroicos obstáculos
que se incluyen en el vídeo de aprendizaje
para mi completo adiestramiento.
- III -
Te pido,
como último favor,
-si es que alguna vez me hiciste un favor-,
que contestes a este anuncio
y me digas en qué lugar escondiste mi maleta,
aquel día en el que, imbuido de un espíritu casi divino,
decidiste inspeccionar
si sus hechuras eran las correctas
para resistir un viaje de más de tres días,
y te encontraste con que yo atesoraba, en su interior,
ordenados por riguroso orden alfabético,
un almacén de defectos con los que podía proveer
a todo un regimiento de ángeles,
llegado el caso de que éstos hubiesen necesitado
ser discretamente normales alguna vez.
Es casi una súplica.
No sabría vivir siendo perfecta.
Te ruego encarecidamente que seas honesto conmigo
y que dejes de jugar al "Tú la llevas".
Evítame, por lo menos, el tener que reponer
por tercera vez el botiquín del cuarto de baño:
anoche ya no me quedaban tiritas,
ni algodón,
ni tintura de yodo.
Las gasas estériles están a punto de acabarse,
pero ésas son para grandes males
y si tú te decides a desvelarme la ruta de El Dorado,
creo que podré subsistir sin tener que explicarle
al boticario que soy demasiado patosa
en esto de aprender a vivir:
una tiene su corazoncito y con lo tímida que soy,
me avergüenza sobremanera inventar excusas
para disimular los moratones del alma.
13 comentarios
kris -
Saludos
Bambolia -
Ciri, cielín, bonitas copichuelas. El problema que tengo es que carezco de mueblecito al uso para guardarlas debidamente, pero todo se andará, :-P
Odalys, hiciste bien en buscar el almohadón, porque era una borrachera considerable, sip...
Luis, se quedó en eso, en invitación. La persona a la que hacía referencia no se dio por aludida, aunque juraría que no llegó a leerla jamás... o sí, porque en esto de internet pasan cosas muy raras y cuando una piensa que algo es imposible, acaba siendo posible, o sea que... el caso es que si supo de mi anunció, hizo caso omiso de él. ¡Aysss, es que era demasiado largo!
Elena, tengo un vértido de aupa, jajaja. Ayer, paseando a Zas por los huertos cercanos a casa, acorté camino bordeando las acequias que los rodean, y tuve que hacer equilibrios en dos o tres tramos, al pasar justo por encima de uno de los laterales... aysss, miraba hacia abajo y veía el agua correr y volvía a mirar la anchura del murete y veía que sólo me cabían los dos pies en paralelo... y no sé ni cómo pasé...
Anticuario, hay cosas que se rompen para luego recomponerse. Tópico, pero cierto.
Hester, gracias, :-)
Jesús, buenos días. Sí que puse los zapatos en la ventana. Te hice caso.
Jesús -
Hester Prynne -
anticuario -
Y me ha roto.
Elena -
¡He recorrido a saltos toda la habitación hasta caer sobre la cama! ;)
Luis -
Odalys -
"disimular los moratones del alma"... si se pudiera...
Ciri -
Bambolia -
No me he estozolau, pero ahora mismito llevo una borrachera del 20, vamos que si tuviera que buscar la famosa maleta de cuadros escoceses, en este momento, pensaría que está en casa del vecino,y eso queu tngo la certeza de q anda por encima del armario de la ropa de inviermo, haciendo surf...
Ufff... el cava estaba de puta mare, pero ando del revés... y luego querré buscar copas y toooooooooooooo
A ver (aber-ciri), mi a ver particular, para Reyes uqiero una cristaleria completa, para no tener que fregar la vieja. Ya mismo, porfaplis...
Gru -
Bambolia -
Vero -
:)