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De espaldas

El lolailo festivalero



Mi miedo era infundado. Sí. Como vaticinadora oficial de esta mi casa, no valgo un pepino. Aunque los pepinos, estos días, andan caros, caros, caros. Es lo que tiene el tiempo, que cuando menos te lo esperas, te llega una helada del copón y te jode la cosecha -cada vez soy más bien hablada, lo sé-.

Anoche estaba cenando en casa de unos amigos y lo pasé francamente mal. No pude seguir la gala porque son tan intelectualmente vanguardistas que no tienen tele: y no es que no puedan por cuestiones económicas, es que ellos no ven la caja tonta -soy borde, lo sé, pero es que ciertas actitudes, cuando se defienden con argumentos despreciativos, me superan-*. Con lo que me he tenido que enterar de quién ha ganado la selección final para representarnos en el próximo Festival de Eurovisión a través de la página de Televisión Española: Son de sol, con la canción Brujería.

En las noticias de ayer sábado, a las tres, hicieron un pequeño resumen de las canciones que competían, y lo que pude ver de esta "Brujería" es como para echarse a correr y no parar hasta haber conseguido la distancia suficiente como para que la vergüenza ajena sea sólo una mera ficción. De puritita pena, de verdad. Eso sí, es algo mejor que la de las Supremas, que ya es algo.

*Ando a la greña con la gente que sólo sabe hablar de la mediocridad de los que ven la televisión porque se emite, sobre todo, telebasura, y luego te enteras de que están leyendo a Pérez Reverte, que no digo yo que sea malo, pero desde luego, no deja de ser un producto puro y duro de la mercadería literaria más aventajada. Y no, no vi el viernes la gala ni tampoco las hubiera elegido como diversión para pasar las dos noches del finde, pero ése es otro cantar...

16 comentarios

Sponge -

Ya te digo...
Te entiendo perfectamente. Creo que todos tenemos a alguien conocido de ese estilo. Yo tengo un cuñao queeeee... pa echárselo a los pies, que abriga.
Bueno, no te preocupes, si la relación se va al garete será porque no hay interés por alguna de las dos partes, o por ninguna, y entonces, ¿merece la pena? Pos eso.

Bambolia -

No se trata de ser cruel, Sponge, :-) Lo cuentas perfectamente bien.

Y siendo mala, malísima: la cena era puro compromiso. Podía haber dicho que no, lo sé. Pero me entró el canguelo... si me distanciaba con esta invitación, la relación se iba al garete... aunque, en realidad, con el tiempo, se irá. Lo sé. Normas sociales... mucho despotricar contra ellas y luego soy la primer que soy incapaz de marcar mi territorio según mis intereses, :-/

No creo que sean conscientes, pero lo hacen con más cosas, o al menos, así lo percibo yo, que también puede que sea un problema de cómo acepto según qué cosas: nos dieron también la brasa con la dieta disociada, que es la leche, que es lo mejor del mundo mundial, que no sabemos comer, que no debería de probar la leche -y esa iba por mí, que me bebo casi un litro diario-, que lo bueno-buenísimo es la bebida de soja, que la comida de sobres -yo tengo en casa para los días en los que no me ape cocinar o no me he acordado de dejar nada preparado- es una porquería por la cantidad de veneno que le meten... y todo eso te lo está contando una mujer que hasta hace dos meses se bebía alrededor de cinco/seis botes de coca-cola... Eso es lo que me supera: los "reconvertidos" de algo que evangelizan con el ánimo de que se te caiga la venda de los ojos, como si una no fuese capaz de verlo por si sola...

POs eso, que los compromisos sociales tienen estas cosas...

Sponge -

Bueno, bueno, no creo que te contradigas. Simplemente haces lo que predicas: das tu opinión, en este caso sobre la programación televisiva actual, pero dejas un rinconcito para las opiniones contrarias, e incluso te eriges en su voz para que también sean escuchadas. Es un poco como hacer de "abogado del diablo," un papel que a mí me encanta, porque te obliga a ver las cosas desde otra, o desde "la otra" perspectiva.

Ciri, lo que hacen los cavernícolas de Quino es lo que hacen muchos políticos, empresarios, periodistas, escritores, profesores, etc. etc. de este mundo Supongo que por eso eligió Quino el tema. Para recordarnos que esto viene de antiguo... Los amigos de Bambolia hacen prácticamente lo mismo. En vez de decir simplemente "es que no nos gusta la tele," dicen "es que nosotros no vemos la caja tonta," lo que implica dos cosas: 1) que la tele es una caja tonta, artilugio para retrasados mentales (sin ánimo de ofender a nadie), de la que no se puede sacar absolutamente nada bueno, sobre todo si 2) nosotros somos seres superiores por encima de vanalidades estúpidas, para los que dicha caja tonta es incapaz de ofrecer distracciones que estén a nuestra altura.

No pretendo ser cruel con tus amigos, ni ofenderlos. Estoy segura de que ni siquiera se han dado cuenta de que con su actitud pueden ellos mismos ofender a otras personas, al igual que Bambolia estuvo a punto de ofender a su tío abuelo sin querer hacerlo.

Bambo -

Releyendo mis últimas participaciones en esta bitácora sobre la televisión, parezco el espíritu de la contradicción: por una parte, los pongo de vuelta perejil y por la otra, me autonombro la "Juana de Arco" de los televidentes consumidores de programas basura... Pol Dios!!! me cambio más de chaqueta que de bolso, y ya es mucho decir, :-P

Ciri -

Respecto a la decadencia televisiva, creo que hay un antes y un después de "Noche de fiesta".

Ciri -

Esto de respetar las opiniones me recuerda a unas viñetas de Quino. En ellas aparecen unos cavernícolas enormes armados con garrotes no menos enormes que van por ahí preguntando que qué les parece el gran jefe de la tribu, y añaden que van a respetar las ideas del interrogado. El primer individuo con el que se topan les responde que el jefe de la tribu le parece magnífico y estupendo. Los cavernícolas siguen con lo suyo y no pasa nada.

Pero he aquí que topan con un segundo individuo que les responde que el jefe de la tribu es un "mamut". Los cavernícolas enormes dejan al pobre hombre como un sello merced a sus garrotes y dicen que sí, que iban a respetar sus ideas, pero no a su persona. :-)

Bambolia -

Y por cierto, me parece muy consecuente lo de que dice con respecto a respetar las ideas de los demás: es algo que desde hace mucho tiempo vengo diciendo, con el consabido mal gesto o malas palabras por parte de quien me lo escucha decir. Nos han machacado tanto con el respeto hacia los demás y bla, bla, bla, que al final, en lugar de respeto lo que se da es sumisión y claudicación, y por ahí, ni modo. Algunas personas no se merecen otra que les digan que les vayan dando, sin más.

Bambolia -

En resumen, que creo que se ha perdido un poco el Norte en esto de las televesiones, y que todos pedimos que nos ofrezcan cultura a ultranza y luego resulta que la que no hacemos "uso" de la que tenemos más a mano, al ladito de casa, ya sean exposiciones, teatro, o películas de cine independiente. Y pretendemos que un medio para grandes masas sea el que nos sirva en bandeja lo que no "consumimos" en vivo y en directo.

Pérez Reverte no me cae mal: he leido sus primeros libros, pero me quedé con el de la no sé qué de Breda, porque me pareció un alarde de documentación pero poco más. Algunas de sus columnas de opinión me gustan, pero la mayoría me dan grima porque es un machista redomado, de los que ofenden cuando una mujer reclama por cualquier cosa, por mínima que sea, "argumentando" que hay cosas más importantes en las que fijarse -por ejemplo, ni se te ocurra hablar de que un anuncio te parece sexista, que vendrá el académico a decirte que ya está bien de dar la brasa con lo políticamente correcto-.

Bambo -

Holitas, Hester, :-)

De lo que se trata, en realidad, es de no estigmatizar a un grupo determinado de gente porque vea ciertas cosas en la televisión.

Hace ya unos cuantos años me pasó algo que me abrió un poco más los ojos: estaba cenando en casa de mi tío abuelo, en verano. En la tele emitían el programa de Ramón García, en el que concursan pueblos -no recuerdo ahora cómo se llama- y cuando comenzó estuve a punto de hacer un comentario despectivo, en plan "por dios, y que haya gente que vea esta mierda...". Menos mal que me callé, porque mi tío, que por entonces ya era bastante mayor y tenía sus salidas a la calle reducidas por su enfermedad, exclamó un "¡qué bien, con lo que me gusta!". Y durante lo que duró el programa, pude ver a un hombre contento, sonriendo, animado, haciéndole gestos a los participantes, como si éstos pudieran verlo. Ya ves... y a mí me parece un bodrio de los que hacen época, pero resulta que a él y a mucha gente como él, les entretiene, porque no necesitan más, porque no tienen más pretensión que la de pasar un rato agradable.

Bambolia -

Negar la evidencia sería un paso hacia atrás: está clarisimo que existe una fuerte primacía de los programas que explotan el lado más morboso de la vida de los demás, pero a mí no deja de chocarme que, pese a todo lo que decimos la mayoría, se siguen viendo y, además, el nivel de audiencia parece que aumenta. Eso es lo que a mí no deja de sorprenderme y lo que me hace reflexionar sobre los que se pasan la vida despotricando sobre lo malo malísimo que es ver ciertas cosas en la televisión porque poco más que pervierten las mentes puras e inocentes de los televidentes. No me gusta, entre otras cosas, porque las audiencias de esos programas son enormes y eso es tratar de idiotas y burros a la mitad de la población española, y no creo que sea el caso.

Casi todos los días veo el Tomate mientras como: me divierte esa teatralidad que alcanza cotas sublimes de dramatismo al más puro estilo El Justiciero y me provoca curiosidad el hecho de que existan personas que por alcanzar cinco minutos de gloria sean capaces de salir diciendo casi cualquier cosa, no sé, hasta que mataron a polvos a su pareja de hace quince años. Me divierte, sin más. Desconecto y me rio. Y más de una vez me he enganchado a una telenovela, aunque a las dos o tres semanas de seguirla, pierdo el interés y dejo de erlas. Al igual que algún sábado noche, de estos en los que no sales y te quedas en casita con la estufa al lado, entre zapeo y zapeo, he dejado un rato "Salsa rosa".

¿Acaso soy más burra por eso? Pos no, al menos, eso creo.

Hester Prynne -

Hola guapa, hacía tiempo que no te saludaba, así que te mando un gran beso.

Sponge -

Por cierto, ya que nombras a Pérez-Reverte (aunque deduzco que no eres fan suya), leí una vez una cosa de él que va estupendamente con el tema de las opiniones. Decía Pérez-Reverte que le sacaba de quicio la gente que decía "tengo derecho a que respetes mi opinión." Según él, y yo lo suscribo, esto no es cierto, no tienes derecho a que respeten tu opinión. ¿Qué pasa si tu opinión es "hay que matar a todos los judíos," o "los negros son una raza inferior y debemos esclavizarlos"? ¿Tengo que respetarla? Pues no. En realidad, a lo que tienes derecho es a expresar tu opinión (lo dice la Constitución...), pero ahí termina tu derecho. Ni siquiera tienes derecho a que te escuchen, mucho menos a que respeten las ideas que defiendes. No sé si me he explicado.
Buscaré este artículo a ver si lo encuentro y te lo envío de alguna forma.

Sponge -

Pues sí, estoy de acuerdo tanto en lo de que se puede elegir la programación que uno desea ver, como en que cada cual puede ver lo que se le antoje. Y por supuesto, estoy de acuerdo en que cada uno elige lo que quiere ver según le resulte atractivo, lo que implica la educación recibida. Pero para mí el problema es que hay poca diversidad. Es decir, si tú quieres ver programas en los que la gente que se hace famosa por méritos ajenos (o dudosos) critica sin misericordia a este o aquel famoso, puedes elegir entre un amplísimo abanico de posibilidades, y en todos los horarios, por si no son compatibles con el horario de tu trabajo. Ahora bien, si lo que te gusta son los documentales (bendita sea La2), la cosa está más jodida. Por no hablar de programas musicales de todo tipo, debates serios, películas decentes no repetidas y sin anuncios, o series que merezcan la pena (como aquellas que hacía TVE en tiempos, véase "Los gozos y las sombras," "Fortunata y Jacinta," "Cañas y barro," etc.), aunque he de confesar que me gusta "Los Serrano."

Porque a mí también me gusta la televisión, aunque detesto profundamente la telebasura.

Bambo -

A mí esto me suena demasiado al cura y el sermón del domingo en la iglesia: el sexo es pernicioso, y hala, todos a fornicar esa misma noche, pero eso sí, con la luz apagada y bajo las sábanas, para que no nos escuche el vecino.

Mientras exista posibilidad de escoger, no me parece negativo: si la mujer del tercero y el vecino de la puerta de al lado ven el programa de José Luis Moreno, por algo será, y no son más burros o se les ha de tener en menor consideración por ello. Siempre podrán ver los documentales de La 2. El problema, quizás, es que no los ven porque no les resultan atractivos, pero a mi entender, eso es un problema que viene, en parte, de la educación que se ha recibido.

Bambo -

De eso se trata, Sponge, exactamente de eso.

En esta vida se puede cuestionar casi todo -ahora mismo no caigo en algo sobre lo que no se pueda dudar, per se, pero bueno, seguro que existe algo que es impepinable-, y tras la disquisición, quedarte con una u otra cosa, según entiendas que es más cercano a tu forma de interpretar tu modus vivendi. Pero sin rebajar al contrario porque decida optar por la otra posibilidad. Y mira que a veces, a mí, se me va la pinza... pero cuando soy consciente de que me subo a la parra, echándome flores, a base de quitárselas del jardín de otros, pos como que echo el freno de mano para, al menos, no continuar haciéndolo.

A mí lo de la tele es que me preocupa. Me explico: me gusta, y como me gusta y parece ser que está mal visto reconocer que una pasa parte de su tiempo de ocio viéndola, pues me reboto cuando ciertas personas van de autoridades en la materia y se las dan de más inteligentes que yo porque han prescindido de verla.

Pos como que no, oiga usté. Como que no.

Es un medio de comunicación, tan válido como el resto, y si se sabe dosificar y se eligen los programas, se pueden ver buenas cosas. Los programas basura son otro cantar: mientras se emitan fuera del horario masivo, o sea, a partir de las once o las doce de la noche, sinceramente, no creo que sean ni perjudiciales ni lesivos para el coco de quien los ve.

Sponge -

Esto que cuentas sobre tus amigos y la tele es, en mi opinión, lo mismo que discutíamos Ciri y yo en 5 céntimos sobre la religión. Me explico. La gente tiene unas ideas concretas, lo que no está mal, pero cree que son "las buenas," es decir, que todo lo que salga de ahí son equivocaciones y paparruchas. Y esto degenera en la penosa consecuencia de que intentan imponerte sus creencias a cualquier precio (véase religión, odio por la televisión, amor sin sexo, y lo que se te ocurra).
Personalmente, creo que hay que dejar que cada cual tenga su opinión. Tú puedes compartirla o no, puedes criticarla o no (siempre de forma constructiva, por supuesto), pero creo que es mejor aceptar que la verdad de uno no tiene por qué ser la buena, ni la mala, simplemente es la tuya.
Aunque estoy de acuerdo en que la televisión últimamente está de capa caída. Es imposible no saber quién ha sido expulsado de Gran Marrano, porque te lo intercalan en toooodos los cortes publicitarios, o quién se ha liado con quién, o quién le ha puesto los cuernos a quién, etc. Porque además, todos los programas son iguales, parecen continuaciones unos de otros. Fulanito de tal que ha salido esta mañana poniendo a parir a su tía-abuela porque se lió con el pescatero de su barrio que era primo del vecino de la Piquer (por poner un ejemplo cualquiera), sale por la tarde repitiendo la historia para los pobres desgraciados que tenían que trabajar por la mañana para ganarse el coscurro de forma honrada, y que han tenido la malísima suerte de perdérselo. Y así estamos.