Umilde sin hache
cayendo a trozos desde el panel oscuro.
Una pizarra negra
para blanquear su lisa superficie;
para hacer líneas rectas
con forma de redondel;
para dibujar una voz ya olvidada
y dejar que se vuelva a olvidar,
desmadejada,
cayendo a trozos desde el panel oscuro.
Eso pido.
No es pedir mucho.
Soy humilde en anhelos.
Umilde sin hache.
Hasta para eso hay que saber perder.
Si nos roban las consonantes aspiradas
no hay que lamentarse.
Nos están haciendo un favor.
Ahorrando hasta los quejidos.
Es la única forma de almacenar
el aire que se escapa de este alfabeto insonoro.
Lo malo de pedir es que nunca te dan.
Nadie quiere darme.
El boticario me ha dicho que sin receta médica
no puede otorgarme el título de enferma de primera.
Y yo necesito el diploma
para que la enfermera de primera me dé tintura de yodo
en estas cicatrices mal cosidas
sin que me recrimine mi hipocondría.
La pedigüeña que se coloca
en la puerta del súper
me ha dicho que me vende su delantal
con lamparones para que mi nueva circunstancia
de mendiga terminal resulte más convincente.
Me preocupa que la única hache que me dejen
conservar sea la de humillada.
Por si acaso, a partir de hoy,
escribiré con faltas de ortografía.
Umillada.
8 comentarios
Bambo -
Lía, la de la puerta es casi un ejercicio de funambulismo... difícil asunto, la verdad...
Holitas, Roberto. Me alegra verte por acá. Leí esta mañana tu mini cuento sobre El Quijote.
Abrazote grande, :-)
Roberto -
Pensé que estabas en mis links. Acto fallido sin duda. Subsanaré eso ahora mismo.
Saludo cariñoso.
Lía -
EL de la puerta me duele un poco..quizás estoy en una fase en la que debo cerrar una puerta así, sin llave de seguridad, y siento que me tiembla la mano cada vez que me entran ganas. Pero se que la cerraré, finalmente será un portazo, con el pié...que no me traicionará como lo hace la mano. En ello estoy.
Y este poema de las haches me ha encantado. ¿Sabes que yo me como muchas haches?, y es que la tecla en cuestión está dañada, no siempre responde, y tengo que repasar siempre todo antes de enviar. Hay un párrafo que me ha hecho sonreír dentro de su melancolía:
"Si nos roban lasconsonantes aspiradas no hay que lamentarse.
Nos están haciendo un favor.
Ahorrando hasta los quejidos.
Es la única forma de almacenar el aire que se escapa de este alfabeto insonoro."
Quizás me esté ahorrando quejidos, que no estaría nada mal.
Quizás nada sea azar...y descubrir la Umildad y la Umillación sea buena cosa si aprendemos a seguir adelante siendo más fuertes.
Muchas gracias de nuevo y un saludo,
Lía
Bambo -
Recuerdo y ya hace mucho tiempo de esto, que cuando lo escribí sólo pensaba en descansar, en que me dejasen en paz... estaba harta de tanto deseo grandilocuente, de tanta importancia vital, de tanta aspiración transcendente...
El cobarde nunca está bien visto, y mucho menos reconocerse en ese papel. Aunque eso, si no pasa de tus fronteras, no es un problema. La lapidación moralista arriba en el momento en el que los demás se dan cuenta de que eres débil, de que flaqueas, de que no tienes quilos y quilos de ese rasgo de carácter tan apreciado y tan mezquino llamado orgullo...
Sí que estaba harta, sí. Harta de que me dijesen que me había equivocado y de que me equivocaba todavía más por comprender que otro, un tercero, no había dado la cara. A veces, y estaríamos a vueltas con lo de dar explicaciones, es mejor no decir nada, porque cuando los demás esperan y desean que tú sólo albergues odio, te masacran cuando descubren que, al menos tú, prefieres no lanzar más piedras.
Te entiendo, Ana*, :-)
Ana* -
Sólo se me ocurre decirte que me ha gustado mucho. Aunqué no sé si es mejor esta frase tan simplona o guardar un reverente silencio. Tú me entiendes, ¿no?
Sponge -
Ciri -
kris -
Gracias por compartirlo, Bambolia. :-)