De pastillas, fruteros y campañas publicitarias
Vaya por delante que soy consciente de que en esta bitácora he escrito en más de una ocasión -yo diría que en bastantes- quejándome por aspectos que no me han gustado de algunas campañas de publicidad. Generalmente, siempre ha sido por asuntos relacionados con el machismo recalcitrante -un día de estos, cuando los aires me sean favorables, le daré a la tecla para poner verdes a los que ahora se dedican a fomentar el hembrismo "chistoso" y condescendiente a través de anuncios como el reciente de Cafés Marcilla-.
Con esto vengo a decir que asumo el papel de la eterna quejica que le saca punta a casi todo y tiene toda la pinta de carecer del más mínimo sentido del humor: una cosa es parecerlo y otra serlo, que conste.
A lo que iba: hace unos días comenzó, fomentada por el Ministerio de Sanidad, una campaña publicitaria* para que el ciudadano no se automedique. Cuando la vi en la televisión me gustó la forma que habían elegido para trasladarle a la gente que no es bueno decidir, tan a la ligera, sobre la salud personal, y mucho menos, atreverse a dar datos a terceros sobre un producto farmaceútico como si de una receta de cocina se tratara. Para el que no haya visto los anuncios, han creado una secuencia en la que se cruzan varias personas entre sí, todas ellas vestidas con una bata blanca -elemento que todos identificamos a primera vista con el ámbito sanitario-, y en la que unas a otras se preguntan por cómo les ha ido el medicamento que se recetaron. La pretensión: hacerle ver al ciudadano que el papel del médico no se puede ni se debe suplantar.
Sólo han hecho falta catorce días -la campaña se presentó el pasado 10 de octubre, para que una asociación, -en este caso, los responsables de la campaña de publicidad 5 al día- le pida a la ministra de Sanidad que se retire la imagen del frutero de estos anuncios sobre la automedicación, porque el mensaje que subyace tras su aparición es negativo.
No deja de sorprenderme, de verdad. ¿No queda claro, en la leyenda que acompaña a la fotografía que se está hablando de medicamentos, no de la calidad e importancia del consumo diario de frutas y hortalizas?
*En la página del Ministerio, pulsando sobre la imagen de la campaña, se puede ver el vídeo del anuncio emitido en las televisiones.
Con esto vengo a decir que asumo el papel de la eterna quejica que le saca punta a casi todo y tiene toda la pinta de carecer del más mínimo sentido del humor: una cosa es parecerlo y otra serlo, que conste.
A lo que iba: hace unos días comenzó, fomentada por el Ministerio de Sanidad, una campaña publicitaria* para que el ciudadano no se automedique. Cuando la vi en la televisión me gustó la forma que habían elegido para trasladarle a la gente que no es bueno decidir, tan a la ligera, sobre la salud personal, y mucho menos, atreverse a dar datos a terceros sobre un producto farmaceútico como si de una receta de cocina se tratara. Para el que no haya visto los anuncios, han creado una secuencia en la que se cruzan varias personas entre sí, todas ellas vestidas con una bata blanca -elemento que todos identificamos a primera vista con el ámbito sanitario-, y en la que unas a otras se preguntan por cómo les ha ido el medicamento que se recetaron. La pretensión: hacerle ver al ciudadano que el papel del médico no se puede ni se debe suplantar.
Sólo han hecho falta catorce días -la campaña se presentó el pasado 10 de octubre, para que una asociación, -en este caso, los responsables de la campaña de publicidad 5 al día- le pida a la ministra de Sanidad que se retire la imagen del frutero de estos anuncios sobre la automedicación, porque el mensaje que subyace tras su aparición es negativo.
No deja de sorprenderme, de verdad. ¿No queda claro, en la leyenda que acompaña a la fotografía que se está hablando de medicamentos, no de la calidad e importancia del consumo diario de frutas y hortalizas?
*En la página del Ministerio, pulsando sobre la imagen de la campaña, se puede ver el vídeo del anuncio emitido en las televisiones.
5 comentarios
Uno -
Bambo -
No me gusta, no me parece bien y no tiene ni pizca de gracia. En otra anotación sobre anuncios ya hablé de refilón sobre este asunto, en los comentarios, y puse en mi apodo el hilo de otra conversación en una bitácora colectiva -Visto en televisión- en el que participé en el debate con el nombre de "Carlota". Al final, lo dejé por desesperación... la gente confunde muy frecuentemente la velocidad con el tocino. En mi apodo te dejo el enlace sobre esa discusión por si te interesa.
Uno -
¿Tú qué opinas?
Bambo -
Una conocida practica esa dudosa costumbre =no pongo acentos que el teclado esta atacado y los pone como cedillas y los guiones como signo igual= de recomendarte todo lo que ella se toma, y por supuesto, de saber mas que el medico, que esa es otra... yo me pongo muy nerviosa con personas asi, que una no puede tomarse las cosas como si se estuviera metiendo en el cuerpo un petit suisse de fresa para merendar. Ahora, que lo que si que tendrian que hacer es una mega=campaña para el consumo responsable, ya no para no automedicarse, sino para no proveer sus boticas de cajas y cajas de betabloqueantes, analgesicos o ansioliticos, como si la guerra fuese a llamar a su puerta y les fuera a pillar con la despensa vacia. La temporada que mi hermana trabajo en un ambulatorio me contaba que expedian mas de 400 recetas diarias a enfermos cronicos... que no me cabe en la cabeza que eso no se controle, la verdad. Bueno, ahora creo que aqui, al menos, cmo han informatizado las historias clinicas y cada facultativo tiene un ordenata en su consulta, eso esta mas controlado, pero bueno... me sigue pareciendo una barbaridad: mi madre tiene medicacion para casi seis meses sobre el Parkinson y esta ultima vez le cambiaron uno de los medicamentos y ahi se ha quedado, sin poder aprovecharla.
Y este comentario parece el tipico de abuela quejica en tertulia de radio... jajaja
Bielka -
En fin, Bambo, que harta tanta corrección (no vaya a ser que se traumatice el frutero).