Blogia
De espaldas

Hace treinta y dos años

Más o menos a estas horas. La de la foto soy yo. Lo que hay detrás, "mi" falla. Se estaba quemando. Una gallina y unos cuantos ninots más. Recuerdo que estaba tan cansada que me había quitado las peinetas. Aguanté el tirón como pude, sin llorar. Aunque la cara de tristeza me llegaba hasta el suelo. De camino a casa, a las once de la noche -no me dejaron quedarme a la cremà de la grande, porque según mis padres, era demasiado pequeña para trasnochar-, ya no pude más y las lágrimas comenzaron a resbalarse por mis mejillas.

Tenía ocho años. Se me había acabado el reinado. Y eso suponía dejar de ser el centro de atención para todo el mundo. Sabía que hasta que no eligiesen a la fallera mayor infantil del año siguiente, yo seguía siendo la Única. Sabía que la Corte de Honor todavía me tenía que venir a buscar una vez más a mi casa, con la banda de música -para la presentación de la fallera mayor entrante, la del siguiente año-. Sabía que haber sido Fallera Mayor Infantil era algo importante, en ese mundo de niños en el que jugábamos a imitar a los mayores: se me permitía ejercer de tirana, de mandona; y yo, claro está, lo hacía a la perfección. Decidía a qué juegos se jugaba y quienes participan en él. Quienes eran mis amigas y a qué chicos se les hacía caso o no.

(Pulsad sobre la imagen para verla ampliada)

Esta foto es del día de mi presentación. Para el que sea ajeno al mundo fallero: es un acto en el que, oficialmente, la falla da a conocer al resto del mundo mundial y demás galaxias circundantes quiénes van a ser sus falleras Mayores para ese año. Se suele celebrar en un teatro -la mía fue en el emblemático "El Micalet", de Valencia- y el asunto consiste en ir nombrando a una fallera y a un fallero, que salen por el pasillo central hasta subir al escenario; allí la fallera mayor saliente -la del ejercicio anterior- le coloca la banda* a la "señorita" -deberían de hacer un manual para recoger la palabrería al uso en estos eventos festivaleros- y le da su ramo de flores -al chico, ni las gracias, oiga usté- y así hasta que acaban con todos los niños y niñas que son falleros -lo de ser fallero tiene su aquél: una puede vestirse con el traje si le da gana, pero le servirá de poco si no está inscrita en una de las casi cuatrocientas asociaciones culturales, más conocidas como fallas, que hay en Valencia y alrededores-.

Ahora no tengo ni idea de cómo se harán estas cosas porque estoy muy desvinculada del mundo fallero. En aquella época, casi todas las fallas competían oficiosamente para ver cual de todas era la más original a la hora de dar a conocer a sus falleras mayores. A mí me tocó algo bastante gracioso: en lugar de salir por el pasillo central, como todo el mundo esperaba, el mantenedor del acto se dedicó a leer su discurso, exaltando mis cualidades falleras -vergüenza ajena me da el leer ahora aquel poema...-. Justo a su lado, había un cuadro de las torres de Serrano. Yo estaba detrás, agazapada. Cuando finalizó, se hizo un incómodo silencio. La gente estaba esperando a que yo saliese por el pasillo y no había manera... de repente, el cuadro se rompió y ¡tachán! la fallerita mona apareció.

Todavía recuerdo lo mal que lo pasé: no sabía que hacer, el escenario me parecía inmenso. Miraba para todos los lados, perdida, muerta de vergüenza -tengo otra foto de ese momento; si mañana la encuentro, la publicaré-. Titubeé durante unos segundos: di dos pasos hacia delante, tres o cuatro más hacia atrás y me quedé plantada allí, en medio de ningún sitio, por decirlo de alguna manera. Al momento, entró la Fallera Mayor Infantil Saliente para colocarme la banda: sin ella yo no era nadie. Necesitaba ese trozo de tela, con la bandera de España, para ser oficialmente la nueva Reina de las fiestas. Después me acompañaron hasta mi trono, me sentaron y comenzaron los regalos. Mi única actuación teatral había acabado, más bien que mal.

*Lo de las bandas tiene enjundia: las de la corte de honor son con la cuatribarrada y encima llevan bordado lo de "Cort d`Honor" y en la parte superior, el escudo y el nombre de la Falla a la que se pertenece. Las de las Falleras Mayores tienen de fondo la bandera de España, para que no se diga que no somos patriotas..

______________________________________

No me gustan las fallas. Lo he dicho aquí en alguna que otra ocasión. Y no me gustan por todas estas cosas que he contado: por esas "costumbres" al más puro estilo de concurso de belleza; por esa competición estúpida para ver quién de todas las mujeres lleva el traje más caro y más bonito; por esa manía de desfilar separados por sexos; por lo poco respetuosos que son con los vecinos; por el ruido; por lo chabacanos que pueden llegar a ser; porque el patrioterismo valenciano se ha identificado con las fallas y ya no hay forma de desvincularlo; por... No acabaría. Y me gustan por los artistas falleros: por su capacidad de creación; por su ironía; por su concepción del arte; por su facilidad para desprenderse de lo que hacen... El día de San José siempre me provoca sentimientos encontrados: algo que no me gusta en absoluto y que acaba poniéndome la carne de gallina... cuando, como hace una hora y pico, he escuchado como comenzaba a sonar la tira de traca que iba a prender la falla infantil que había plantada en la plaza que hay a 50 metros de casa. Queda la grande. Esa será dentro de un rato. Oficialmente, a las doce de la noche. Seguramente, bastante más tarde. Dependerá de cómo se haya resuelto el sorteo del coche de bomberos de la población.

28 comentarios

Sponge -

No os preocupéis, que seguro que mi marido os apaña algo para que me podáis ver (ya sabéis que el de los bichos estos es él). Pero será para dentro de un par de semanillas o así. Tendréis que esperar... a no ser de que alguien os chive el resultado. Pero os lo mando seguro.

Bielka -

¿Me lo puedes mandar al e-mail, Sponge? Se puede hacer si lo grabas en el disco duro como fichero desde el DVD. Así será más cómodo, que bien liada estas tú. Oye, y que se mejore tu padre. Ánimo.

Bambo -

Acabo de llegar a casa y no me ha grabado el vídeo. No sé lo que ha pasado, pero he visto uno de los relojes que están conectados a la luz con los dígitos a cero, por lo que imagino que algún problema en el suministro. Mañana intentaré averiguarlo. Sponge, apúntame para lo del DVD. Ya hablamos por correo. Me alegro de lo de tu padre; ha tenido que ser un respiro, dentro de una situación un tanto angustiosa. Un abrazote grande.

Buenas noches a tó Dios.

Sponge -

Pos bueno, mu famosa mu famosa, no creo, pero una tiene su momentín de gloria, como decía antes.
Bielka, ¿tienes DVD? Mira que te lo mando por correo...

Bielka -

Sponge, yo no tengo Antena 3 or lo que me será imposible verlo.

Bambo -

Lo tendré que grabar, :-/

No estaré en casa a esas horas... jooooo, te vas a hacer famosa, Sponge, :-P

¿Y no me puedes adelantar ná?

Sponge -

Reina por un día, ya ves. Un efímero segundo de gloria...

sinfo -

¿Pasalacabra?
¿No era Pasapalabra?.:-D
No me lo perderé, Sponge, maja. Besos.

Sponge -

Off topic: Hola guapa, que no sé si has leído el correo hoy, pero que no te pierdas el Pasalacabra esta tarde (jueves 23). Lo mismo os digo, Bielka, Fili, Sinfo, etc. Besitos.

elisa de cremona -

ya he arreglado la pág. ve si ahora puedes entrar..

Bambo -

Gracias, Bielka, :-D Es que empiezo a escribir y se me van los dedos... es como si mi memoria fuese un disco duro de un ordenador, en el que los recuerdos estuvieran guardados en compartimentos separados -como pasa realmente- y de repente, al intentar abrir un archivo llamado \"Infancia de Salomé\", se fuesen juntando, sin tener que hacer más esfuerzo que el de escribir...

No soy dura. A ver si soy capaz de explicarlo: sé que es un comportamiento normal y que el que yo ejerciese de marimandona no tuvo ni tiene mayor trascendencia -vamos, que no creo que ninguna niña sea hoy una mujer traumatizada porque yo eligiese a Mari Pili como integrante de mi equipo para jugar al balón-tiro y a ella no, por poner un ejemplo-. Lo que ocurre es que es ahora cuando me doy cuenta de la importancia que tiene cómo se nos muestran o enseñan las cosas, como se empaquetan para que el resto las perciba como buenas.

¿Cabría decir lo de \"es que el poder corrompe\"? Me da en la nariz que no. El planteamiento parte de una premisa errónea, esto es, que el poder, en cuanto a capacidad de maniobra superior a la del resto, de por sí, ya marca diferencias. Y si esto es así, la corrupción está desde el principio... somos nosotros los que intentamos domesticarlo para hacerlo más ¿filantrópico? Le ponemos márgenes, muros, fronteras, para que no se desvirtúe.

Todo lo que estoy desbarrando... y solamente por volver la vista atrás desde una lucidez -la del post de fili- un tanto desencantada.

Bielka -

Me gusta mucho como cuentas cosas de tu infancia. Parece que volviera a los tiempos de aquellas piscinas ordenadas, pintadas de azul y blanco, sobrias y como deslucidas y las mujeres de luto en la puertas de las casa tomando el fresco.

\"Es ahora cuando mirando hacia atrás soy consciente de cómo mi inseguridad me hizo ser un pelín miserable y cruel y cómo caí en la prepotencia fácil y simplona, venida de la mano de un título o cargo de juguete...\"

No estoy de acuerdo. Eras una niña, sólo una cría de 7 u 8 años. Y todos los críos de 7 u 8 años, en cuanto tienen poder lo usan. Es totalmente normal, está en nuestra naturaleza y no tiene nada de miserable. Creo, Bambo, que estás siendo demasiado dura contigo en ésto.

Bambo -

No sé quién ha dicho en los comentarios que había gastado ya mi ración diaria de vocabulario, :-D Me da en la nariz que he tomado vitaminas de vocales, y media docena de ampollas de concentrado de subordinadas, amén de dos grageas de suero verbal.

Por cierto, Elisa, tu página me daba error estos días.

Bambo -

Imagino, J.A., que a tu madre, a mi vecina, a la madre de mi amiga... Mucha gente no se para a pensar en estas cosas. Es más, estoy convencida de que, como bien dices, sería imposible hacerles ver cuánto de servidumbre escondida hay en ese desmesurado mimo hacia las mujeres falleras por parte de los hombres, que son los que organizan la fiesta.

Tengo la impresión de que no me he explicado bien al contar esta historia: yo lo viví como algo precioso, bonito, emocionante. No me tuvieron que forzar. Bien es cierto que mi hermana había sido fallera mayor infantil dos años antes y mis padres, en ese afán, desproporcionado a todas luces, de no hacer diferencias entre una y otra, me propusieron a mí para ese ejercicio fallero: nos llevamos dos años, y dos años dejaron pasar para que yo viviese lo mismo que Cris -mi hermana-.

Lo de la falla fue una forma de vincularnos al lugar. A los tres días de nacer yo, mis padres se mudaron de casa -y con ellos, mis abuelos maternos-: hasta entonces habían vivido en una calle al lado de las Torres de Quart, en el Barrio del Carmen de Valencia. Este pueblo, en el que sigo viviendo, era entonces \"pueblo-pueblo\". Los inmuebles eran de una cooperativa de trabajadores de los astilleros de El Cano. Mi madre, por ser telefonista, pudo optar a comprar una -imagino que por trabajar para el Estado-. Y aquí que se vinieron, conmigo debajo del brazo. Siempre he pensado que lo de apuntarnos a la falla fue un intento de mi padre de arraigarnos al lugar -ellos y mis abuelos eran emigrantes a la fuerza, unos por la guerra civil y el otro, mi padre, por falta de futuro en el pueblo-, sobre todo porque al trabajar los dos y mi madre hacerlo por turnos, no éramos una familia demasiado típica. El \"bajar al casal\" era para nosotras sinónimo de juegos, entretenimiento, divertimento... A mí me volvía loca. Eran muy reticentes en eso de que jugase en la calle... aunque sí que lo hacía. Eran otros tiempos: salíamos del cole, nos ponían el bocata de leche condensada y cola-cao y ¡hala!, a saltar a la comba... Pero,claro, en invierno el asunto pintaba mal. Y entonces la escapada era bajar al casal de la falla .Como mi padre, al segundo o tercer años de ser falleros los tres -mi madre nunca estuvo apuntada... las mujeres casadas generalmente se mantenían al margen-, acabó siendo Presidente, fichábamos casi todos los días, aunque fuese media hora. Había una banda de tambores y cornetas, como las militares y las de Semana Santa -ahora han desaparecido casi todas... menos mal-: los chicos se pasaban tardes enteras en los huertos de alcachofas que había alrededor -el barrio era nuevo, construido en medio de la huerta- ensayando los toques. Yo me lo pasaba pipa intentando soplar por las cornetas. Cuatro chicas -para mí eran mayorcísimas pero intuyo que no tendrían más de catorce o quince años- estaban aprendiendo a hacer de \"majorets\"... Ésa fue mi primera decepción en cuanto a mi vocación profesional: yo quería ser majoret, y de hecho, ensayaba el movimiento circular del bastón a escondidas de mi padre, en el casal. Sigo haciéndolo con el palo de la escoba. Me dijeron que eso de las minifaldas y las botas negras acharoladas no era para mí -reconozco que era demasiado pequeña-. En palabras de mi madre \"eso era de desvergonzadas\".

Resumo, que lo puedo hacer larguísimo: es un hermoso recuerdo, sin duda. No sería justo para mis padres ni para mí que \"renegase\" de todo aquello porque eran otros tiempos y jamás me presionaron. Yo era bastante dócil: muy tímida y muy atontá. Es ahora cuando mirando hacia atrás soy consciente de cómo mi inseguridad me hizo ser un pelín miserable y cruel y cómo caí en la prepotencia fácil y simplona, venida de la mano de un título o cargo de juguete...

Ha sido el tiempo y, sobre todo, la observación, lo que me ha hecho distanciarme y darme cuenta de que esas cosas no van conmigo. Sobre todo, por el afán de competición y por la evidente manipulación de la mujer. Es un ninguneo aceptado, aplaudido y ensalzado. Y eso sí que no... Es cierto que son comportamientos tribales, pulsiones sobre sentimientos que buscan hacernos iguales unos a otros para que la diferencia no nos haga perder el Oremus...

Kewpiesa -

A pesar de todo, bonita historia. Está bien abochornarse de las cosas de la infancia, es un punto de vista que solamente tú puedes tener. Te hace exclusiva.

elisa de cremona -

qué bonitaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Noa con las mujeres en la sombra -

Bambiiii, qué guapa estás en la que sales del cuadro, de verdad, ahí en esa carilla toda la ingenuidad y el miedo del momento, porque la de la gallina es q estás más seria, como dices y además, como dice Sinfo, menuda gallina, como para hacerle sombraaa.
Conociéndote por tu formas de expresión por aquí, en estos años...no se veía llegar el momento en el que publicases estas fotos. Habías comentado alguna vez que fuiste fallera mayor, pero por fin te liberaste y lo has colocao too, encima nos has explicao cómo funciona el cotarro.
Pues nada Bambi que estos días he pensado en tu sufrimiento falleril con las tracas y demás. Tienes por qué tenerle animadversión a todo esto, es que creo que siendo tan peque, estas cosillas no se hacen con las criaturas, pol dios, pa toa la vida recordando esos momentos. Claro que habrá otras criaturas que lo lleven ejor y para ellos ese día haya sido el cúlmen de sus infantiles vidas.
Yo, en mi vida, sólo encuentro algún hecho parecido a esto: el día de mi primera comunión. Que como alguna vez conté, lo pasé fatal, puesto que me habían botado de las clases catequesis por respondona al cura y llevarle la contraria. Eso conllevó que el día de toa la representación en la iglesia, fuese más perdida...lo cual hizo que pasase un mal rato delante de toda aquella gente. Lo mejor de ese día, fue ser el centro de atención, claro, como tú dices. Todos los regalos y demás.
Saludillos y celebro que hayas vuelto otra vez

sinfo -

Ah, y la gallina tiene un puntazo, jajaja.

sinfo -

Es verdad lo que dice J.A.

No sé qué tienen estas cosas de las señas de identidad de grupo, que la gente las vive como verdaderas pasiones.
En algún lugar muy, muy profundo de nuestro cerebro de primates a medio cocer debe existir ese mecanismo de definirnos por la tribu y de no sentirnos nada sin la tribu.
Por mucho que la razón nos diga otra cosa.
Lo curioso es que tampoco es algo tan primario como un instinto. ¿O sí?.
En el origen debe estar el miedo al otro, al de la otra tribu.

El caso es que, de toda la vida, los listos han explotado esa emoción folklórica -y la siguen explotando- hasta satanizar a los que no la comparten o la comparten poco.
Los listos siempre satanizando a alguien, es lo que tienen.

Las fotos son magníficas, señorita Bambolia. Dicen mucho. Y claro que estás guapa. La que lo es, lo es, hasta vestida de minifallera. :-)

J.A. -

Si mi madre te oyera decir todas esas cosas feas que dices sobre las falleras, de fijo que le daba un infarto agudo de miocardio. Nosotros estuvimos hasta hace poquito tiempo apuntados a una falla del barrio de Campanar. Cuando nos mudamos al pueblo en el que estamos ahora nos dimos de baja. Si se tienen niños es una buena forma de que se relacionen entre ellos, pero cuando crecen y tienen sus amigos desperdigados, pierden la afición y el interés. En cuanto a lo del machismo, yo añadiría que es una reflexión que de poco ha de servirle a toda esa gente. Los mecanismos que mueven esta fiesta están sustentados por el pálpito del sentirse valenciano, algo muy irracional pero que acaba siendo muy visceral. La razón no entra en el fundamento de esas emociones tan primarias. Si alguna vez se te ocurriese decirle a un fallero de los de toda la vida que pasean a sus mujeres como trofeos de caza, no quiero ni pensar en lo que podría llegar a responderte.

Has tardado en volver, pero seguro que hoy has vaciado tu cajón de palabras y has tomado prestadas unas cuantas del de mañana, :)

Bielka -

Pues sí, estás muy mona en la foto, Bambo. :-D Yo no te lo había dicho, pero te lo digo ahora porque creo que hay unanimidad.

Gracias por la explicación. La verdad es que es un mundo completamente desconocido para mí, pero se me entoja interesante desde el punto de vista sociológico, como tú bien dices.

Mi mundo ha sido siempre todo lo contrario, lejos de referencias sociales dada la particular forma de ser de mi familia, por lo que desconozco muchos entramados que se forman y que son fascinantes en su complejidad y detalles.

Bambo -

Y sí, por descontado, siendo niña lo único que quieres es ser el centro de atención: que todos te mimen, que te dejen hacer lo que te dé la real gana; que seas tú quien decida si esa tarde se juega a saltar la goma o por contra, al zambori. No ves más allá del poder que se te pone en las manos, de los privilegios que oficiosamente te otorga una banda y un cuadro en el que dice que eres Fallera Mayor. Privilegios para ejercer de tirana: recuerdo que yo me procuré una corte de niñas peloteras, que me decían constantemente que mi traje era el más bonito y que cuando yo quería una Mirinda, no me hacía falta gastarme uno de mis vales para canjearla, siempre había una niña dispuesta a invitarme si así se congraciaba conmigo. Nada de buenos sentimientos, ni de fraternidad, ni de cuántos nos queremos todas... De hecho, yo dejé de ser, por un año -bueno, dos... porque ser fallera mayor saliente era más que no ser nada- la niña tímida de mirada retraida, que no era capaz de decir ni mú.

Es de las pocas veces en mi vida que he sido la primera en algo -no muchas más: gané un concurso de dibujo en el colegio de las monjas unas navidades y años más tarde una beca para ir, como jurado popular, al Certamen Internacional de Cine para la Infancia y la Juventud de Gijón...-, a mí, que sólo de oir la palabra \"competición\", se me hace un nudo en el estómago y trato de salir corriendo... Quizás es que sea consciente de cuánto puede llegar a desvirtuar el poder, aunque éste sea ínfimo y ridículo...

Bambo -

Y más de dos, también. Porque el aderezo, aunque no sea de oro, es bañado en oro. Y las peinetas las quieren trabajadas a mano, que eso es mucho nivel, Maribel. Por descontado, la manteleta y el delantal, bordaditos a mano, que no se diga. Y los zapatos forrados. Unos de tacón alto, para lucir figura, y otros más cómodos, para los días que se sabe que se va a andar más. Demencial... A eso se le suma que todo el año estás pagando una cuota mensual y vendiendo lotería. Dependiendo de que falla seas, si tiene renombre o es de las más importantes, los 600 euros no te los quita nadie -tirando por lo bajo-.

Si pretendes ser FM de una falla de la Sección Especial o de la Primera -se clasifican por el presupuesto del monumento fallero a levantar-, te puedes hacer vieja esperando: ahí sí que se necesita tener dinero e influencias, porque por haber, hay hasta listas de espera para poder apuntarse como asociado. Muy raramente, cuando la falla es de barrio y los miembros son gente obrera, se puede dar el caso de que no se presente nadie a FM, y entonces se elige de entre todas las apuntadas y es la propia asociación quien le financia los trajes y todo lo demás. Pero es algo bastante difícil -la hija de mi prima fue un año, y como al siguiente no se presentó nadie, repitió, pero en esa ocasión se lo pagaron todo-.

Lo que sí que funciona como un concurso de belleza es la elección de la FM de Valencia y su CdH. La Junta Central Fallera es un órgano, designado por el Ayuntamiento de Valencia -si no me confundo- que gestiona todo el entramado fallero de la ciudad, desde qué tipo de mantilla se puede llevar a la ofrenda a la Virgen hasta ejercer la censura -como ha ocurrido este año- porque un grupo de ninots que representaban a unas monjas, aparecían con un consolador en la mano. Estos señores hacen certámenes previos a los que se presentan las que fueron falleras mayores de sus respectivas fallas el ejercicio anterior. Las hacen desfilar, les preguntan, las entrevistan. Se van haciendo votaciones y se llega a una selección final, en la que quedan creo que 24 ó 25 y de ésas salen las 12 de la CdH y la FM de Valencia. Por descontado, son las más guapas y las más \"inteligentes\". Las más valencianas de pro, las que tienen más raigambre fallera, y apellidos ilustres... Lo venden como algo completamente democrático, pero deja bastante que desear.

A éstas les pagan absolutamente todo: eso sí, se les somete a una férrea disciplina, al más puro estilo Miss España.

Todo eso es lo que no me gusta: es una de las fiestas más machistas que conozco. Y lo que más me repatea es que todas esas falleras se prestan voluntariamente a seguir siendo el objeto a mostrar, a enseñar, a lucir. Desfilan todas juntitas, en comandeta, con la FM cerrando el bloque, al final, solita, o como mucho, del brazo del Presidente de la Falla, que cómo no, siempre es un hombre, nunca una mujer. Ellos van detrás, como en las procesiones católicas, cerrando filas. Todos unidos, machitos de pro. Los verdaderos responsables de que todo salga bien. Delante, ellas: guapas, elegantes, sonrientes... Al final, los hacedores de la fiesta: el secretario, el tesorero, el delegado de fiestas, el delegado de infantiles y bla bla bla... Harta de oir hablar de la belleza de la mujer valenciana... Maneras de solapar, de mantener al margen. Se merecería un verdadero estudio de sociología del comportamiento -o como quiera que se llame-.

Sé que hay alguna que otra falla vanguardista en la que se han roto los esquemas, pero son las menos. Es perpetuar los esquemas, más de lo mismo. No sé, me parece tan evidente y sin embargo, se disfraza todo tan bien...

Bambo -

Eso es porque me miráis con buenos ojos, como se suele decir, :-D

La verdad es que de los trajes de entonces a los de ahora va un abismo: puede parecer extraño, sobre todo hablando de un traje de época -que es de lo que se trata en realidad-, pero en esto, como en todo, la moda ha dicho y tiene mucho que decir todavía. En los años 70 y 80 se llevaba la falda del vestido por arriba del tobillo, a la altura de media pantorrilla. Las enaguas se almidonaban y parecía que ibas a salir a volar de un momento a otro, y en lugar de ser fruncida a la cintura, como ahora, la falda era tableada. El corpiño llevaba las mangas cortas de \"bombilla\" -se metían paños dentro para que pareciese más inflada-, y las manteletas y el delantal eran de un tejido que no recuerdo cómo se llama, muy duro, tieso, haciendo una redecilla, casi transparente, y con mucha lentejuela. El delantal era cortísimo -ahora llega casi a la altura del bajo del vestido-. Las peinetas, enormes. Tan enormes que, siendo de por sí poco favorecedoras, aquellas eran dañinas a la vista. Los rodetes de los moños laterales se hacían \"inflados\", cual buñuelos, y ahora se peinan completamente pegados a la oreja y la mejilla, para que no resalten demasiado. Los zapatos eran blancos, estilo enfermera, al igual que las medias, que no eran de punto acanalado ni con dibujo, como ahora. Lo más de lo más era que al zapato se le ponía un pom-pom o borla del color que se llevaban los lazos del traje... madre del amor hermoso... qué cosas...

La elección de la Fallera Mayor -tanto de la Infantil como de la \"grande\" o adulta- depende de lo que decida la junta de la falla. Generalmente suele ser por candidaturas: tú quieres que tu niña este año sea FM y lo propones. Si hay más de dos propuestas, se suele recurrir a la antigüedad. Dependiendo de la importancia de la falla, habrá más o menos dificultades para la elección. Si es una de barrio, normalita, de presupuesto hiper-reducido, como mucho no habrá más de dos o tres candidatas. Esto es así porque los gastos de todo el reinado los paga la familia: por descontado, los trajes corren de tu cuenta y luego, el día de la presentación, lo normal -hablo de lo que se hacía entonces... ahora puede que haya cambiado algo; aunque por referencia de amigas, creo que más o menos sigue iugal- es que le hagas un detallito a todos los miembros de tu corte de honor, como en las bodas y comuniones... en casa regalamos libros de cuentos y leyendas -que no gustó ná de ná, todo sea dicho-. Súmale que también has de dar una merienda a tu corte de honor, y luego una cena a los falleros mayores. Aunque no pagues todo, las bebidas y esas cosas, fijo. Luego, como te invitan a las presentaciones de otras fallas, se va con regalo debajo del brazo, y eso también lo pagas tú. Porque luego se supone que te los van a devolver... Cuando yo fui fallera, sólo me hicieron un traje nuevo: ya tenía otro de los años anteriores y con ese y el corpiño de terciopelo negro para las ofrendas a la virgen, arreglado. Ahora la cosa se ha desmadrado muchísimo y se hacen traje para la presentación, traje para los pasacalles, traje de huertana -que no es el mismo que el de fallera-, traje para la ofrenda... o combinan corpiños variados con un par de faldas... una locura total. Las hay que se gastan más de un millón de pelas en vestirse.

Lía -

Yo de fallas no entiendo...pero tú estás monísima :).
Ser el centro de atención por un día y a bomobo y platillo tiene que ser chachi. Y esas cosas marcan, ya lo creo.

Yo aún tengo un trauma...jejejejeje.
En mi cole, en parvulario, se celebraba la fiesta de la Virgen Niña. Y la primera condición para ser elegida era ser rubia y con melena (anda que...). Bueno, el caso es que yo reunía los requisitos (más o menos), y ya estaba toda entusiasmada con la idea (me llegaron a probar el traje), cuando a mitad de curso nos llegó una Barbie rubia platino con ojos color azul océano...vamos, imposible de remontar eso...y por supuesto ella fue la elegida.

Yo acabé formando parte de la corte, como angelito...pero también tengo unas fotos con pucheros que en fín...

Qué cosas...

Un beso, y rebienvenida...

Lía

Bielka -

Pues sí, todo un mundo. Muy llamativo y colorista para los que lo vemos desde fuera, pero desde dentro debe ser otra cosa. De todas formas, a los 7 u 8 años a mí me hubiera gustado ser fallera mayor o cualquier otra cosa en la que me hicieran caso. Te hubiera envidiado mucho. Por cierto, tengo una curisosidad ¿cuales eran los criterios por los que se elgía a la fallera mayor? ¿era un concurso de belleza o se tomaban en cuenta otras cosas? ¿los trajes los tenía que poner la familia?

En fin, que ya se han acabdo las fallas de este año y no tendrás que aguantar más petardos duranate unos días, hasta la siguiente fiesta.

Ana* -

Ibas monísima.Las fotos son alucinantes. Y lo de salir en plan \"chica de la tarta\" me ha hecho muchísima gracia :-)
Toda una experiencia, desde luego. Nunca pensé que podría llegar a decir que es mejor ser Fallera Mayor y después perder que no haberlo sido nunca. Pero ahí queda.
Yo creía que no te gustaban las fallas, a secas. Pero esto le da otra dimensión al asunto.

Bambo -

Y acabo de caer en la cuenta de que todavía no tenía los ocho años: los cumplo en abril, con lo que esa niña con pinta de hacer pucheros de un momento a otro sólo tenía siete -¡qué diferencia más grande, de los siete a los ocho...!-.