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De espaldas

Identidades

El mismo rostro, la misma sonrisa... distinta persona. Impresiona, sí.

Pero mucho menos de lo que hubiese imaginado hace relativamente poco tiempo.

Me alegra darme cuenta de que el reloj de arena funciona para todos igual.

Está mal lo de "lo sabía, acabaría semejándose al abuelo Cebolleta", está muy mal.

Pero... ¡joder! cómo sienta de bien... ¡Reconforta que es la hostia!*

*Si a alguien le da por querer interpretarlo y ponerle nombre y apellidos a la persona en cuestión, es muy libre de hacerlo... Posiblemente, casi con absoluta seguridad, se equivoque. Las apariencias engañan. A mí me ha servido, sin buscarlo, para llenar el hueco de un hábito que este año, por razones que no vienen al caso, no he podido llevar a cabo con toda la parafernalia necesaria. Sólo espero, y esto lo digo de corazón, que esa aparente felicidad, lo sea de verdad. A veces nos construimos una mentira a la medida y la vivimos durante un tiempo, creyéndonos que es lo mejor que podría estar pasándonos... Luego, de repente, explota la burbuja y descubres que lo que otros llamaban amor no era otra cosa que interés... En fin, cada cual sabrá lo que hace y cómo lo hace. Es tan confuso el límite entre la ficción y la realidad...

Voy a planchar un rato -yo edifico hiperrealidades de maruja de barrio... es lo que tiene ser mediocre... y no lo digo para fustigarme, que conste-.

8 comentarios

Bambo -

Lía, ¡cuánto me alegra leerte! :))

Un placer tenerte de nuevo por aquí, de verdad.

El enamoramiento desvirtúa, está claro. Y como convierte lo real en irreal, y esa irrealidad tiene que ver con decisiones importantes del día a día y con circunstancias personales que pueden modificar el rumbo de las cosas, cuanto más aferrados se tengan los pies en el suelo a la hora de estar junto a otra persona, mejor. La magia está bien para después del café a la hora de la no-siesta... pero las ilusiones, como son eso, ilusiones, acaban desinflándose y pasando una factura muy cara.

Es necesario tener sueños, pero yo casi diría que se trata más de proyectos que de sueños: la ensoñación casi siempre acaba en algo imposible, los proyectos, si están medianamente bien planteados, salen adelante y pueden durar toda una vida.

Luis, aprovéchate del Pisuerga y de los efectos secundarios de la resaca y de todo lo que sea ver la luz -suena a iglesia, lo siento- en esto de los amores pasionales, el romanticismo de salón decimonónico y las nubes de algodón sin paracaidas...

Me asusta leerme tan incrédula; me asusta leerme tan absolutamente distante, porque cuando me veo así, desde fuera, siempre me viene a la cabeza la palabra "amargada". Y creo que ese es otro prejuicio estúpido contra el que hay que pelear,XD

Este año la agenda ha disminuido muy poco: dos números de la misma persona. Y, contra todo pronóstico, me ha dolido. Generalmente, cuando acabo deshaciéndome de este tipo de lastres, siento que me quito un peso de encima. Pero no ha sido el caso: hace pupa cuando, ante un problema no demasiado serio pero sí importante, la indiferencia se viste con el rostro y el nombre de quien menos esperabas. En fin...

Quizás sí que tengas razón en lo de las alusiones...

Besos, majetes, :-)

Luis Muiño -

Pues yo aprovecho que el Pisuerga pasa por Valladolid y espeto como quien no quiere la cosa un par de tres reflexiones post-resaca...
- Yo creo que el amor pasional es una enfermedad con demasiado prestigio social. La medicina está lo suficiéntemente avanzada como para curarla: es fácil tomar algo que baje el nivel de endorfinas, testosterona y toda la pesca. A ver para cúando se atreven a darlas...
- Me encanta tu ritual. Saber restar personas de nuestras vidas me parece más importante que saber sumarlas. Lo importante de una persona, para mí, son sus elecciones. Y yo, por lo menos, solo siento que he elegido cuando digo no.
- Y la última: yo creo que la gente que se siente aludida en algo que tú escribes tiene razón. Da igual que ni hayas pensado en esa persona cuando lo escribiste: quien se pica, ajos come...

Pero no me hagas ni caso. La realidad es una alucinación producida por la carencia de alcohol en sangre...y hoy estoy poco realista.
Un abrazote.

Lía -

Huys...que reflexiones tan profundas...

Está claro que en el desamor nadie es tan maravilloso como lo creímos en un principio ni tan horrendo como lo vemos al final.

El enamoramiento y esa sensación de estar flotando es tan transitoria como irreal, quizás ahí su magia. Sabemos y somos conscientes (salvo en esos amores adolescentes) que esa sensación no puede durar mucho, que el temporizador está en marcha, pero...nos aferramos a esos momentos de gloria quizás porque hay una esperanza de que tras ellos vendrán otros momentos que los compensen y...a veces sí, a veces no.

Lo que está claro es que hay que jugar a la ruleta, arriesgarse. Tanto para ganar como para perder.

Como bien dice Gala "El amor es eterno...mientras dura" (juas).
Y es así...en esa enajenación transitoria llegamos creer en esa eternidad, cuando sencillamente, soñamos con conseguirla.

De todos modos...¿Qué sería de la vida sin sueños?.

Besos y, por cierto ¡ Feliz Año nuevo!

PD. O este mensaje no sale, o sale unas cuatro veces (glups).
Si no llega, amenazo con volver a intentarlo, pero he querido añadir unas líneas para disculparme si sale chorrocientas veces (más glups).
Por cierto...2+2 son 4 ¿no?...Es que como ya me lo ha preguntado tantas veces...(reglups)

Bambo -

No me hables de planchar, Sponge, no me hables de planchar... :(((

Mujer, no es siempre así; está claro. Pero sí que lo que es no tiene nada que ver con la ficción que, de tanto repetirla, una acaba creyéndose.

Hay mucho de fantasía, y eso, en principio no debería ser malo... pero el problema es que la fantasía tiende a magnificar, a engrandecer y se generan expectativas (¿espectativas?...uffff) que no acaban cumpliéndose, y luego viene el pataplafff.

Fantasear, lo justo y necesario, pero con los pies en la tierra.

Y sí, creo que Sinfo tiene razón: el interés cutre disfrazado de amor acaba siendo una porquería. Y se ve mucho más de lo que parece... ¿de qué se enamora fulanita, de quién es el tipo en cuestión o de qué hace, con quien se relaciona? Por poner un ejemplo... vamos...

Colorá estoy guapísima... amarilla, me da a mí que no. La hictericia no es muy atractiva, :-))

sinfo -

No te planches, Sponge, no te planches. Yo también pienso que el amor es genial y deseo mucho enamorarme, pero el interés cutre disfrazado de amor es una porquería que no da gusto a nadie.
Respecto a los miedos a la soledad y esas cosas, por lo general luego no son pa tanto. Es como todo: mejor una vez colorada que ciento amarilla.

Sponge -

Ufff...! Chicas, me habéis dejao planchá con vuestros comentarios. Es posible que tengáis razón, pero es tan duro aceptarlo... Discrepo en que el amor sea siempre así, creo que hay ocasiones en las que es real, pero coincido con vosotras en que la mayoría de las veces se vuelve (que no era en un principio, sino que se transforma) interés. Y también estoy de acuerdo en que se conserva una especie de "representación" del mismo amor por miedo a la soledad, o a desprenderse de una vida cómoda, o simplemente por inercia. Es muy triste, pero muy habitual.

Bambo -

El permiso bambolero no hay ni que pedirlo, :-))

El escribir en un lugar al que mucha gente tiene acceso tiene estas cosas... Llega un momento en el que estás tan cómoda, tan en tu casa, que crees que sólo acceden a tus palabras las personas que tratas y conoces... pero también llega gente que se quedó en el camino, por una u otra razón. Intuyo que curiosidad, nada más.

Las interpretaciones son libres, pero, como bien dices, no sé el porqué algunas personas se reconocen en situaciones y palabras que no van dirigidas a ellas en particular. Bien, tampoco es tan importante si quieren pensar que siguen siendo objeto de devoción... Si les sirve para alimentar su ego, al menos mis reflexiones servirán para que engorden los narcisistas, que no está nada mal, :-)))

El amor, tal cual no lo ponen delante, esa ficción tan realista y tan destructiva, es una falacia como la copa de un pino. No digo que el amor sea malo, me refiero a las construcciones emocionales en las que lo sustentamos... Nos lo creemos porque necesitamos creerlo, pero hay mucho miedo a la soledad detrás, estoy convencida. No digo que sea malo tener miedo y actuar en consecuencia -para no tenerlo-, no. El aceptar que somos cobardes y que tendemos a protegernos a través de los demás es algo que cuesta, cuesta mucho asimilar. Pero bueno... lo de "por el interés te quiero, Andrés" es completamente cierto.

Otra dosis de realidad resultado del paso por el cedazo marujil de cuarentona de barrio, :-D

Hala, voy a comprarle el regalo de Reyes a ma soeur y a pagar los recibos de la escalera, que debo... ni se sabe ya... soy una morosa, pol Diossssssss...

sinfo -

Uff... No me hable usía de interpretaciones e identificaciones. Yo estoy hasta el moño de que las hagan con lo que escribo. Y no sé, seguro que salen cosas y personas de mi vida en mis textos, pero no así, de esa manera tan literal, no en plan autobiografía cutre. Y aunque así fuera, ¿cómo puede saber nadie a qué o a quién te refieres y si lo estás pasando tanto por el tamiz de la imaginación que ya lo has convertido en otra cosa-persona?.
He ahí una pretensión realmente muy pretenciosa.
Antes me ponía de mala hostia el tema. Ya me he acostumbrado, qué remedio; pero me descojona, por ejemplo, cómo alguien que me medio conoce desde hace menos de un año en el ámbito laboral, afirma y asegura que la prota de uno de mis cuentecillos soy yo propiamente porque seguro que me han pasado esas cosas que pone ahí. El cuentakilómetros para atrás y un novio que tuve en la costa a los veinte años, no te jode... Estaría bien, oiga. Sólo que yo soy más bien niño murciélago, pero, claro, eso ya no da morbillo, of course.

En fin, esto es un explayamiento que he tenido, con tu permiso bambolero.

Lo del amor y el interés, sin duda: muchas veces el supuesto amor es interés y comodidad. Que la peña no escarmienta porque sólo somos capaces de obrar y decidir de un par de maneras que nos han mal enseñado, es algo que voy aprendiendo con los años. Algo bien jodido.
También he aprendido que los intereses que parece que vayan a proporcionar una rentabilidad astronómica a corto plazo, desembocan en desastre y sufrimiento a largo. Como dos y dos son cuatro.
Aburrida estoy de verlo.