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De espaldas

Al borde de tu cuerpo



Por un momento, sus fuerzas languidecen y duda entre levantarse y afrontar el frío de esa madrugada de invierno o volver a la duermevela de la que quizá no haya llegado a salir. Como cuando uno se despierta, mira el reloj y descubre que todavía tiene tiempo para arrebujarse entre las sábanas, colocar la almohada, hacerse un ovillo y no ser por un rato más. Pero el reloj en esta ocasión es la respiración regular y profunda del hombre que, acostado a su lado, le marca el ritmo al tiempo. Las muchas horas recién devoradas. No podría volver a dormirse. Ahora no hay tiempo, no queda tiempo, o el tiempo no existe para ella. Tiene que salir de allí, es inminente escapar de la escena que comienza a esbozarse. Sin embargo, sigue fijada al borde de la cama, rígida, aterida, incapaz de moverse, sabiendo que todavía no ha dado el primer paso, que aún no se ha ido del dormitorio, que la proximidad de él la retiene aún desde el sueño, que quizá no deba precipitarse a la intemperie, queu aún lleva puestos los ojos con los que ha visto el mundo.


Inicio del capítulo III de "El hueco de tu cuerpo" de Paula Izquierdo

9 comentarios

Bambolia -

Es que me repito, vivo en un círculo y cada cierto tiempo, paso por las mismas fases, jajaja.

No he acabado "La sombra del viento". No he pasado del primer capítulo. Cada vez tengo más claro que comenzar un libro, por la noche, cuando te estás cayendo de sueño, es de las peores cosas que se pueden hacer... No consiguió engancharme. A ver si en los días que esté en Almagro lo leo.

Noa -

Bambi pero este libro no es uno del que ya hablabas en Maru?; creo que sí. Que vaya, te gustó muxo y ya en su día me lo recomendaste...
Por cierto, y al final cómo te fue con la sombra del viento?¡

Bambolia -

No, no te has liado tú sola, :-)

Creo que has dado en el clavo sin necesidad de martillo.

Anaijim -

No, en la reseña no decía esto de los párrafos. Ahora lo entiendo mucho mejor... y no me extraña que asuste un poco a la gente. Porque lo que a mí me parece que puede representar este fragmento es el intuir que tienes que pegar un bandazo a tu vida, pero prefieres quedarte entre las sábanas. Tiene pinta de ser una novela de las que remueven mucho. Me la pido. (¿O es que me he liado yo sola? :P)

Aber -

Pues ahora todavía suena mejor. Me interesa mucho la naturaleza de esos "espejismos" que te desvían del camino marcado.

Bambolia -

Para que sepas por dónde va la cosa:

http://www.ociototal.com/recopila2/r_news/p_izquierdo.html

Aber -

Suena interesante. La verdad es que no he leído ninguna crítica de la novela, pero me llamaba la atención el título. Es muy sugerente.

Bambolia -

No, no... eso no vale.

Desconozco si en la reseña que has leido cuentan la forma en la que el libro está escrito. Me explico: cada inicio de capítulo comienza con uno o dos párrafos, tres a lo sumo, en cursiva, en los que la protagonista de la historia va desgranando lo que para ella supone levantarse de una cama, que podría ser una cama cualquiera, que en definitiva, es una cama ajena. Y después la narración continúa con el relato de un momento determinado de la vida de Blanca, la mujer que quiere levantarse y no encuentra las fuerzas necesarias para hacerlo.

Lo leí hace dos años, pero todavía recuerdo como algo muy vívido, la impresión tan profunda que me causó. Posiblemente, al ser una novela en extremo intimista, a unos les guste más que a otros, sobre todo, dependiendo de la situación personal del lector. De hecho, lo he regalado en un par de ocasiones y los comentarios que me han hecho sobre él no han sido muy elogiosos. Intuyo que la poca aceptación -la de mis dos amigas- haya tenido que ver con lo incómodo que, en un momento dado, puede llegar a ser. Es como si te pusiesen delante de un espejo para verte desnuda y tú te negases a aceptar que realmente no llevas ropa.

Anaijim -

He visto una reseña del libro y tiene una pinta estupenda. ¿No vas a contar si se levanta o no? ¿Quien es el que duerme a su lado? Hay que ver lo mal que llevo la incertidumbre...