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De espaldas

De tontos y tonterías

Independientemente de filias y fobias, es innegable que Rafael Alberti ha tenido y sigue teniendo un peso importante en el mundo poético español. No entro a valorar su obra -sobre todo, porque mucha gente lo ha menospreciado por cierta apostasía o apostura comunista; o mejor dicho, por su vida y no por sus escritos- porque siendo tonta, ese cometido se lo dejo a otros.

Traslado a esta bitácora dos poemas suyos. ¿Por? Porque me ha venido a la cabeza su reiterada persistencia en autoproclamarse tonto.

El primero es del libro "Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos":

"EN EL DÍA DE SU MUERTE A MANO ARMADA

Decidme de una vez si no fue alegre todo aquello
5 x 5 entonces no eran todavía 25
ni el alba había pensado en la negra existencia de los malos cuchillos.
Yo te juro a la luna no ser cocinero,
tú me juras a la luna no ser cocinera,
él nos jura a la luna no ser siquiera humo de tan tristísima cocina.
¿Quién ha muerto?
La oca está arrepentida de ser pato,
el gorrión de ser profesor de lengua china,
el gallo de ser hombre,
yo de tener talento y admirar lo desgraciada
que suele ser en el invierno la suela de un zapato.
A una reina se le ha perdido su corona,
a un presidente de república su sombrero,
a mí...
00000000000Creo que a mí no se me ha perdido nada,
00000000000que a mí nunca se me ha perdido nada,
00000000000que a mí...
0000000000000000¿Qué quiere decir buenos días?"


El segundo, se titula "El tonto de Rafael":

Por las calles, ¿quién aquél?
¡El tonto de Rafael!
Tonto llovido del cielo,
del limbo, sin un ochavo,
Mal pollito colipavo,
sin plumas, digo, sin pelo,
¡Pío-pic!,pica, y al vuelo
todos le pican a él.
¿Quién aquél?
¡El tonto de Rafael!
Tan campante, sin carrera,
no imperial, sí tomatero,
grillo tomatero, pero
sin tomate en la grillera.
Canario de la fresquera,
no de alcoba o mirabel.
¿Quién aquél?
¡El tonto de Rafael!
Tontaína, tonto del higo,
rodando por las esquinas
bolas, bolindres, pamplinas
y pimientos que no digo.
Mas nunca falta un amigo
que le mendigue un clavel.
¿Quién aquél?
¡El tonto de Rafael!
Patos con gafas, en fila,
lo raptarán tontamente
en la berlina inconsciente
de San Jinojito el lila.
¿Qué run-rún, qué retahila
sube el cretino eco fiel?
¡Oh, oh, pero si es aquél
el tonto de Rafael!

16 comentarios

Kiri -

Impresionante.
A mí me cuesta un huevo hablar en público, admiro a los que tienen el asunto dominao.

Bambolia -

Ya, Kiri, que Esteso and company de actores tenían poco, lo sé, pero es que me vienen a la cabeza enseguida, cuando pienso en algo que no me gusta...

Creo que has explicado a la perfección lo que intentaba decir, pero tú eres más benévola o sabes separarlo: yo si sé de la vida y milagros y hay algo que me parezca deleznable, me cuesta mucho asimilarlo. Otra historia es no saberlo: no conozco por lo tanto no soy subjetiva valorando al artista. Sólo manejo lo que me ofrece en ese momento, y si me gusta, me gusta, sin más. Por eso, a veces, prefiero leer los libros sin saber nada de sus autores, para no desmotivarme o no motivarme por causas ajenas a lo que me voy a encontrar.

¿Verdad que era impresionante ese hombre? Todavía recuerdo su verborrea, su endeble figura, de pie, pareciendo que de un momento a otro iba a caerse... y aguantó casi tres horas, ¡Dios! qué pozo de sabiduría, de fluidez, de erudición, de yo qué sé cuántas cosas más...

Kiri -

De todas maneras, esos iconos culturales tipo Alberti o Neruda, al margen de que gusten o no, eran muy progresistas y tal, pero muy machistas casi todos.
No hay que olvidar que el machismo ha sido históricamente una de las últimas actitudes consideradas negativas por parte de la sociedad.
Esta gente eran mu antiguos todos y supongo que, como a la mayoría de los machos mu antiguos,y muchos modernos,el machismo les resultaba comodísimo y vivían tan panchos aposentados en él.
Ah, se me olvidaba: yo también asistí de joven a una conferencia de Dámaso Alonso en la Fundación Juan March. Me gustó muchísimo, Bambi.

Kiri -

A partir de que no creo en iconos culturales, mitos de nuestro tiempo y modelos éticos varios, ni para bien ni para mal, las creaciones me gustan o no según eso mismo, que me gusten o no.

Bambi, pero es que Esteso y compañía para mi gusto no son artistas. Son figuración y poco más. Y a lo mejor en su vida privada han sido bellísimas personas, así con machismo recalcitrante y todo. Pero no dejan de ser penosos en su trabajo, o al menos a mí me lo parecen.
No sé, para mí lo dificilísimo es juzgar a una persona en conjunto, en todas las facetas de su vida. La mayoría de las veces no sabría si darla por "válida" o no.
Creo que, cuando una persona es realmente mala, un genocida por ejemplo, sí que me resultaría difícil aceptar que hizo algo bello, porque realmente tocaría lo que me resulta insoportable, inadmisible. Aun así, habrá casos.
El machismo, la mezquindad, la soberbia,la egolatría desmedida, esas cosas que son en sí comportamientos odiosos, no estoy tan segura de que me impidan disfrutar de una obra de arte, aunque esto no significa que las justifique. Pero, para mí, van por otro lado.

Kiri -

Ya,Gru, pero es que yo los modelos éticos me los paso por el forro. Para modelo ético yo cuando llego a fin de mes, no te jode.

Bambolia -

A mí eso de que me los pongan como modelo me repatea: ni como modelo de genios, ni de divos, ni de ná... Posiblemente sea más fácil separar la vida de la obra si lo que no te gusta de esa vida no es demasiado importante en la tuya. Me explico: de las cosas que no te pueden gustar de otra persona -o de una misma-, hay características o cualidades que se soportan mejor que otras. Yo podría pasar por alto el saber que un artista sea introvertido, o pesetero -¿eurero?-, o de tendencias liberales, pero por ejemplo, no puedo con los machistas recalcitrantes como Esteso o toda la colla que trabajó con él a finales de los setenta... y es entonces cuando no sé separar una cosa de la otra...

De Alberti, quizás, lo que menos me guste sea su vida pública una vez volvió a España. De la anterior, es según quién te la cuente, te puede agradar más o menos...

Gru -

Puedo separar al artista de su obra siempre que no me lo pongan como "modelo". Y ese es el problema que yo veo con Neruda o Alberti. Los ponen como "modelo" ético o moral, lo cual me da mucho asquito porque si escarbas un poco ves lo poco que se ajusta al personaje. Es esa propaganda, en la que ellos mismos se sintieron a gusto, la que me asquea.

Bambolia -

A mí me cuesta, Kiri, cuando sé de algo de la vida de la persona que me ofrece algo de arte, y ese algo no me gusta, separar una cosa de la otra. Antes me preocupaba más el no saber separar las facetas, que como bien dices, ocupan planos distintos, pero ahora he caido en la cuenta de que el gusto es subjetivo y la forma de interpretarlo, también, y que obligarme a aceptar ciertas cosas cuando se trata de ocio o de disfrutar, pues como que es una soberana estupidez.

Desde que supe que Mel Gibson era un misógino irredento, no lo soporto, aunque no termino de entender cómo luego fue capaz de hacer la peli en la que se convierte en mujer... Con Kevin Costner me pasa idem: que no me lo pongan ni en pintura, porque es de los que piensan que las mujeres sólo sirven para parir... y no lo trago.

A Dalí, por ejemplo, por mucho que me digan que fue un genio y que bla, bla, bla... a mí todas sus excentricidades no dejan de parecerme eso, excentricidades sin más mérito: las puedo hacer similares o más gordas pero a mí no me las perdonaría nadie y seguro que más de uno me mandaba al psicólogo -iría, sin duda, si me hiciese falta-. Y en base a esas excentricidades, muchas cosillas suyas, a mí particularmente, no me parecen arte, sino ganas de provocar. Pero bueno...

Bambolia -

Matizo por si las moscas: cuando hablo de cómo trató a María Teresa León me refiero a que ésta murió de Alzheimer y estaba recluida en un geriátrico. Cuando falleció ya estaba con Marisu, y no sé, que to quisqui tiene derecho a rehacer su vida y esas cosas... debe de ser muy duro eso de ver cómo se degrada la persona a la que amas, :-/ Acabo de darme cuenta de que he sido juez sin que nadie me lo pida, :-( no me mola darme cuenta de estas cosas;bueno, sí que me gusta darme cuenta, lo que no me gusta es caer en ellas.

Kiri -

A mí no me gusta Alberti, no me gusta su poesía. Nunca me ha gustado. No tengo motivos concretos, es que no consigo que me diga nada.
Neruda sí me gusta mucho.
Bueno, más que separar la vida de la obra de los artistas, lo que creo es que vida y arte tienen raseros independientes. Para mí es un misterio cómo personas que demuestran una maravillosa sensibilidad en su obra, luego en su vida personal se comportan como ceporros. Quizá sea un problema de endiosamiento. El caso es que, partiendo de que no sabemos si el que pintó los bisontes de Altamira, por ejemplo, era un santo o una mala bestia, pienso que el gusto estético y el gusto o no por los comportamientos van por caminos diferentes.
Creo que incluso ocupan zonas distintas del cerebro.
Asi que simplemente procuro disfrutar de lo bonito, lo cual no es óbice para que, si alguna vez me encuentro a algunos artistas en el otro mundo, les diga cuantro cosas bien dichas. :-))

Bambolia -

El primer poema me gusta bastante. Es el retrato de la inocencia perdida, por decirlo de alguna forma; de lo que se sabe pero no se quiere ver.

El segundo... es que me he reido tanto con ese poema que para mí es como una cancioncilla: cuando salíamos de clase, repetíamos lo del "tonto de Rafael" porque el profe de mate se llamaba así, y nos llevaba de cráneo, :-D

Bambolia -

Como el tiempo pone las cosas en su sitio, el saber -por terceras personas que fueron durante un largo período intimísimas de esta mujer- que la relación iba avanzando encaminada a un futuro matrimonio, al menos a mí, me desinfló bastante: no terminaba de entenderlo. Si a eso se le une el hecho de que comencé a saber de él y de sus "traiciones", de su vida poco ejemplar, de cómo trató a Teresa León y a su hija Aitana, se me empezó a atragantar poquito a poquito. Pero la manipulación final de su vida --de la que estoy casi convencida, aunque es difícil opinar sobre una relación de ese tipo: mujer-enfermera-hija-amantísima y anciano-escritor consagrado-- me pareció injusta y triste, tristísima y he llegado a la conclusión de que de un personaje controvertido como él hay que rescatar lo que tiene de bueno y no dejarse influenciar demasiado por lo no guste de su historia personal, porque, aunque siempre he defendido que la obra de una artista -si se conoce a éste- es muy difícil separarla de su vida, hay casos en los que vale la pena hacer una excepción.

Creo que tanto él como algunos de la Generación del 27 han pagado un precio muy elevado porque después de la muerte de Franco se les mentaba casi como coletilla de acompañamiento de la palabra "literatura".

Bambolia -

A mí me machacaron con Marinero en Tierra y no sé con cuantas más. Sobre todo, si se tiene en cuenta quién fue mi tutora -por dos años- y mi profesora de literatura en BUP -creo que aquí ya lo he dicho alguna vez; no es un mérito ni un demérito, sólo me ayudó a conocer más anécdotas sobre ciertos escritores y a tener la maravillosa ocasión de presenciar una conferencia de Dámaso Alonso acompañando a esta mujer-: María Asunción Mateo, la segunda esposa de Alberti.

Leí "La arboleda perdida" y mientras la tenía entre manos, las historias se enlazaban con otras, contadas en boca de esta mujer, con lo que recuerdo aquella época como algo feliz, divertido -y no tenía demasiados motivos familiares para estar contenta, la verdad-. Esperaba los lunes, cuando ella llegaba de Madrid de estar con él, como agua de mayo: que si había conocido a la hermana de García Lorca; que si estaba intentando conocer a Vicente Aleixandre -moriría al año siguiente-... De hecho, de aquella "hornada" estudiantil, fuimos seis los que iniciamos Filología, y cuatro queríamos hacer la rama de literatura -ahora el Plan de Estudios no tiene nada que ver-.

Hester Prynne -

El primero me ha recordado a Bush, te lo juro...

Aber -

Creo que a muchos se nos ha indigestado Alberti. Demasiado modélico, como dice Gru. Debo decir que al principio me gustó, Marinero en tierra, por ejemplo. Toda esa poesía que rescataba y remozaba la lírica popular castellana. Luego me cansó tanto marinero en tierra y tanto malabarismo fonético, como el poema del ¿quién aquél?, el tonto de Rafael. Pasó a gustarme un poco más su poesía surrealista la de los ángeles. Y ahora sigo ahí, en el desconcierto, entre el desapego y la emoción.

Gru -

En fin, con Alberti me pasa un poco como con Neruda. No sé si es porque me machacaron mucho con él cuando estudiaba en el cole y en el insti. En aquella época estaba muy de moda y claro, tanta propaganda acaba hartando. Sobre todo cuando te intentan presentar a un "modelo" de lo que sea.

El primer poema que has puesto me gusta. El segundo lo tengo atravesado desde que lo leí por primera vez, cuando tenía nueve años o así, así que no soy capaz ni de verla la ironía, que seguro que la tiene. Fobias infantiles y eso.