Reírse de uno mismo
Llevo tiempo observando, sobre todo, en este mundo de las bitácoras, que los que no saben o no quieren encajar una crítica negativa referida a cómo o qué dicen en sus textos, casi siempre disfrazan esa postura no está bien visto reconocer que a uno le sientan como una patada en el hígado ciertos comentarios; por encima de todo se ha de ser tolerante y políticamente correcto... aunque también es cierto que los hay que hacen gala, a toda hora, de ser justamente lo contrario: unos irreverentes de tomo y lomo, como si con esto, adquiriesen ipso facto, el visado para hablar de cualquier cosa de cualquier manera posible- con un tejido argumental, que de tan usado, debería estar a punto de rasgarse por las cuatro esquinas: El que lee, que es el que critica, carece de sentido del humor. Y lo que es aparentemente más grave: no sólo es que carezca de sentido del humor, es que además, no sabe reírse de sí mismo.
Y de la misma forma que llevo tiempo observándolo, llevo tiempo preguntándome cuánto hay de verdad en una afirmación de ese calibre, y si ésta no será una manera de soslayar el hecho de que, a la hora de manifestarse, no todo vale y de que existen ciertas premisas, que cuando menos, sería interesante respetar.
¿Por qué? Muy sencillo: porque el sentido del humor que una persona posee no debería de medirse por su cantidad si se tiene poco o mucho- sino por la calidad, cosa bien distinta: no es lo mismo tener mucho sentido del humor y que éste sea chabacano, grosero y zafio, que tener un sentido del humor limitado, pero concentrado en dosis de fina ironía, de éstas que te dejan descolocada hasta que eres capaz de reaccionar. Por decirlo de otra manera: no es lo mismo ser seguidor acérrimo de Los Morancos que serlo de Tip y Coll, o para citar a otra pareja que todavía sigue en activo, de Faemino y Cansado.
Puede que toda esta diatriba sea fruto de una mal digerida envidia y en realidad lo que ocurre es que, cada vez que entro en alguno de los blogs que son considerados por la mayoría es casi unánime- como lo más de lo más en esto del humor, y que están llenos de chascarrillos, chistes fáciles y simplones y recreaciones de situaciones cómicas traídas por los pelos, no tengo la suficiente capacidad para reírme de mí misma y por extensión carezco de la gracia y soltura necesaria para expresarme como lo hacen ellos. Será por eso que donde casi todos colocan su jaja de turno, yo sólo veo un trasfondo machista, xenófobo y despectivo.
Tendré que apuntarme a algún cursillo para aumentar mi sentido del humor y, sobre todo, para reírme de mí misma a mandíbula batiente. Espero que me dé resultado... ahora que sé que me resultará extremadamente difícil: puestos a elegir, prefiero reírme de otros... A veces, para seguir hacia delante, es necesario tomar las cosas en serio. Al menos, algunas. Y a medida que pasa el tiempo, me convenzo más de que existen demasiadas personas que parecen obviar algo tan elemental. Triste, pero cierto.
Y de la misma forma que llevo tiempo observándolo, llevo tiempo preguntándome cuánto hay de verdad en una afirmación de ese calibre, y si ésta no será una manera de soslayar el hecho de que, a la hora de manifestarse, no todo vale y de que existen ciertas premisas, que cuando menos, sería interesante respetar.
¿Por qué? Muy sencillo: porque el sentido del humor que una persona posee no debería de medirse por su cantidad si se tiene poco o mucho- sino por la calidad, cosa bien distinta: no es lo mismo tener mucho sentido del humor y que éste sea chabacano, grosero y zafio, que tener un sentido del humor limitado, pero concentrado en dosis de fina ironía, de éstas que te dejan descolocada hasta que eres capaz de reaccionar. Por decirlo de otra manera: no es lo mismo ser seguidor acérrimo de Los Morancos que serlo de Tip y Coll, o para citar a otra pareja que todavía sigue en activo, de Faemino y Cansado.
Puede que toda esta diatriba sea fruto de una mal digerida envidia y en realidad lo que ocurre es que, cada vez que entro en alguno de los blogs que son considerados por la mayoría es casi unánime- como lo más de lo más en esto del humor, y que están llenos de chascarrillos, chistes fáciles y simplones y recreaciones de situaciones cómicas traídas por los pelos, no tengo la suficiente capacidad para reírme de mí misma y por extensión carezco de la gracia y soltura necesaria para expresarme como lo hacen ellos. Será por eso que donde casi todos colocan su jaja de turno, yo sólo veo un trasfondo machista, xenófobo y despectivo.
Tendré que apuntarme a algún cursillo para aumentar mi sentido del humor y, sobre todo, para reírme de mí misma a mandíbula batiente. Espero que me dé resultado... ahora que sé que me resultará extremadamente difícil: puestos a elegir, prefiero reírme de otros... A veces, para seguir hacia delante, es necesario tomar las cosas en serio. Al menos, algunas. Y a medida que pasa el tiempo, me convenzo más de que existen demasiadas personas que parecen obviar algo tan elemental. Triste, pero cierto.
12 comentarios
Odalys -
Por qué es "lo mejor" reirse de uno mismo? Hay situaciones que merecen una risa sobre todo porque andamos encartonados y buscando un absurdo ideal de perfección, pero reirse de uno mismo? De nuestro físico o incapacidad? No me vale, disculpa.
Quien se rie ante la muerte de otro semejante, si no es porque los nervios se le disparan, será porque es un estúpido, insensible.
Besitos.
Bambolia -
Odalys, lo mejor es saber reirse de sí mismo. Con esto estoy de acuerdo, pero no me sirve cuando, ante una manifestación en contra de un chiste sobre una patera hundida y la consiguiente muerte de los inmigrantes que en ella iba,
se me diga que mi problema es que no sé reirme de mi misma y por eso no entiendo que hasta de eso es necesario reirse.
Bambolia -
Jesús, no tengo yo muy claro que sea cuestión de despertar o no... Fíjate que desde que escribí la anotación llevo dándole vueltas a este asunto, y por mucho que intento ser flexible y comprender que no todos han de pensar como yo, hay ciertas cosas que no acepto.
Hester Prynne -
Odalys -
De weblogs... como en la vida, uno se encuentra en situaciones donde no encaja hasta que encuentra el lugar donde no se tiene que forzar, donde puede SER y estamos a gusto.
No estoy de acuerdo conque alguien tenga derecho a reirse de otros si es capaz de reirse de sí mismo.
Luis Muiño -
Llevaba un tiempo pensándolo pero me gusta que lo hayas dicho tú...porque tienes más gracia :-)
Anónimo -
saludillos! Me gustó el post
Vero -
saludillos! Me gustó el post
Jesús -
De ese sueño, unos despiertan y otros no. ¿Cuestión de serotonina?.
Bambolia -
Llevaba dos días sin poder entrar en la bitácora, de ahí que ni tan siquiera haya contestado a los otros mensajes anteriores: me daba siempre error.
A lo que iba, que no estoy en casa y no quiero abusar de la conexión: no me ha pasado nada, sólo que de un tiempo a esta parte he visto demasiadas veces esa respuesta -la de "es que no tienes suficiente sentido del humor"- dada a críticas negativas, cuando de lo que se está hablando es de una dudosa recreación cómica de situaciones de malos tratos, o de negros, o de gente que, por lo que sea, las está pasando canutas. Y no me parece bien que se haga leña del árbol caído, porque generalmente, los chascarrillos y chistes fáciles, versan sobre débiles o gente que tiene limitaciones que no dependen de ellos... Me parece injusto que cuando esa manera de reirse se critica, se argumente con lo de "es que uno ha de saber reirse de sí mismo". Pues no, no me gusta. Puede que sea necesario desdramatizar y restarle importancia al día a día, pero no me gusta que se disfrace de humorada lo que es una falta absoluta de respeto hacia los demás.
Está claro que casi todo se puede ver desde el prisma del humor, pero me parece de una crueldad innecesaria insistir en que los que no se ríen ante ciertas salidas de tono -que la mayoría jalean como cuando un aficionado a los toros pide uqe al torero le concedan las dos orejas y el rabo- por considerarlas inapropiadas son unos amargados que carecen de sentido del humor.
Odalys -
Odalys -
Para todo hay tiempo y es tan tonto el que llora por todo como el que por todo ríe. El sentido del humor varía según culturas y niveles de educación; hay chistes populares y otros que sólo se entienden en un grupo determinado pero son iguales de válidos si relajan y lo disfrutan los que lo comparten.
En esto de los weblogs pues de alguna manera hay "casillas"; algunos son más de pensar, otros de pasar un rato y la gente busca el que le acoteje o donde se sienta que encaja en un momento determinado. A lo mejor es como dices, envidia, pero tu sitio me resulta muy grato y tiene de todo y es inteligente. Vamos, que al menos a mí me gusta.
Animo muchacha; lo importante es tener un sello propio. Te ha pasado algo feo?
Besitos.