Vergüenza ajena
No cabe otra frase. Cuando lo vi en televisión me quedé estupefacta.
No cabe otra frase. Cuando lo vi en televisión me quedé estupefacta.
No cabe otra frase. Cuando lo vi en televisión me quedé estupefacta.
Hace ya días que no hablo de política ni de cuestiones que, de una u otra forma, estén alrededor de "ésta, nuestra comunidad" -expresión que junto al "un poquito de por favor", se ha ganado una elevada aceptación popular-. Y es que andaba algo desilusionada por ciertos comportamientos del gobierno socialista que no termino de entender -sé que soy muy ingenua, pero qué le vamos a hacer...-. Pero lo que ocurrió en la manifestación del sábado 22 de enero, en Madrid, convocada por la Asociación de las Victimas del Terrorismo, no se puede dejar de lado, no se puede ni se debe de ignorar.
No me sirve que se diga que fue un hecho aislado y que los exaltados son cuatro energúmenos que se creen que Franco todavía rige nuestros destinos desde el Valle de los Caidos. Y no me sirve porque es mentira: no son cuatro energúmenos; por desgracia, son bastantes más.
Quizás no tenga nada que ver -seguramente será así, es más, hasta puede resultar demagógico-, pero como una funciona por asociación de ideas, lo cuento -por aquello de no quedarme callada-: hace unos días leía en Periodista Digital una noticia en la que se refería el cabreo que había pillado el PP porque en una secuencia de la serie "El comisario", de Telecinco, se veía una pintada en un muro en la que se equiparaba al Partido Popular con los nazis -en concreto, la imagen se correspondía con una esvástica seguida del signo igual (=) PP-. Se quejaban los populares del "descuido" de los responsables del producto televisivo, y decían que no iban a ir más allá de la queja pública, por aquello de no echar leña al fuego -¡qué buenos ellos!!!-.
En la emisión de la serie el viernes pasado, una de las historias investigada por los polis es la de una mujer de más de ochenta años que aparece muerta en su local de negocios. Era republicana y por ello, a finales de los cuarenta, estuvo encarcelada. Parió en la prisión y las funcionarias de turno le dijeron que su hijo había muerto en el parto para que una de ellas se quedase con la criatura. Casi al final del capítulo, los dos policías que siguen el caso, hablando entre ellos, se dicen el uno al otro -más o menos-: "... para que luego digan de lo que pasó en Chile o Argentina...", haciendo una clara referencia a las torturas y desmanes de todo tipo que padecieron los españoles que tuvieron la desgracia de encontrarse en el bando de los perdedores de la Guerra Civil. Cuando lo escuché me quedé un tanto perpleja, porque estos productos televisivos, generalmente, suelen ser más blancos que el blanco de la ropa de los anuncios de Ariel.
La cosa no se quedó ahí. En las últimas escenas, cuando los protas se reúnen en el bar de enfrente de la comisaría -casi siempre acaban así los capítulos- a comentar sus andanzas, los dos polis vuelven a insistir en el asunto de los desmanes franquistas, comparándolos a los más recientes de Chile y Argentina, añadiendo una frase con mucha, pero que mucha tela -hablo de memoria, la cita no es literal-: "... pero ¿qué quieres? si lo más triste de todo es que la mayoría de los hijos de aquéllos -refiriéndose a los políticos de la dictadura- están ahora en la política".
Pensé, por un momento que, en esta ocasión, los guionistas de "El comisario" habían tenido un "descuido" intencionado. Les faltó añadir que por el Norte todavía ruge un dinosaurio que no sabe lo que es ponerse un "cubrecapullos".
Asociación de ideas, sí. No puedo evitarlo. Ni tampoco quiero. Son los mismos perros pero con distintas correas.
No cabe otra frase. Cuando lo vi en televisión me quedé estupefacta.
No cabe otra frase. Cuando lo vi en televisión me quedé estupefacta.
Hace ya días que no hablo de política ni de cuestiones que, de una u otra forma, estén alrededor de "ésta, nuestra comunidad" -expresión que junto al "un poquito de por favor", se ha ganado una elevada aceptación popular-. Y es que andaba algo desilusionada por ciertos comportamientos del gobierno socialista que no termino de entender -sé que soy muy ingenua, pero qué le vamos a hacer...-. Pero lo que ocurrió en la manifestación del sábado 22 de enero, en Madrid, convocada por la Asociación de las Victimas del Terrorismo, no se puede dejar de lado, no se puede ni se debe de ignorar.
No me sirve que se diga que fue un hecho aislado y que los exaltados son cuatro energúmenos que se creen que Franco todavía rige nuestros destinos desde el Valle de los Caidos. Y no me sirve porque es mentira: no son cuatro energúmenos; por desgracia, son bastantes más.
Quizás no tenga nada que ver -seguramente será así, es más, hasta puede resultar demagógico-, pero como una funciona por asociación de ideas, lo cuento -por aquello de no quedarme callada-: hace unos días leía en Periodista Digital una noticia en la que se refería el cabreo que había pillado el PP porque en una secuencia de la serie "El comisario", de Telecinco, se veía una pintada en un muro en la que se equiparaba al Partido Popular con los nazis -en concreto, la imagen se correspondía con una esvástica seguida del signo igual (=) PP-. Se quejaban los populares del "descuido" de los responsables del producto televisivo, y decían que no iban a ir más allá de la queja pública, por aquello de no echar leña al fuego -¡qué buenos ellos!!!-.
En la emisión de la serie el viernes pasado, una de las historias investigada por los polis es la de una mujer de más de ochenta años que aparece muerta en su local de negocios. Era republicana y por ello, a finales de los cuarenta, estuvo encarcelada. Parió en la prisión y las funcionarias de turno le dijeron que su hijo había muerto en el parto para que una de ellas se quedase con la criatura. Casi al final del capítulo, los dos policías que siguen el caso, hablando entre ellos, se dicen el uno al otro -más o menos-: "... para que luego digan de lo que pasó en Chile o Argentina...", haciendo una clara referencia a las torturas y desmanes de todo tipo que padecieron los españoles que tuvieron la desgracia de encontrarse en el bando de los perdedores de la Guerra Civil. Cuando lo escuché me quedé un tanto perpleja, porque estos productos televisivos, generalmente, suelen ser más blancos que el blanco de la ropa de los anuncios de Ariel.
La cosa no se quedó ahí. En las últimas escenas, cuando los protas se reúnen en el bar de enfrente de la comisaría -casi siempre acaban así los capítulos- a comentar sus andanzas, los dos polis vuelven a insistir en el asunto de los desmanes franquistas, comparándolos a los más recientes de Chile y Argentina, añadiendo una frase con mucha, pero que mucha tela -hablo de memoria, la cita no es literal-: "... pero ¿qué quieres? si lo más triste de todo es que la mayoría de los hijos de aquéllos -refiriéndose a los políticos de la dictadura- están ahora en la política".
Pensé, por un momento que, en esta ocasión, los guionistas de "El comisario" habían tenido un "descuido" intencionado. Les faltó añadir que por el Norte todavía ruge un dinosaurio que no sabe lo que es ponerse un "cubrecapullos".
Asociación de ideas, sí. No puedo evitarlo. Ni tampoco quiero. Son los mismos perros pero con distintas correas.
5 comentarios
Eriharta deexamenes -
Bambolía -
Yo de de procurar que me perro no mee en las aceras para que las señoronas super-mega-limpias del mundo mundial no me llamen la atención por ensuciar la calle y yo he de soportar que ellas y todo el atajo de estúpidos retrógrados que festejaron a San Vicente el pasado sábado dejaran la calle llena de basura y de los restos de la traca que hicieron estallar para festejar el evento... y yo soy una guarra y ellas son unas benditas, y las calles no se limpian para que un perro las mee pero sí que se limpian para que unos gloriosos y maravillosos cristianos, amorosos ellos, la llenen de trocitos de papel y de ramitas de arbustos... sé que no tiene nada que ver pero esto ataca mis entendederas hasta puntos insospechados... ¡ojo, que no hablo de que el animal defeque en la calle, no; sino de que mee en las bocas de las alcantarillas!
Me callo... ¿Iglesia? ya les iba a dar yo por saco a los feligreses que son tan buenos...
Er -
Qué me dices del temita de que el barbas rajao no haya salido a comentar nada con respecto a lo de la manifestación.
Y la perla del caribe que tenemos como "ex" haciendo aseveraciones del todo políticas y tirando a diestro y siniestro en la conmemoración de la muerte del Sr, (ahora nomesale su nombre, ay). Y esta mañana en los desayunos TV5 se han excusado diciendo que a este acto al que asistió ANSAR no se permitía la asistencia a líderes políticos que estén actualmente al cargo de sus funciones.
La verdad que desde que esta mañana lo escuché, ando dándole vueltas al cabolo, pensando en esos (superfachas-fashion" que les diría nuestra amiga rusa)echando chispas desde que vuelve a estar el PSOE en el poder, y bueno, la agitación que quieren dar a notar con los últimos hechos, pone a la ciudadanía nerviosa(yo misma lo estoy)o por lo menos, como decían hoy en TV:crispada.
En fin, sigo fiel a mis principios, nunca me guardé de decir -ya alo sabes- en otros foros, que voté a Socialistas; pero es que cada día que pasa se plasma más aquéllo en lo que ya pensé en su día...refiriéndome a la entente de Catalunya y las fuerzas gravitatorias en cuanto al gobierno.
De Bono, supongo que Zapa no encontró a alguién más afín en su "círculo sociata"- a lo que son las plamplinas patriotistas. Es una forma de tener más o menos contento al sector militar, que ya sabemos todos, en fin, lo dejo ya que me lío y las páginas de Excel me esperan.
Bambolia -
Eri, me alegra saber que no fui yo la única que se sorprendió ante parte de los diálogos finales de los protas de "El comisario". Lo cierto es que una no está acostumbrada a que personajes de series televisivos tengan opiniones políticas, o al menos, a que las manifiesten verbalmente, porque quizás de sus actos sí que se desprenden ciertos posicionamientos.
Bono tampoco me cae especialmente bien, la verdad. Tanto patriotismo huele demasiado a ranciedad, y no me gusta. Me gustaría saber qué opina este hombre de las últimas declaraciones del Rouco Varela -así, con artículo, no se merece otra cosa-. Me cuesta aceptar que una persona que defiende posturas progresistas comulgue con ideologías ancladas en el pleistoceno -por decir algo-.
Eri -
Bueno Srta, pues yo tb me quedé perpleja justamente con lo que has señalado: sí Sr hay que posicionarse, qué narices!
*y bueno, repitieron lo de las dictaduras chilenas y argentina un par de veces, pero como dices: lo mejor, la charleta del final en la barra.