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De espaldas

Ambientador matinal

No se puede tener más suerte que la que yo tengo. Cada día estoy más convencida. No sólo por vivir al lado de la Iglesia parroquial y despertar los sábados y domingos a las 8.30 de la mañana escuchando el tranquilizador sonido de las campanas, ¡qué va! La lista es casi infinita: Santa Rita bendice mis sueños desde la casa de enfrente, observándome desde su acrisolada mirada, incrustrada en un mosaico de cerámica elaborado por las manos de un artesano de comienzos del XX; la Casa de la Cultura en la otra acera; la farmacia en la esquina anterior; la carnicería en los bajos de la finca en la que vivo; el enterrador pisándome el cráneo -metafóricamente hablando- dos pisos por encima del mío; la notaría a continuación de la Iglesia; la posibilidad de ver desde mi casa, sin moverme, sin la incomodidad de sentir en el cogote la respiración de miles y miles de fieles, la procesión de la Virgen de la Salud, patrona de mi pueblo para más señas, el día 8 de septiembre; las clases de folclore musical rumano que gratuitamente imparten mis vecinos los del tercero todas las tardes a eso de las cuatro o cuatro y media... Son tantas cosas por las que he de dar gracias a Dios -gracias, Diosito, gracias-, que tener que hacerlo por algo más ya me parece casi vergonzoso. Pero... es lo que hay: unos nacen estrellados y otros, como yo, nacemos con estrella.

¿Qué es lo que ha venido a alegrarme las mañanas y a aumentar hasta un grado superlativo mi reconocida calidad de vida? Algo que, en un principio, puede parecer una memez, pero que si bien se piensa, y pasada la primera impresión, no lo es. Mi vecino el de la puerta 9 -último piso para más señas- se marcha a trabajar -o a lo que sea, que tampoco lo sé- cinco minutos antes que yo -más o menos, que tampoco me pongo a espiarlo por la mirilla, con un reloj en la mano, para cronometrar-. A su paso va dejando una estela de un profundo y prenetante aroma... No, no se trata de la última colonia de Dolce&Gabanna o del ibérico perfume de "Varon Dandy", no. Es algo bastante más intenso: el colega se baja los cinco pisos que hay desde su casa a la calle fumándose un peta de María, para que no se diga que no empieza la mañana acordándose de la madre de Dios y la mujer de José, el carpintero.

Me ha costado contarlo, la verdad. Porque ahora ya sabéis que, en realidad, mis desvarios no se deben a que poseo una mente brillante y prodigiosa, ejemplo patente de cualquier genia que se precie. Mis elucubraciones matutinas son fruto de la inducción, del aletargamiento, de la constatación de que las visicitudes que "padecen" las amigas de la prota de El jardín de la alegría no son meras especulaciones, sino más bien, hechos ciertos en todos sus extremos.

Luego dirán que los conflictos vecinales cada día son más frecuentes... No lo entiendo, de verdad. Será porque no tienen a uno como el mío: un filántropo en toda regla, que nos coloca -al resto de sus vecinos- cada mañana y además gratis. No hay como tener a un buen samaritano viviendo en el último piso, :-D

Lo malo será que, como siempre ocurre con las cosas buenas de la vida, aparecerá algún oscuro y estirado ciudadano, de éstos que se saben como el padrenuestro todos y cada uno de los derechos y obligaciones del estatuto de la Comunidad de Vecinos, para recordarle al desprendido muchacho que en la escalera de la finca sólo se permiten ambientadores con olor a Galán de Noche y Violetas Imperiales... Tiempo al tiempo, :-/

16 comentarios

Uno -

Qué bonitaaa el Jardín de la Alegría, te dan ganas de irte a esa isla perdida en ninguna parte del Atlántico Norte¿? ... ay, con polis así, invernaderos con plantas monstruosas, luces en la noche y cortes de luz inexplicables... ay... Bambo, a las 7:40 am después de desayunar lo que te dará es más hambre, no????? Jejeejeje.

Bambo -

No sabes lo que lo compadezco, Elisa... de verdad de la buena que será cierto que la Iglesia Católica ha perdido muchos fieles y que la gente de a pie pasa bastante de monsergas eclesiásticas y eucaristías diarias, pero aún con todo, como algunos de los actos católicos han pasado a ser ritos sociales, el "Templo de Dios" funciona de manera continuada... Y mira que son pesaicos...

Sinfo, a mí tampoco me disgusta el olor a un peta; lo que ocurre es que a las 7.40 de la mañana -más o menos-, y aunque una haya desayunado bien, el olorcillo, cuando sales de casa, te da de pleno en la nariz´, en plan bofetada aromática, y te quedas un poco atontailla, pero no se me nota mucho. Hoy me ha pasado lo mismo y estos días que estoy con el cuello tocaete y voy a ratos en barco, era lo que me faltaba. Cuando estaba en la puerta de la calle he estado a punto de llamar a una compañera que pasa por allí para irme con ella y no coger el coche. Se me ha pasau en ná, :-D

Ana, es que la planta es muy bonita. Y se hace enorme... Mira el afán jardinero de la prota de "El jardín de la alegría"... jajaja

Ana* -

Una vez me regalaron unos cañamones, los hice germinar, los planté y me salieron tres plantas de marihuana que eran una preciosidad. Creo que incluso era legal (me parece que a partir de cuatro es cuando se considera "plantación" y te pueden empurar).

El caso es que la gente no se creía que las tuviera por afán jardinero. :D

sinfo -

A mí no me disgusta el olor a canuto, menos cuando es en un sitio cerrado. Ahí me mareo.

elisa de cremona -

tengo un amigo en santiago que vive frente frente a una iglesia mormona... y la padece cada día..
ja

Bambo -

Lía, no está mal, no... Pero te los tomo prestados para el vecino de enfrente, que ése fuma tabaco negro y es insoportable... El de los petas me da igual: el olor es fuerte, la verdad; pero no llega a molestar. Hasta hace poco había un inquilino en el tercero que fumaba puros y era insoportable, :-/

Noa, pa mí que no lo sufro en silencio... aquí lo he contado por activa y por pasiva y no insisto más en lo de las campanas por no resultar pesada, pero para mí que se merecerían un buen control con un medidor de decibelios, jajaja, :-D

El Tomate haciendo una función social ¡quién lo iba a decir!

Noaericilla -

Uy las campanas de la iglesia, pobre Bambi! desde que la conozco está sufriendo ese mal en silencio.
Ay que ver la que se está liando con lo de las modelos, ya está bien que sea así, claro. Y es que fíjate tú que el "tomate" está haciendo función social y todo, jiji!
Saludines

Lía -

Tengo un remedio para este tipo de cosas. Si quieres yo te presto a mis niños, que son únicos en abochonarme en situaciones límites, pero que como niños que son, dicen siempre la verdad.

Solo tendrías que salir a la escalera a la par de el. Y sin el mayor problema dirían ¡ Jo, vaya peste! ¿a qué hueleeeeeeeeeeeee? ¿qué es esto? ¿por qué huele todos los días así? ¿es ese señor? ¿es por eso que fuma? ¿Y que fuma? ¿por qué huele tanto? ¿por qué...? ¿por qué...? ¿por qué...?.
O bien madrugaría más o acabaría encendiéndoselo en la calle.

Te lo digo porque tengo un vecino que fuma (o fumaba) puros o farias, y lo hacía hasta en el ascensor. Un día coincidieron con el y no querían entrar en el ascensor. Sin más dijeron, ¿No es este el señor que deja el humo en el ascensor?...Pensé morirme, y el más (creo)...Pero te puedo asegurar, que jamás volvió a fumar en el ascensor.

Lo dicho, te los mando unos diítas y hecho. Aunque te advierto que quizás prefieras seguir aromatizándote cada mañana a aguantarlos.

Suerte, aunque si te soy sincera...yo lo que peor llevaría son las campanas de la Iglesia...y para eso no tengo remedio.

Besos.

Bambo -

¿Verdad, Fili? Toos colocaos, :-D montaríamos una como la de la peli que citaba, que mira que me reí... Alguna vez ya hablé antes de ella aquí, creo que cuando cité "Las chicas del calendario", que es del mismo director.

Cuando vivía su hermano en ese piso -y digo su hermano como podría ser su cuñado, que tampoco lo sé muy bien-, en "el terrao" de la finca tenía una inmensa planta de María y cuando hizo la mudanza se la llevó. Era bonita y enorme. La tenía rodeada de cactus y otras plantas... un jardín en toda regla, jajaja. No he vuelto a subir... un día cotillearé, todo sea que el de ahora tenga otra a través de esquejes.

Fili -

A mí también me gusta el aroma. Este vecino tuyo es un filántropo de pro. Lo bueno sería que fuera pasando el peta entre los vecinos, tal cual se estila en algunos pubs y reuniones de amigos.

Ana* -

Yo diría que... don't feed the troll. Que ni caso, vamos.

Bambo -

Gracias, guapo, :-D

J.A. -

El oscuro y estirado ciudadano del que hablabas ha venido en forma de Inquisidor Mayor del Reino, querida Bambo.

No sé qué sería de nosotros sin personajes de este tipo. Lo que está claro es que estaríamos mas tranquilos, pero de seguro que no nos reiriamos tanto. Una cosa por la otra.


¡Ah! ya tengo lo que buscabas. Hablamos.

Bambo -

:-D

Trabajo para que graciosos como tú estéis entretenidos, ¿te parece poca faena, Stephan? Tengo un amante que me mantiene: se me ha olvidado incluirlo en la lista de agradecimientos de por vida, :-D

No te va a funcionar, Stephan. Suelo ser bastante drástica cuando quiero, aunque no lo parezca.



Ana, esa peli está genial. Me reí mucho viéndola.

Stephan -

ah! pero tú trabajas? pero si te pasas el día en la bitácora!

Ana* -

¡Tengo esa peli! ¡La tengo! La verdad es que a mí me gusta mucho cómo huelen los canutos, jeje. Y ahora entiendo unas cuantas cosas... :P

Tú no te preocupes, que estás muy graciosa.