La bicicleta
Os cuento un poco de qué va: es la historia de una bicicleta que pasa por tres manos distintas. O la historia de tres personas que tienen en común el poseer, en distintos momentos de su vida, la misma bicicleta: la preadolescencia, la juventud y la madurez. Un niño, una veinteañera y una anciana -si es que a Pilar Bardem se le puede llamar anciana-.
Se desarrolla en Valencia, pero no en la Valencia de la Copa de América o de la próxima visita papal, no. Nada que ver con la magnificencia de las ciudades dentro de las ciudades a las que son tan aficionados Rita Barberá y los peperos que gobiernan la Comunidad Autónoma: la parte antigua de la ciudad, en concreto el Barrio del Carmen; el Cabanyal -poblados marítimos-, Pinedo y La Punta -pedanías a orillas del mar-, Campanar... Arrabales, solares, escombros. Paisajes bastante alejados de lo que sale en las guías turísticas.
No me extiendo más porque en la página de Valencia en Bici lo explican muy, pero que muy bien.
No sabría deciros si es una gran película. Ni tan siquiera si es una película del montón: no sería objetiva. Me dejé llevar por ese color desvahido, como de cinta rescatada de un desván, y por el ánimo de los protagonistas, que son, ante todo y por encima de todo, optimistas.
Para Ana y Sinfo: Aurora, la mujer que interpreta Pilar Bardem, colabora en una asociación de vecinos que lucha por conseguir que no se derrumbe parte del Barrio del Cabanyal. ¿Os acordáis? Salen algunos de los lugares que visitamos y hay dos o tres escenas rodadas justo al lado del Parotet -la escultura que hay en la rotonda del Puente de Monteolivete, justito delante del macroescenario papal-.
Una curiosidad: al preestreno acudió Carmen Alborch, la ex-ministra de Cultura y actual diputada en el Parlamento español. Se dice, se comenta, se rumorea, que se va a presentar para alcaldesa de Valencia en las próximas elecciones municipales. Claro está, por el PSOE. Espero que tomase nota de algunos de los puntos fuertes de la película: la deshumanización de las ciudades, en general, y en particular, la barbarie urbanística que se está cometiendo en Valencia -aunque creo que es algo que sabe de sobra, pero bueno...-. También acudieron el director, Sigfrid Monleón, y Pilar Bardem, Bárbara Lennie y Alberto Ferreiro.
Cada vez me da más reparo recomendar películas, pero de todas formas, yo de vosotros, la vería. Arranca alguna que otra sonrisa y la ternura se toca sin llegar a ser empalagosa.
15 comentarios
Bambo -
Sponge, la tengo pendiente. A ver si para cuando vuelva, y ya sabiendo cómo se las gastan las televisiones ocn las programaciones veraniegas, la alquilo. Ya te contaré, :-D
Sponge -
Aber -
sinfo -
sinfo -
Bambo sabe muchísimo de plantas y escucharla hablar es una gozada.
Aber -
Sponge -
La peli parece una de las que yo llamo de "relaciones humanas," que a mí me encantan, por lo de la ternura y eso, pero que mi marido no quiere ni ver, porque le tocan la fibra sensible y le hacen llorar (es que es un blandengue). Y siempre me dice: "¡joer, otra vez me has puesto una peli de estas de madalenear!" En el fondo le gustan, pero no quiere admitirlo.
Bielka -
Y la peli, imposible verla hasta que la pongan en TVE internacional. A mí la Bardem me gusta mucho como actriz y me interesan sus entrevistas. Creo que hace el cine que le ofrecen ( y series, y todo) y, teniendo en cuenta el círculo en el que se mueve es lógico que sus pelis tengan un aire progre que, a veces, puede resultar un poco exagerado por repetir siempre lo mismo.
Bambo -
Las "palmeras con barbas" son más conocidas como "palmeras vestidas", esto es, que no han sido podadas y mantienen las hojas secas unidas al anillo del estípite. No es muy habitual verlas así porque se tiende a podarlas todos los años -aunque el periodo entre poda y poda cada vez es mayor porque parece ser que está primando la lógica-. Hay un sector -en esto de la botánica también existen opiniones y postulados no compartidos por todos- que piensa que la palmera ornamental -otra cosa es que se trate de una de explotación agrícola- no debe ser podada con tanta asiduidad, porque las hojas que se secan y quedan sujetas al estípite -tronco- protegen a la yema apical de posibles heladas o de temperaturas demasiado elevadas. Según me explicaron, la temperatura, en esa zona, existiendo las hojas secas, es inferior o superior, depende de la estación, en unos ocho grados centígrados. Importante, si se tiene en cuenta que no son plantas que soporten bien heladas continuadas o frío intenso.
En cuanto a lo que dice Sinfo de que se caen siempre de noche: desconozco si ocurre con el resto de las especies de palmeras, pero si yo no me confundí, eso fue lo que nos dijo el técnico en poda, cuando hicimos la visita guiada al Palmeral de Elche, con respecto a la Washingtonia filifera.
Por cierto, en casi todas las páginas de internet en las que he consultado, se recomienda la poda de la palmera para evitar que en sus hojas muertas aniden insectos y demás bichos indeseables... pero es que lo de la poda de los árboles merece una entrada aparte: se sigue, en muchos lugares, empleando el método de la poda del árbol frutal, cuando no es lo mismo un árbol frutal que uno ornamental.
En el Botánico de Valencia se pueden ver casi todas las palmeras sin podar, y eso que los mejores podadores han salido de allí; pero sólo lo hacen cuando entienden que es estrictamente necesario, no porque quede "desastrado" ver una palmera con las hojas secas colgando. El aspecto que ofrecen al visitante es como si se tratase de un jardín abandonado, y más de una vez he pensado que más de una persona ha tenido que salir de allí creyendo que los jardineros y demás trabajadores no pegan palo al agua... pero bueno... ¿se nota que me gustan todas estas cosas? :-D
Elisa, estoy contigo en que ciertas películas tienen un aire-tufillo a progresía revenía que tiran para atrás, pero a mí ésta no me lo pareció. Además, la apuesta me parece sumamente interesante, y lo que no deja de ser cierto es que las ciudades, por culpa del abuso del cemento, se están deshumanizando.
elisa de cremona -
un saludo
sinfo -
:-)
Anónimo -
Ana* -
Y luego, Valencia, que ya sabes que me encantó.
Pobrecillo Zas, me lo he imaginado incrustado en las baldosas del baño, con la silueta marcada como en los dibujos animados, jajajja.
Veré la peli y te vendré a contar.
El Parotet. Cómo olvidar el Parotet :P
Bambo -
El barrio del Cabanyal es justito el que está detrás del tranvía, que todos eran casas bajitas. En realidad, parte de lo que ya vimos en el suelo, donde estaba el ficus macrocarpa -el que crece echando brazos al suelo para luego enraizar y así ir extendiéndose- es lo que han derribado para "modernizar" la zona. Donde aparcamos el domingo para comer antes eran casitas como las otras, y son por las que están luchando en la asociación de vecinos de El Cabanyal. En mi apodo dejo el enlace.
Zas acabará estampándose contra la pared en una de esas salidas contrarreloj... toma la curva con tanta velocidad que un día de estos tendré qeu sacarlo de las baldosas del baño porque se habrá empotrado en ellas, jajaja.
Por cierto, el puente -porque es un puente- en el que está parada Pilar Bardem, de espaldas, también formó parte de nuestro recorrido: mi ida de olla al salir del museo fallero, por culpa de no conocer todos los cambios recientes de esa zona... al verlo ayer me sonreí. Me acordé de ese momento y de que pensé que cómo era posible que no supiese cómo moverme por la ciudad en la que vivo y al escuchar lo que se pensaba Baudelaire sobre las ciudades: "La forma de una ciudad cambia más deprisa que el corazón de un mortal no tuve otra que reconocer que es completamente cierto.
sinfo -
Es curioso lo de la memoria. De Valencia, lo que me viene muchas veces a la cabeza son cosas aparentemente sin importancia: el árbol aquél que nos explicaste que crece como los manglares, el tranvía de la Malvarrosa en
medio de la tormenta, las palmeras con barbas, Zas corriendo como loco por el pasillo de tu casa cuando salíamos de paseo... Creo que mi manera de almacenar recuerdos se empieza a aparecer a la de los ancianitos, jaja.
Tiene buena pinta la peli.
:-)