El extraño caso del ladrón de fregonas
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Matilde: A ver... que me aclare yo, Cristóbal, que no tengo la cabeza para muchos líos...
Cristóbal: Si no es ningún lío, mujer; que creo que te lo estoy explicando muy clarito.
Matilde: No, si clarito sí que eres. El problema es que no me creo que puedas llegar a ser tan estúpido. Porque... a ver... tu ponte en mi lugar, que a veces pienso que eres incapaz de hacerlo.
Cristóbal: Sin insultar, guapita, sin insultar... Yo me pongo en tu lugar las veces que haga falta, Mati. Es que parece mentira, que cuando no quieres, no quieres y te cierras en banda.
Matilde: Mira, Cris, no me toques las narices, que ya está bien... tú imagínate cómo me he quedado yo cuando he llegado a casa y he visto, apoyadas en la pared de al lado de la puerta, seis fregonas que no son nuestras. Porque de otra cosa podré dudar, pero desde luego, sé a ciencia cierta cuántas fregonas tengo en mi casa. Entre otras cosas, porque siempre soy yo quién la usa... Y tengo una sola, Cristóbal, una sola. Una no son seis. ¿O sí?
Cristóbal: No, Matilde; una no son seis. ¿Y?
Matilde: ¿Cómo que "y"? ¿A ti te parece normal que te dediques a "perderles" las fregonas a nuestras vecinas? Es que me da igual que esta semana las tengamos de oferta en la tienda, Cristóbal. Me da igual. ¿Desde cuándo se roba a las clientas para que luego vengan a comprarte lo que antes les has quitado? ¿Me lo puedes explicar?
Cristóbal: Mati, que tú no entiendes de los nuevos métodos de venta, que no sabes nada de estas cosas, que lo tuyo son las costuras, que para eso eres pantalonera. Yo sé lo que me hago.
Matilde: Por Dios y la Virgen Santísima, Cristóbal... que por mucho margen de ganancia que tengas en cada fregona que vendas, es imposible que te salga rentable... ¡que no tenemos tantas vecinas, hombre! ¿Es que no te das cuenta?
Cristóbal: Esto no es cuestión de ganancias, sino de estrategia comercial. Llevo vendidas 12 fregonas y si sigo así, de aquí al sábado por la tarde llegaré a las 50, que es el mínimo que me exije el comercial.
Matilde: ¿Que el comercial te ha puesto un mínimo? ¿Para qué, para que las siguientes 100 unidades te cuesten 10 céntimos más baratas? Es que no lo comprendo, de verdad... que no tiene ninguna razón de ser...
Cristóbal: No, Mati, no; que es mucho mejor que todo eso... si en una semana soy capaz de vender 50 fregonas, los de Chof-chof me regalan un mp3 de 2 GB.
Matilde: No me lo puedo creer... vamos a ver... ¿qué has sido capaz de entrar en los patios de nuestros vecinos para robarles las fregonas sólo porque te pueden regalar un mp3?
Cristóbal: Pues sí ¿qué pasa? ¿qué no te parece bien? yo no veo dónde está el problema.
Matilde: Problema no, problemas. ¿Pero que tú no sabes que para pasar música al cacharro ese necesitas un ordenador?
Cristóbal: Sí.
Matilde: ¿Cómo que "sí"? Que nosotros no tenemos ordenador, Cristóbal...
Cristóbal: Pues lo compramos, ya ves tú... menuda tontería... Mujer, a veces tienes unas cosas que... tela, tela, tela... para una vez que nos regalan algo, como para dejarlo pasar...
4 comentarios
Bambo -
La tuya es nuevecita y es normal que tengas ciertos desvelos al respecto ¿no? :-D
Sponge -
Bambo -
Sponge -