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De espaldas

La mujer rota



Este verano he releido el único libro de Simone de Beauvoir que tengo: La mujer rota. No poseo el hábito de retomar lecturas ya realizadas -tanto es así, que no recuerdo haberlo hecho con anterioridad con ningún libro-, pero esta ocasión era especial: me parecía importante averiguar qué tenía de singular esta recopilación de tres cuentos, en concreto "La edad de la discreción", "Monólogo" y "La mujer rota", que la hacía y hace tan especial para alguna de mis mejores amigas. Y es que cuando cayó en mis manos por primera vez ni me impresionó ni me disgustó. No puedo afirmarlo con seguridad, pero seguramente "La mujer rota" pasó por mi cabeza como una lectura no elegida a conciencia, sino, más bien, como un libro cogido al azar de una de las estanterías de casa de mis padres.

En esta ocasión ha sido bien distinto. Me ha dejado huella, si sirve decirlo de esta forma. Quizás, sólo quizás, porque he bebido de esas tres historias mientras en el día a día, este verano, vivía otras similares o parecidas: he convivido casi a todas horas con parejas, más o menos de mi edad, la mayoría con hijos, y éstas han sido el mejor ejemplo para entender una serie de comportamientos que apuntan hacia los arquetipos más comunes, por lo tópicos y repetitivos que acaban siendo.

La noche en la que lo terminé casi no pude dormir: no paraba de darle vueltas a la última historia -la que da título a la novela-, porque me parecía tan extremado, tan indigno, tan cruel el comportamiento del co-potragonista, que al final llegué a la conclusión de que era una situación narrada con la mayor de las subjetividades, esto es, la de la mujer herida y abandonada en la madurez de su vida y sustituida por otra más, aparentemente, dinámica e interesante.

El segundo cuento -si es que se le puede llamar así- es un monólogo carente de comas, aunque existen subordinadas a porrillo. Cuesta meterse en él, pero una vez se acierta con el ritmo, es fácil acoplarse a su lectura -y es que pensamos sin pausas, al menos, las pausas mentales son distintas a las de la escritura-. Me dejó un sabor agridulce: por una parte me sentí muy identificada, y por otra, la histeria y la rabia de la mujer recluida en su casa una noche de final de año me asustó sobremanera. Ese enfado con el mundo es peligrosísimo, pero por otra parte ¿cómo sacar la rabia?. El resumen perfecto de lo contado lo hace la propia Simone de Beauvoir al encabezar la narración con una frase de Flaubert que dice "Ella se venga por el diálogo".

"La edad de la discreción" muestra a una mujer que se da cuenta, casi acabando la historia, de que su vida, que estaba demasiado bien organizada y demasiado bien estructurada como ama de casa que antes fue una mujer comprometida con su tiempo -en verdad, sigue siéndolo, pero de otra forma-, no era tan estable ni tan firme como creía y que las ideas de los otros también son importantes: darse tanto a los demás y ser dependiente no es nada aconsejable, al menos, si este afán filantrópico es desmesurado.

He estado buscando, a través de Google, información sobre este libro, y curiosamente, salvo meciones en catálogos y demás, no he conseguido leer una sola crítica y me ha sorprendido la escasez de datos sobre el asunto. Tres ejemplos de mis búsquedas fallidas:

1.- "La mujer rota" Simone Beauvoir opinión: 72 resultados.

2.- "La mujer rota" Simone Beauvoir crítica: 23 resultados.

3.- "La mujer rota" Simone Beauvoir feminismo: 21 resultados.

Copio el contenido de lo que puede leerse, escrito por Laura Freixas, en una de las dos solapas de la sobrecubierta de la edición del Círculo de Lectores, sobre "La mujer rota":

"El feminismo de Simone de Beauvoir tal como se plantea en "La mujer rota" coincide de forma sustancial con el contenido de un ensayo que marcó la década de los sesenta: nos referimos a "La mística de la feminidad", de la norteamericana Betty Friedan. Para Friedan, la reclusión en el hogar equivale para la mujer a un "confortable campo de concentración "; a través de su obra y de la fundación del movimiento NOW (National Organization of Women), la autora intenta "desmitificar" la familia, la maternidad, el trabajo doméstico, y obtener para las mujeres la igualdad profesional, jurídica y política. Es la culminación de la primera etapa del feminismo: el feminismo de la igualdad.
Tras la publicación de "La mujer rota", el movimiento feminista tomó otro rumbo, o mejor dicho, otros rumbos: entramos en el feminismo de la diferencia, que no pretende, como se había hecho hasta entonces -desde Wollstonecraft y las sufragistas hasta Betty Friedan-, borrar en lo posible las diferencias entre los sexos, sino analizarlas mejor o, en lagunos casos, reivindicarlas como una superioridad, natural o histórica, de las mujeres sobre los hombres".

24 comentarios

Bambo -

Ésa no la he leido, Fernando. La tendré en cuenta, :-D

No es malo ser feminista, que conste: tener la percepción de que a un sector de la población se le está negando unos derechos y se le está infravalorando por el mero hecho de pertenecer a un determinado sexo, no es malo. Es tomar conciencia de un problema, nada más.

¡Feliz Año 2006!

Fernando -

claro! y cuando además lo que se rompió trae consigo la destrucción de toooodo tu proyecto de vida...en pocas palabras: mi trabajo y éxitos no valieron nada..y ya no puedo hacer nada al respecto (en especial para una mujer a fines de sus cuarenta en los años 60....) acabo de leer "Las Amantes" de Elfriede Jelinek...vamos sumando amarguras...me estaré convirtiendo en feminista???
Mil besos, Feliz Navidad y que el próximo año sea lo máximo para todos, pero no tan máximo como serán el 2007 y los que vengan.....

Bambo -

Hola Fernando,:-D

Para mí que sí, que debió mandarlo todo al carajo; pero ella aguanta carros y carretas pensando que a su marido se le pasará la fiebre amorosa y volverá con ella por los años que llevan compartidos. Es muy difícil aceptar que algo se ha roto, sobre todo, cuando pretendes echar mano de cosas que te sustenten en el desequilibrio que esto produce y nada te sirve.

Fernando -

Acabo de leer el libro. Anoche terminé la tercera historia y me dejó mal, soy hombre y créeme que el coprotaginista (antagonista?) me produjo repulsión. Estaba en tu misma búsqueda de críticas y llegué a tu blog.
Debió Monique terminar todo en un comienzo???

Bambolia -

Jajaja, pues entonces no serás el del culo de mal asiento, serás el del un culo pegau a una silla, :-P

Oz VeLaLuz -

Tienes razón, me has convencido. Me voy a sentar aquí a esperar que pongas tu propia foto desnuda. Todo lo demás... palabrería.

Gru -

Lo de los embarazos externos para conseguir la igualdad (cosa muy molona por lo moderna y psicodélica y eso)me suena a decir que cuando se descubra un tinte mágico que convierta en blancos a los negros se acabará el racismo.

No se trata de ser todos "blancos" y de ojos azules, se trata de que no se discrimine por ser de colores diferentes.

Esos comportamientos que apuntas de ciertas mujeres con respecto a sus maridos me parecen igualmente criticables que los comportamientos de ridiculización de los maridos respecto a sus mujeres, Uno. De hecho, en este blog, Bambi ha criticado muchas veces esas actitudes.

Y yo también tengo miopía y eso, Kiri.

Bambolia -

¡Ay, Oz! ¿Qué voy a hacer contigo? ¡Será posible! ¿Qué tendrá que ver la hermosura de un cuerpo, manifestada de forma artística, con el feminismo? Es una mujer porque yo soy mujer. Imagino que si fuese hombre, buscaría fotos de varones de espaldas, y poco más. No me seas chinche, que esta mañana le he colgado el titulillo de La Tacañona a Manolita la Fantástica y podría continuar contigo... ¿Qué tal Culo de mal asiento?.

Kiri, para mí que lo de parir viene de la idea -nefasta, por otra parte- de que perseguimos la igualdad entre los sexos, sin más, y claro, así es más que evidente que no somos iguales. El día que quede claro, clarito, que no luchamos por la igualdad -en cuanto a homogeneidad- en las características fisiológicas entre los sexos, sino por la igualdad en los derechos, entonces se habrá dado un paso de gigante.

Gracias, Blue, a mí también me gusta mucho.

la blue -

geme, ta wapa la nueva foto de portada

;)

Kiri -

Pues llevo yo un par de días pensando a todo pensar y no. No termino de ver la relación de lo de parir con la no discriminación por razón de sexo.
En fin, yo también veo a muchos señores ridiculizar a sus mujeres cuando éstas llevan a cabo tareas "masculinas".
Ridiculizar está feo para todo el mundo.
Tampoco le veo la relación con la no discriminación por razón de sexo.
Será la miopía.

Oz escandalizado -

Estimada amiga: me permito llamar su atención por el cambio de la foto enseña de su blog. Primero nos puso usted una mujer desnuda sobre un suelo de madera... algo muy feo. Luego unos pies andantes, esa sí era digna. Y ahora nos castiga con esa muestra impúdica de un cuerpo femenino desnudo ¿no le da a usted vergüenza? Piense que este blog puede leerlo alguna niña que entre a informarse sobre sus graves opiniones acerca del feminismo. Y qué contrasentido... una feminista usando como reclamo la foto de una mujer desnuda, como los anuncios de Interviu. De seguir así tendré que decirle a mi señora que evite frecuentar este antro de procacidad. Atentamente,

Bambolia -

No te digo que no, es evidente que ocurre, pero sin caer en hacer un porcentaje a ojo, estoy convencida de que no son la mayoría ni mucho menos... En todo caso, es el hombre el que ha de plantarle cara a una mujer que hace eso. Me refiero a que su pasividad no es buena, al igual que no lo era la de la mujer y por eso se rebeló: que el hombre en esa situación no se calle -amén de que si yo veo algo así, procuraré "poner en evidencia" a la susodicha-. Dicen que no se nace aprendido y existe una tendencia en psicología llamada conductivista que vendría al pelo a este tipo de cosas, a parte de que esto del machismo-hembrismo no es sólo cosa de costumbres sino de ideas tan sumamente asimiladas como únicas y verdaderas que habría que afrontar el problema con alguna opción más como respaldo, pero bueno...

Que sí, sería masculinista, pero ¡ojo!, de la misma forma que el feminismo surgió como una respuesta a una situación de absoluto sometimiento de la mujer por parte del hombre, el masculinismo, como movimiento social para reivindicar unos derechos que no se disfutan y que les son inherentes por el mero hecho de ser personas, sería algo más difícil de entender, ya que a los hombres, por razón de sexo, hay pocos derechos que se les nieguen o que se les impida, socialmente, ejercer. En todo caso, sería el ejemplo de la mujer castradora y el hombre consentidor.

Uno -

:-)
Entonces si es machista-hembrista... de feminista sería masculinista... ¿no?
¿Y qué demonios es un masculinista? :-)
Si, yo tengo un libro con fecha de lectura dentro de cuatro años (ya han pasado seis desde que lo leí), me puse diez años para volverlo a leer a ver qué opinaba o cómo lo encajaba con diez años más... y ahí estoy, esperando.
Sobre los comportamientos... pues... verás, también he conocido mujeres que hacen "escarnio" público del marido-padre, del tipo "sí, sí, éste quiere levantarse para darle el biberón, pero es tan torpe que mejor me levanto yo"...o... "no dejo que vista al niño porque le pone las camisetas que parece un espantajáros"....o..."tú qué sabes -fulanito- que quién la ha tenido nueve meses dentro soy yo y la conozco..."
¿Sigo?
:-)

Bambolia -

En el mes de agosto he tenido un par de broncas importantes por estas cosas, y la verdad, no llegaba a entender cómo era posible que ni las propias mujeres afectadas me apoyasen. Sé que "amargué" la fiesta durante un rato, pero lo cierto es que no me arrepiento y lo volvería a hacer ahora mismo. Estaba indignada, sobre todo, porque es gente a la que aprecio. Me repatea que se les llene la boca diciendo que no hay que menospreciar a un gitano por ser gitano y sean capaces luego de estar sentados a una mesa, después de comer, sin mover un sólo músculo, mientras sus mujeres van de cráneo retirando los enseres y atendiendo a sus hijos a la vez. Y eso lo hacen por el mero hecho de que son mujeres, que si fueran todos hombres los comensales, estoy convencida que todos se levantarían de buen rollito a quitar la mesa. Y se me vuelve a ir el santo al cielo...

En cuanto a los malos tratos: siempre han existido y no creo que los medios de información los estén magnificando, eso sí, sabemos más de ellos -gracias, gracias, gracias por esa información pública- en la actualidad y la permisividad cada vez es menor. Hace 15 años un hombre no se avergonzaba de darle alguna cachetada a su mujer ,ya ves -ojo, que sé que hay mujeres que lo hacen y me parece tan lamentable como lo otro-.

A mí eso de los embarazos externos me da algo de yu-yu, la verdad. Y no creo que sea el camino para conseguir la igualdad jurídica ni nada parecido, pero bueno...

Bambolia -

Y era a eso a la que me refería cuando hablaba de respetar o de tolerar cosas que no sé por qué se han de callar en aras a una buena ¿convivencia?, y es que eso me suena demasiado a esconder la cabeza entre la arena, y una llega a cansarse de ser tan permisiva y una tipa que va de buen rollito...

Bambolia -

Gru, ayer nos cruzamos y no te contesté a tu segunda respuesta, :-( Es que tengo un virus en el ordenata de casa y no hay manera de identificarlo, con lo que después de mandar el mensaje, ya no pude escribir: no me dejaba. Desconecté internet por precaución, que no me fio un pelo.

Uno, hay que seguir dando la paliza, estoy convencida, y eso se enlaza con lo de la tolerancia relativa con el comportamiento machista-hembrista de la gente que nos es más cercana: yo no tengo el porqué soportar o seguirle el juego a un marido irrespetuoso, cuando estoy reunida con ese hombre y más gente y veo cómo se ríe en la cara de su mujer cuando ésta planteando que él se levante por la noche a darle los biberones a su hijo... -es sólo un ejemplo-.

Y se me ha ido el santo al cielo...

Cuando escribí la entrada quería, sobre todo, expresar mi impresión cuando leí el libro, porque una misma historia, según en qué época de tu vida te sea contada, puede resbalarte o puede hacerte un clic importante, y también, porque tuve la sensación de que estaba acudiendo a las clases teóricas mientras bebía de las narraciones y luego a las clases prácticas cuando estaba conviviendo con gente que conozco desde la infancia y a la que no había "descubierto" en ese tipo de comportamientos tan sumamente esclavistas.

Uno -

Gru, las mujeres deben ganar exactamente los mismo que un hombre en el mismo puesto de trabajo, eso es una cosa que nunca he entendido, quiero decir, por qué no ha ardido ya el Parlamento. Porque es demasiado obvio. Tiene que ver con el lío legal-laboral de los permisos por maternidad, lactancia, etc... cosa que me parece una estupidez porque una mujer pare cuanto mucho -hoy en día- dos hijos, tres como mucho y es demasiado poco tiempo en un plazo de 10 años de trabajo constante, pero la ley aún está así y a las empresas no les interesa contratar mujeres que se queden embarazadas, porque (todo es cuestión de dinero, ojo) nadie quiere pagar esos costes, ni el estado ni la empresa, a eso me refería. Y con respecto a los malos tratos, yo creo, insisto yo creo, que es un problema de la amplificación de los medios de comunicación, son casos muy aislados de hombres tarados y cobardes, apresados en una espiral de macho dominante. Pero planteate, que hay personas -no hace falta que sean maltratadores- que sólo saben responder con agresión ante situaciones en las que no ven salida (y no los excuso, ojo).
No creo que la solución sea castrar a los machos agresivos, (o a lo mejor sí) pero o las mujeres aprenden kárate o no hay legislación en el mundo que quite ni eso ni a los violadores, sólo una cosa podría funcionar (CREO YO, ojo) la educación social, familiar, y personal en otra forma de relacionarse. No, no estoy proecupado por que alguien intente cortarme -lo que sea- con una tijeras de podar... y si lo hace (él o ella) lo denunciaré al segundo siguiente. El problema es que la Ley contempla la familia como un caso aparte, y no como una agresión cualquiera.
Bambolia,
sé que no lo conoceremos, pero creo que las reproducciones "externas" a la mujer serán un hecho en el futuro, y creo que eso será una verdadera revolución social increíblemente positiva para todos... por supuesto, que no es más que fantasía (o es especulación anticipativa?), y que ahora hay que solucionar otras cosas... pero yo ya no sé cómo ayudar más al cambio... habría que contárselo a los legisladores, no? Yo ya no sé más... en serio.
Tampoco creo que el modelo familiar padre-madre se vaya a mantener demasiado tiempo, eso CREO yo... y eso sí que creo que lo conoceré con 80 años o así...
Gru,
es un modelo nuclear que ha servido durante al menos 4.000 años, pero ahora no es tan necesario (CREO yo) hay otras formas de educar y formar a nuestros futuros adultos...
Sí, claro, que una mujer es mucho más aparte de ser madre, pero díselo a la sociedad, que yo ya estoy aburrido de dar la paliza...
Por supuesto, tdo este rollo no es más que la opinión de "uno" más, sólo eso.
:-)

Gru -

Efectivamente, tal como apunta Bambi, se trata de centrarse en cosas factibles, no en utopías de ningún tipo.

El hecho de que los hombres, por ejemplo, compartan el cuidado de los hijos, es beneficioso para los niños, para los hombres y para las mujeres: Los niños reciben más atención por parte de la figura paterna (tantas veces ausente), los hombres acceden a una relación de ternura con sus hijos muy positiva y las mujeres no se sienten "esclavas" de un hogar, o meras madres, sin ser otra cosa más que eso. Porque una mujer, aparte de ser madre, es también muchas otras cosas.

Bambolia -

Lo cierto, Uno, es que es algo complicado, y por eso, a raíz de lo expuesto por Gru he insistido en concretar el interés a los logros en campos cercanos o próximos en los que una mujer se puede desenvolver. Está claro que luego hay que conciliar el aspecto público con el el privado, y en el privado está el deseo y el derecho a ser madres, pero eso es sencillo si se quiere: la mujer pare porque hay un hombre que la engendra -dejando de lado los métodos artificiales de reproducción-, sino, dificilmente se da un parto. Con lo que, si se trata de equilibrar las "fuerzas", es algo que se hace entre dos, y a partir de ahí, se trata de hacer concesiones por ambas partes.12
JFDSA

Gru -

Tranquilos, criaturas, que no usaremos las tijeras de podar alibustres. Si hubiera dos castraciones semanales a manos de mujeres (como las casi dos muertes semanales de mujeres a manos de hombres) tendríais razón para estar preocupados, pero no me consta.

Gru -

Sí, Bambi, es cierto que, por dignidad personal, hay cosas que no se deben tolerar. Parece que hubiera que tolerarlo todo porque hay que ser tolerante y eso. Una trampa, lo de la tolerancia total.

Uno, ¿qué tiene que ver que una mujer pueda parir con el hecho de que, a igual trabajo dessempeñado, gane un 20% menos? Por poner un ejemplo. ¿Y qué tiene que ver que una mujer pueda parir con el hecho de que cada semana mueran una o dos a causa de los malos tratos infringidos por hombres que no entienden el concepto de "la no propiedad sobre las personas"? Es por poner un par de ejemplos sólo.

La mujer ha parido siempre y curiosamente, hasta bien avanzado el siglo XX no podía disponer de las propiedades que le correspondían en herencia. Su marido o un hermano debían hacerse cargo de ellas. Afortunadamente, gracias a que se luchó bastante en su día, las cosas pudieron cambiar en ese y otros aspectos, pero quedan cosas en las que se podría mejorar y mucho.

Lo curioso es que cada vez que una mujer empieza a hablar de la igualdad, y da igual que sea en términos conciliadores para el hombre y la mujer (la igualdad también beneficia al hombre, porque puede tener a su lado a una persona capaz, y no a un ser dependiente) aparece el miedo de la castración por ahí, como si la igualdad que se busca (la biológica no, es imposible, y lo sabes muy bien, Uno) significase que se quiera convertir a los hombres en eunucos.

Uno -

Hola, ya he leido en el post de la Alfalfa que estabas de vuelta, algunos de nosotros también... bienvenida! :-)
Con respecto al post... estoy de acuerdo en todo, excepto en una cosa, en cómo integramos las diferencias fisiológicas con la igualdad legal, económica, social, etc... Me refiero a que quien pare es la mujer... y esto conlleva una serie de actitudes sociales, legales, etc. difíciles de vencer, creo yo. Todo sería diferente si tanto hombres como mujeres pudieramos parir. A partir de ahí se podría montar una sociedad absolutamente bonita. Creo yo.

Bambolia -

Completamente de acuerdo: es imposible modificar las cosas de un día para otro y eso conlleva que, por intentar cambiarlo todo de golpe, se nos quede la casa sin barrer, como se suele decir. Con lo que es preferible que, al menos, reestructuremos la parte que nos toca, y después, si se puede, el resto.

Lo que es inevitable -al menos a mí me pasa- es que ciertos comportamientos "chirrien" cuando se ven desde fuera, y no termino de tener claro hasta qué punto eso es criticable a no. Es que al paso que va la burra, y por aquello de usar el comodín-felpudo del respeto, vamos a consentir casi todo con tal de tolerar porque sí. Y hay cosas que yo no respeto y personas a las que no tolero, o personas a las que no respeto y cosas que no tolero, por presentarlo de las dos formas.

Tú lo has dicho, Gru: la persistencia es la clave. Y qué jodidamente mal te sientes cuando ante la defensa de unos derechos legítimos, te dicen que eres una plasta de mucho cuidado... :-/

Gru -

Son temas que siguen estando vigentes porque aún estamos lejos de llegar a un deseable equilibrio que mejore las relaciones entre hombres y mujeres y la percepción que la mujer tiene de si misma y su vida.

Es como una etapa adolescente, la de ahora (y lo digo metafóricamente, claro) Queda mucho aún para madurar los nuevos equilibrios sociales que tendrán que producirse y que están costando tanto (y tantas vidas).

Mientras tanto, creo que en lo concerniente a las relaciones entre ambos sexos, lo más adecuado es, en cada caso, llegar a acuerdos puntuales que beneficien a ambas partes. Y para eso el diálogo es fundamental.

Es muy difícil, por no decir imposible, librarse de todo el lastre de educación machista, tanto para el hombre como para la mujer. Por eso creo mejor trabajar puntualmente en algunos aspectos, poco a poco, pero eso sí, con persistencia, sin pretender que todo cambie de la noche a la mañana.