Lilith nunca estuvo sola
Esta tarde, mientras leía la última anotación de Aspi -con todo el título, la Papisa Sinforosa Aspasia de todas las Kiritabis... por cierto, vamos a tener que hacernos mirar esta costumbre de "achicar" todos los apodos, :-D - me ha venido a la cabeza el libro que llevo estos días entre manos. Se titula "Lilith nunca estuvo sola"* y está escrito por Clara Giner. Es una recopilación de testimonios de mujeres que viven un poco al margen del papel de "esposa de", "madre de" o "pareja de": solas, sin una relación amorosa -al menos estable y mantenida bajo el mismo techo- que les sustente le vida, como puntal primordial de su existencia. No es un libro que pueda significar un antes y un después en esto de las relaciones humanas y el prisma desde el que cada una de nosotras -y nosotros- mira su propio mundo, pero sí que sirve para reconocerse en algunas situaciones, para verse reflejada en ciertos comportamientos: suficiente para no sentirse como una aguja en un pajar y bastante si partimos de la base de que el alejarse del papel de esposa y madre amantísima comienza a ser habitual, pero sigue teniendo una enorme lista de prejuicios colgada de un metafórico brazo, como, sin ir más lejos, el de colocarte el sambenito de la solterona triste y amargada que no ha sabido granjearse el cariño de un hombre de bien -ja-.
Traigo hasta aquí la introducción porque cuando la leí me sentí muy identificada con lo de Bridget Jones -qué poco me gustó ese libro... y qué pronto dejé de opinar respecto a él por sentirme un bicho raro- y en en este enlace el contenido del prólogo, de Eugenia Rico. Es largo -de ahí que no lo incluya directamente-, pero es una reflexión muy interesante.
INTRODUCCIÓNHUYENDO DE BRIDGET JONES Y REENCONTRÁNDOME CONMIGO MISMA
Debo reconocer que fui una de esas pocas personas a las que no les gustó El diario de Bridget Jones. No sé si fui la única, pero desde luego no me sentí identificada con esa manera de vivir propia de una mujer de treinta y tantos, siempre pendiente de los demás y absorta en sí misma. Mi obsesión no consiste en adelgazar, dejar de fumar o conseguir un novio a toda costa y puedo aseguraros que hay muchísimas otras mujeres que piensan de igual modo, ya sean solteras, casadas o juntadas.
Es por eso quizá que me rebelé contra ese obvio estereotipo de solterona dubitativa a la espera de su príncipe azul, esa eterna jovencita con mil y una neuras acrecentadas a base de tabaco y alcohol. Una mujer que tal y como la pintan necesita para sentirse segura un hombre revoloteando a su alrededor.
Considero que es un tópico que actualmente está fuera de lugar. Siempre me he negado a ser considerada en función de alguien. No necesito un hombre para reafirmarme. Soy Lilith, me siento Lilith, como muchas otras mujeres que han optado, que hemos optado por decir no a un modo de vida todavía convencional. Simplemente, vivo como un ser humano más y como tal, ya me considero completa y capaz de ser feliz por mí misma, sin necesidad de una pareja, tan sólo con mi esfuerzo y con el amor de la gente que tengo a mi lado. El amor viene y va, y la soledad no siempre es mala consejera.
Cada día crece más el número de solteras en nuestra sociedad, mujeres que hemos elegido esta opción porque sí, porque nuestra prioridad somos nosotras mismas, porque nos gusta nuestra independencia y no sentimos la necesidad de compartir nuestra vida con nadie más, al menos bajo el mismo techo. Estamos a gusto solas, y el estar y vivir solas no significa renunciar a nada.
*Si pulsáis sobre imagen de la portada del libro, podréis verla ampliada: la fotografía me gusta mucho. El rostro de la mujer es la serenidad personificada, o al menos, eso me transmite a mí. La autora es Marina Vilanova.