Tan pura y limpia
Ayer recordé, al hilo de un par de comentarios que hicimos -uno de Bielka y otro mío- en la anotación anterior sobre la consentida y aceptada socialmente pertenencia de la mujer al hombre, una novela que leí hace un año, titulada El vagón de las mujeres, de Anita Nair.
Esta mañana he buscado el libro para echarle un vistazo: me gusta, de cuando en cuando, ver qué palabras o qué párrafos dejé señalados en el momento de su lectura porque, de una u otra forma, me causaron impresión. Creo que las frases que copio a continuación reflejan con exactitud la idea de posesión que, por desgracia, algunos hombres tienen formada con respecto a "sus" mujeres:
"Una semana más tarde, cerca de la medianoche, Ebe me despertó con sus movimientos.
-¿Qué haces?-le pregunté medio dormida.
-Nada. Sólo quería tocarte-en su voz había un tono extraño.
Sus dedos acariciaban y hurgaban.
-¡Mi niña pequeña!-repetía melosa su voz-. Mi querida chiquilla.
Me dio miedo. ¿Qué le pasaba a Ebe?
-Ebe, Ebe-susurré incapaz de disimular el pánico.
-Me encanta que me llames Ebe, Ebe, como acabas de hacer. Como una niña pequeña. Me gustas así -murmuró Ebe-. Tan pura y limpia. Mi pequeño tesoro. Mi niña adorada. Sin grandes pechos bamboleantes ni un horrible bosque peludo de mujer. No quiero que cambies nunca. Quiero que sigas así toda la vida.
¿Cuál era mi lugar en todo aquello? Margaret Shanthi, la mujer. A los ojos de Ebe, ¿había dejado de existir? Una niña a la que podía mandar y moldear, con la que hacer el amor y divertirse. Era como si negara todo lo que había en mí de adulto y de femenino... ¿Qué sería de nosotros cuando cambiara? Cuando dejara de ser la niña de Ebe con el pelo corto, pechos en flor, vulva desnuda y tobillos finos... Un sollozo me ahogó en la oscuridad."
Soledad. Pero como opción. No como obligación, no como imposición. De eso habla esta novela: independencia y desprendimiento. Territorios y espacios ganados. Preceptos morales dejados en el olvido, después de haber convivido con ellos toda una vida. Encaja a la perfección con lo de "mujer y sola en la vida". Sin angustias. Como venimos y nos vamos.
6 comentarios
Bambo -
Me comí el determinante.
Bambolia -
¿Hasta que punto esa manipulación por parte del otro es responsabilidad del que consiente? El miedo, como habéis dicho, es uno de los principales motivos por los que se va dejando pasar el "hasta aquí hemos llegado". Máxime si vives en una sociedad altamente machista, como es la India.
Recuerdo que cuando leí la novela tuve, muchas veces, un fuerte sentimiento de impotencia, pensando "madre mía... qué duro ha de ser aguantar una situación así".
Sponge -
Bielka -
Bambolia -
Bielka -