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De espaldas

Valores cívicos

Sé que va a parecer una perogrullada del veinte, lo sé. Pero aún con todo, a estas horas -me quedan alrededor de treinta minutos para irme de aquí-, una ya tiene las neuronas un tanto desequilibradas -es lo que tiene el trabajar rodeaeda de tecnócratas y políticos- y tiendo a magnificar las menudencias.

Acabo de abrir el correo ordinario -sí, de ése que cada vez es menos abultado y casi siempre se reduce a publicidad y más publicidad-. Es una de mis tediosas labores de oficinista. De cuando en cuando, me encuentro con cosas curiosas, y hoy ha sido una de esas ocasiones: una carta dirigida a mi jefe, enviada por otro departamento de esta Santa Casa -una administración local para más señas- y en la que se incluía información de unas jornadas sobre la Unión Europea, a celebrar próximamente, y dos o tres trípticos publicitarios relativos a ayudas y esas cosillas tan útiles -léase con mucho retintín- que a todo el mundo nos viene bien saber o recordar -como por ejemplo que "Europa eres tú"-. Por descontado, nada nuevo bajo el sol... pero, entonces ¿dónde está la gracia del asunto? En el nombre de la delegación municipal desde donde se han remitido los impresos:

"Delegación de Valores Cívicos y ..."

Juro por Mafalda que desconocía que, en esta Corporación, existiese una concejalía que se dedicase a tales menesteres. Como es de imaginar, la única manera de paliar tamaña metedura de pata -¡qué menos que conocer los cargos y el nombre de los titulares a los que una debe de dirigir sus loas matutinas cada mañana al pisar este bendito suelo!- ha sido buscando información sobre el ámbito de actuación y competencias de la citada delegación. Y juro, otra vez por Mafalda, que no he encontrado nada al respecto en los documentos de uso público que he podido consultar, salvo que es de reciente creación -en el 2004-. O sea que, a estas alturas de la película, me voy a ir a casa con una duda existencial de tres pares de narices, y encima, hasta mañana no voy a poder saber en qué consiste ser el máximo* responsable municipal en el asunto de los valores cívicos -¿de quién, de los ciudadanos o de los propios políticos?-.

Me fastidia, la verdad. Porque con un nombre tan rimbombante y trascendental, tengo la impresión de que me estoy perdiendo algo soberanamente grandioso -la abundancia de adjetivos se debe al defectuoso funcionamiento de mi estilo literario-.

*¡Ojo! que cuando hablo de máximo responsable hablo siempre partiendo de la base de que el alcalde está por encima de esa jerarquía, pero como éste delega... pues eso.

2 comentarios

Bambolia -

A mí me suena a hiper-mega-políticamente correcto... lo raro es que no lo hayan llamado "De los valores cívicos y el talante".

Me supera, de verdad. Por cierto, sigo sin averiguar en qué consisten las labores de este departamento. Anoche, pensando en esta historia, repasé mentalmente las competencias atribuidas a una entidad local territorial, y lo cierto es que la preocupación gubernamental por lo buenos-buenísimos que deben de ser sus ciudadanos no entra dentro de las contempladas (más retintín).

Gru -

Uy, eso suena a rincón donde meten a los enchufados que no dan ni golpe y cobran. Muy buen rollito y tal. Uf!!!!