- Sin tinta -El límite siempre está por llegar.
Una margarita muere cuando es arrancada de la planta.
La deshojas y aparece un hermoso cadáver.
Desnudo.
¡Extraño tributo a la belleza!
- Borrones -Cambio tras cambio.
Sin contraprestaciones.
El suspiro vacía mis pulmones
y mi tiempo se llena de esperas.
Interminable.
Busco con ansia una afirmación sin subordinadas.
Nada de condicionales.
Sé que amo.
Solté los tornillos de los portones
que permanecían firmemente cerrados.
Sólo para mí eran esas prohibiciones.
Encontré las herramientas
con las que debilitar a los profesionales.
Llamé a voces a mi sombra.
Ha resultado ser más fuerte que su propia dueña.
Permanece.
Al mirar hacia mis pies la encontré arrebujada entre mis zapatos.
Tuvo que ser ella la que, con un golpe seco,
cortase el nudo con el que el rey de Frigia
me sometía esclavizada a un carro del que yo quería escapar.
Sé que conozco.
Adopté como hijos naturales los nombres viejos de las cosas.
Mi vocabulario es reducido.
Por eso he de recurrir a los gestos pausados de mi alma.
Tengo una caligrafía casi perfecta.
De tanto repetir "mi mamá me mima, mi mamá me ama".
Soy recurrente.
Tropiezo contra los mismos obstáculos,
una y otra vez.
He comprado un par de lápices.
Addenda 9 de mayo, 10:55 h.Acabo de hacer algunas modificaciones al poema: alguna que otra cacofonía y expresiones que le hacían perder fuerza. El original lo escribí hace tres años y ayer lo rescaté de Atramentum -a ver si consigo traerme poco a poco todo lo que allí me publicaron- y antes de mostrarlo aquí, también le di unos retoques. De ahí el escribir sin tinta y los borrones, :-)